Elon Musk sigue liándola en Twitter: su gestión es un ejemplo de cómo no debe comportarse un directivo después de comprar una compañía

Elon Musk, CEO y propietario de Twitter.
Elon Musk, CEO y propietario de Twitter.
  • Desde que adquirió Twitter, Elon Musk ha impuesto una serie de medidas que parecen buscar que todo aquel que no esté de acuerdo con su estilo de gestión acabe abandonando la compañía.
  • Sin proponérselo, Musk está constatando todo lo que no se debe hacer cuando se busque mayor compromiso y lealtad por parte de los empleados. 

Muchos usuarios de Twitter quieren que Elon Musk se vaya.

Este lunes, el dueño y CEO de la Twitter hizo una encuesta entre sus seguidores preguntándoles si debía abandonar su puesto como consejero delegado de la red social. Musk afirmó en ese momento que se atendría a los resultados de la consulta. De los casi 18 millones de participantes, cerca del 58% voto que sí, que el empresario debía dejar su cargo.

El reinado de Musk en Twitter hasta ahora ha sido caótico. El multimillonario ha reducido la plantilla a la mitad (para después pedir a algunos trabajadores que vuelvan), ha suspendido temporalmente las cuentas de varios periodistas, ha reconvertido zonas de la sede de la empresa en dormitorios y parece que ha pedido a algunos empleados que trabajen más de 80 horas semanales.

Muchas de las medidas que ha puesto en práctica el CEO de Tesla en la red social son lo opuesto a lo que los expertos recomiendan a los directivos después de completar una adquisición. Twitter ya ha sufrido un éxodo de talento y podría tener dificultades para desempeñar funciones críticas para su actividad (como la moderación de contenidos). 

 

Musk, que rara vez sigue una estrategia de liderazgo, no parece dispuesto a ganarse la confianza de los trabajadores ni a ofrecer claridad acerca del futuro de la compañía. Cabe la posibilidad de que su hoja de ruta esté diseñada para librarse de la gente que no le apoya a él o a su visión del trabajo, pero, en esta ocasión el coste podría ser demasiado alto.

Empresarios, tomad nota: si estáis intentando conseguir que los miembros de vuestra organización sean leales y se sientan comprometidos, lo más probable es que no debáis seguir el plan de este multimillonario.

Es poco probable que no se produzca una fuga de talento

Según publicó la CNBC, poco después de que Musk tomara las riendas de Twitter, algunos empleados recibieron instrucciones de trabajar durante 12 horas al día, 7 días a la semana, sin saber siquiera si recibirían algún tipo de compensación a cambio. 

Mientras tanto, el nuevo dueño de la red social comenzó a clasificar a sus nuevos trabajadores y se nombró a sí mismo consejero delegado de compañía sin previo aviso.

En Estados Unidos tener una jornada de 84 horas semanales no es ilegal, según la encargada de personal y abogada laboral del bufete Virginia Dixon Whyte, Ayesha Whyte, pero resulta "ridículo hacerlo". La experta explica que algunos empleados —incluso aquellos que estén acostumbrados a echar horas de más— acabarán marchándose en busca de un puesto con una mejor conciliación laboral.

Elon Musk, CEO de Tesla, SpaceX y Twitter.

La incertidumbre sobre quién está realmente al mando no ayuda. "No hay duda de que el compromiso [de los trabajadores] está sufriendo un duro golpe en estos momentos", afirma el director de la firma de asesoramiento y contratación de ejecutivos Amplify Talent, Lars Schmidt. "La gente no tiene ni idea de cuál es su futuro".

La mayoría de los empleados de Twitter podrían conseguir otro trabajo con relativa facilidad. "Si tienes talento y eres bueno en lo tuyo, te seguirán buscando", afirma el antiguo trabajador de Cisco y actual director de Cadigan Talent Ventures, Steve Cadigan. Los trabajadores tecnológicos siguen estando cotizados a pesar de los despidos que ha sufrido recientemente su sector.

Pocos líderes podrían seguir al mando con este comportamiento

Cadigan asegura que la Twitter de Musk no tiene fortaleza psicológica ni confianza en sí misma, cualidades que el experto denomina "ingredientes de alto rendimiento". El CEO de SpaceX no parece dar importancia a la claridad, un requisito indispensable, según Schmidt, cuando se produce una fusión empresarial o una adquisición.

Además, parece que Twitter tampoco informó al gobierno federal o a las autoridades de California (lugar en el que tiene su sede la organización), acerca de sus planes de despedir a más de 3.700 personas, cuando las compañías estadounidenses están obligadas a hacerlo antes de ejecutar despidos masivos. 

La estrategia de Musk no está clara para los expertos, pero Cadigan sugiere que el multimillonario suele saber lo que hace. Al fin y al cabo, su patrimonio personal ronda los 160.000 millones de dólares; Tesla cuenta con una capitalización bursátil de unos 478.000 millones de dólares; y SpaceX colaboró con la NASA para enviar astronautas al espacio en 2020.

"Sus acciones demuestran que el bienestar de la plantilla actual no es algo que le importe en este momento", valora Cadigan, que añade que Musk podría estar pensando: "Necesito hacer un reajuste completo porque esto no está yendo como yo quiero" en relación al liderazgo y la estrategia de negocio de Twitter.

"Yo no apostaría contra él", recomienda el experto en cultura corporativa y RRHH. "Ha demostrado que nos equivocamos en todo lo que ha hecho antes con sus negocios".

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