Algunos empleados de Mailchimp están furiosos después de que los fundadores prometieran no vender nunca, acumularan acciones y acabaran vendiendo por más de 10.000 millones de euros

Ben Bergman,
Ben Chestnut, cofundador de Mailchimp
Ben Chestnut, cofundador de Mailchimp

Kimberly White/Getty Images; Samantha Lee/Insider

  • Business Insider ha hablado con actuales y antiguos empleados de Mailchimp sobre la reciente venta de la compañía a Intuit.
  • Según estos trabajadores, los fundadores les dijeron una y otra vez que jamás venderían la compañía.
  • A diferencia de otras startups, los empleados de Mailchimp no recibían acciones. Con esta venta, los fundadores han consolidado su puesto entre los más ricos de Estados Unidos.
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Cuando alguien era contratado en Mailchimp, había un estribillo habitual que se repetía constantemente: No, no vas a recibir acciones, pero formarás parte de una compañía que luchará contra los grandes y nunca será comprada ni saldrá a bolsa.

Los fundadores de la compañía, Ben Chestnut y Dan Kurzius, aseguraron a todo aquel que les quiso escuchar que mantendrían la propiedad de Mailchimp hasta el final y se jactaban de haber rechazado múltiples ofertas de compra.

"Que nunca vendieran era parte de la tradición de la empresa", asegura un antiguo empleado de Mailchimp, que como otros muchos entrevistados solicitaron hacer declaraciones de forma anónima porque no estaban autorizados a revelar elementos sensibles. "Los empleados eran adoctrinados en esta idea", añade.

Sin embargo, los dos fundadores vendieron. Intuit, el gigante del software financiero creador de TurboTax, anunció este lunes la compra de Mailchimp por unos 12.000 millones de dólares (algo más de 10.000 millones de euros) en efectivo y acciones. Con esta operación, los cofundadores de la empresa se situaron entre las principales fortunas de Estados Unidos.

Los empleados reaccionaron con asombro y rabia en mensajes de texto, en el Slack de la compañía o en Twitter al conocer el acuerdo. En ellos, mostraban sentirse traicionados tras una oleada de dinero que parecía solo beneficiar a los primeros ejecutivos de la compañía.

Esta historia está basada en declaraciones de media docena de empleados actuales y antiguos de Mailchimp, todos los que ya se marcharon de la compañía lo hicieron en el último año.

"Estaba muy enfadado", asegura un empleado que dejó recientemente la compañía. "Puedo decir sin temor a equivocarme que recibí varios mensajes de texto y también por el canal de Slack de antiguos empleados de Mailchimp. Creo que para cualquiera que estuvo en la compañía durante algo de tiempo y trabajó duro para convertirla en lo que es hoy, fue un trago duro", añade.

Si bien es normal que haya una diferencia en los pagos de cualquier startup cuando sale a bolsa o es comprada, los empleados aseguran que el caso de Mailchimp es particularmente doloroso, especialmente por el perfil igualitarista del que los fundadores presumían.

"Es muy hipócrita", señala otro antiguo empleado. "No consigues crear una compañía de 12.000 millones de dólares sin el trabajo de mucha gente, pero la mayoría de nosotros no recibimos nada de ello".

Chestnut y Kurzius iniciaron Mailchimp en 2001 como una derivada de su negocio de diseño web que estaba principalmente orientado a clientes corporativos. Mailchimp, cuya misión era ayudar a pequeños negocios con el marketing a través del correo electrónico, acabó demostrando ser más exitoso que su matriz cuando alcanzó los 10.000 usuarios en 2007, y sus fundadores dejaron los servicios a empresas.

Fundada tras la caída de la burbuja puntocom, los fundadores se preciaban de ser una compañía ajena a Silicon Valley.

Mailchimp, que actualmente tiene unos 1.200 trabajadores, ha mantenido su sede en Atlanta (Georgia), donde seguirá teniendo su sede aun siendo parte de Intuit. A diferencia de muchas compañías tecnológicas actuales, que reciben ingentes cantidades de inversión en el inicio, la compañía de email marketing priorizó obtener beneficios sobre el crecimiento y nunca recibió financiación externa.

Debido a esto, los dos cofundadores eran dueños prácticamente de casi todo el capital de la compañía, por lo que cada uno podría haber recibido unos 5.000 millones de dólares con la venta.

"Mailchimp tenía un lema: 'empoderar a los menos favorecidos'", recuerda un exempleado. "Pero parece que realmente estábamos empoderando a Ben y Dan todo el tiempo", añade.

Los cofundadores de Mailchimp, Ben Chestnut (abajo a la izquierda) y Dan Curzius (arriba a la izquierda), en una videoconferencia con empleados
Los cofundadores de Mailchimp, Ben Chestnut (abajo a la izquierda) y Dan Curzius (arriba a la izquierda), en una videoconferencia con empleados

Enviada por un empleado de Mailchimp a Ben Bergman

Algunos empleados aseguran estar particularmente indignados con que haya sido un gigante de los servicios financieros como Intuit quien haya comprado a Mailchimp. La consejera delegada de Intuit, Susan Goodarzi mantuvo una videoconferencia con Chestnut, Kurzius y los empleados este miércoles para tratar de responder a sus dudas.

"Mailchimp tuvo durante años una cultura corporativa basada en el espíritu de estar lejos de las grandes compañías y ahora hemos sido comprados por una empresa que ha hecho lobby ante el Gobierno para que sea imposible hacer la declaración de impuestos de forma gratuita", apunta otro exempleado. "Pero supongo que cada uno tiene su precio", apostilla.

Otros reconocen estar frustrados por las declaraciones de Chestnut tras el anuncio de la venta, que consideran falsas.

En un comunicado enviado a Business Insider, Mailchimp niega que la compensación haya sido injusta para sus empleados.

"Hemos invertido millones en nuestros trabajadores, en sus planes 401K (jubilación), contribuyendo más allá del 25% anual en pagos inmediatos durante los últimos 9 años", asegura un portavoz de la compañía a través de un correo electrónico.

Este portavoz añade que Intuit dará 200 millones de dólares en acciones a los empleados de Mailchimp, y que el acuerdo incluye 300 millones en incentivos que se distribuirán durante los próximos 3 años.

Pero los muchos trabajadores que han dejado la compañía en los últimos años no han están incluidos en esos beneficios y para los actuales los bonus acordados suponen apenas el 2,5% del valor total del acuerdo de compra, unos 83.000 dólares por empleado al año.

Aunque es una cantidad importante, es pequeña comparada con el importe espectacular que han recibido otros empleados de startups financiadas por capital riesgo. Por ejemplo, cuando Twitter compró la plataforma de publicidad MoPub por 350 millones en 2013, 36 de sus 100 empleados se convirtieron en millonarios de la noche a la mañana.

No obstante, los trabajadores de Mailchimp sí han recibido beneficios durante los últimos años. En lugar de recibir stock options, tenían derecho a una parte de los beneficios que incluía no solo la aportación máxima al plan de jubilación 401K, sino una prima en efectivo de entre el 10 y el 15% de su salario base en función de objetivos cumplidos.

"Tener esta cantidad garantizada para mi plan de jubilación cada año era algo realmente bueno", reconoció un exempleado. "He trabajado en otras startups en las que las acciones acabaron valiendo cero", admite.

Estos bonus no estuvieron exentos de crítica. Los ejecutivos presentaban estos beneficios a los empleados más como un ejemplo de la generosidad de los fundadores que como una recompensa a su trabajo duro.

"Estaba encantado de la generosidad de la empresa desde el primer día", escribió Farrah Kennedy, que fue directora de operaciones de Mailchimp desde 2014 hasta el año pasado, en una entrada del blog corporativo que detallaba el reparto de beneficios de 2015. "Sabiendo que es literalmente el dinero de nuestros cofundadores, que lo compartan de una forma tan generosa es destacable", añadía.

Uno de los trabajadores con los que pudo hablar Business Insider asegura que no se habría quedado en la empresa si hubiera sabido que iba a ser vendida.

"Si la gente hubiera tenido la sensación de que iban a vender la empresa se habrían ido. ¿Por qué estaría trabajando sin recibir acciones si hubiera sabido que iban a vender la empresa por un montón de dinero", cuestiona.

Acciones solo para algunos

Además de esa sensación de injusticia, la impresión de varios empleados es que había una política de silencio entre los ejecutivos de Mailchimp para ofrecer acciones solo a los vicepresidentes y los altos cargos, lo que incluye a una docena de mandos.

Whitney Homans, que ocupó varios puestos de responsabilidad en Mailchimp hasta que se marchó a Instacart en marzo, tuiteó el lunes que algunos empleados sí que habían recibido acciones.

Homans declinó hacer comentarios al ser preguntada por Business Insider. Un portavoz de la compañía aseguró que solo los fundadores tenían acciones, y que esos ejecutivos lo que tenían era un plan de compensación en efectivo.

También hay cierto resentimiento entre los empleados por el "éxodo masivo" de mujeres y trabajadores de color del que Business Insider ya informó hace un año. Desde el inicio del año pasado, Mailchimp perdió dos mujeres en niveles C, la directora de seguridad de datos, una vicepresidenta y al menos ocho trabajadores mujeres o de color de nivel senior.

"Todo esto viene después de una crisis de cultura corporativa que se produjo 6 meses antes en la que algunos de estos ejecutivos fueron literalmente mencionados en algunos artículos por su mala conducta. No hubo consecuencias", subraya un exempleado de Mailchimp.

Con la contribución de Tyler Sonnemaker.

Este contenido fue publicado originalmente en BI Prime.

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