Trampas en el sector tecnológico: la mayoría pagan por las respuestas de los exámenes para conseguir un puesto o un aumento de sueldo

Muchos candidatos no cualificados hacen trampas en los exámenes de las empresas tecnológicas para conseguir el puesto.

Matt Chinworth paraInsider

  • En el sector tecnológico en EEUU, es habitual tener que hacer un examen para conseguir un puesto de trabajo u obtener un aumento de sueldo.
  • Por solo 10 euros, muchos trabajadores consiguen las preguntas y respuestas para aprobar el examen, algo que incluso algunas empresas respaldan.

Bill no quería fracasar.

Era un trabajador del sector tecnológico de Estados Unidos que había llegado a vicepresidente de Tecnología de la Información (TI) en un gran banco y tenía que hacer un examen de certificación de Microsoft para demostrar su competencia en la plataforma Azure de la empresa. 

Aprobar le ayudaría a impulsar su carrera, añadiendo otra certificación técnica a su currículum con la que podría obtener un aumento de sueldo o incluso un trabajo mejor pagado. Tras pagar la inscripción al examen, que era de varios cientos de dólares, y estudiar durante semanas, no quería dejar nada al azar. 

Así que decidió hacer trampas. 

No fue difícil. Con una simple búsqueda en Internet, Bill (que utiliza un pseudónimo por temor a las repercusiones profesionales), encontró el examen exacto que iba a hacer junto a las respuestas. Se las aprendió todas de memoria y aprobó el examen. 

Esta fue una de las muchas certificaciones que Bill reconoce que obtuvo, al menos en parte, haciendo trampas. Y no es el único: en la industria tecnológica estadounidense, es un secreto a voces que hay miles, si no millones, de tramposos como él. 

Buscando los exámenes con las respuestas en Internet, pueden acumular títulos homologados sin saber nada sobre la materia de la que se examinan. Las empresas que emiten las certificaciones especializadas, desde Microsoft y Amazon hasta Google y Salesforce, se han mostrado impotentes a la hora de frenar los engaños, incluso en las principales plataformas que poseen. 

El auge de copiar en los exámenes para obtener certificaciones podría tener consecuencias devastadoras. Los expertos en tecnología familiarizados con la práctica dicen que los candidatos no cualificados hacen exámenes de los principales sistemas tecnológicos y de software para conseguir puestos de trabajo en los que se manejan datos sensibles e infraestructura, algo que afecta a empresas y consumidores por igual. 

"Si te subes a un avión con destino a Phoenix desde San Francisco, imagínate cómo te sentirías si descubrieras que el piloto ha hecho trampas en todos los exámenes y ha memorizado las respuestas. Sería horrible, ¿verdad?", plantea Humphrey Cheung, un ingeniero con más de 20 años de experiencia que ha visto cómo la gente copia los exámenes en innumerables ocasiones. 

Un problema para las empresas, los clientes y los trabajadores

Tras cada empresa moderna, desde las tiendas de alimentación hasta los fabricantes de misiles, se encuentra una compleja red de servidores, bases de datos y otras tecnologías que son mantenidas por los empleados de TI y tecnología. 

En la economía actual, cada vez más digitalizada, esta infraestructura es tan esencial como la electricidad y el agua. Las compañías dependen de la tecnología para todo, desde el seguimiento de las ventas y el pago a los proveedores, hasta para mantener a sus empleados conectados a través de Slack.

Pero, con tantas plataformas y sistemas diferentes que gestionar, se necesita una forma rápida de asegurarse de que los empleados de TI y los candidatos a un puesto de trabajo dominan las herramientas con las que se espera que trabajen. Ahí es donde entran en juego las certificaciones

Al igual que los fontaneros o los electricistas, los trabajadores de TI se examinan para confirmar que entienden los sistemas principales y que pueden instalarlos y repararlos sobre la marcha. ¿Necesitas demostrar que puedes conectar un router Cisco, o desplegar una instancia de Salesforce, o asegurar un conjunto de datos en Google Cloud? Solo tienes que aprobar el examen.

La popularidad de estos exámenes de certificación se ha disparado en los últimos años. La empresa de investigación IDC estima que el mercado estadounidense de educación y formación en TI que incluye pruebas de certificación mueve unos 1.400 millones de dólares al año (unos 1.350 millones de euros). 

Esto se debe, en parte, a que la certificación ofrece a los trabajadores una vía rápida de acceso al sector tecnológico sin necesidad de un título universitario (mucho más caro). A esto, debemos añadir que para las tecnológicas es más barato y sencillo subcontratar el mantenimiento a terceras empresas de TI con técnicos certificados que tener departamentos propios dedicados a ello.

Si te subes a un avión con destino a Phoenix desde San Francisco, imagínate cómo te sentirías si descubrieras que el piloto ha hecho trampas en todos los exámenes y ha memorizado las respuestas

Si embargo, este método de certificación ha derivado en lo que muchos reconocen como un sistema totalmente corrupto. Es imposible establecer una cifra fiable sobre la cantidad de trampas que se producen, pero Cheung y otros veteranos afirman que, basándose en las personas que admiten haber copiado, suponen que casi la mitad de las titulaciones de todo el mundo se obtienen con este método.

Estas certificaciones obtenidas de forma fraudulenta no solo son frecuentes, sino también peligrosas, afirman los expertos. Según explican, es difícil medir cómo de perjudicial resulta para el consumidor, ya que las empresas no admiten este tipo de trampas.

Si un empleado mete la pata, es mucho más probable que se limiten a despedirlo, no a iniciar una investigación sobre sus cualificaciones profesionales. Pero el engaño está teniendo claramente un efecto corrosivo en la industria tecnológica, en particular en el proceso de contratación.

Randy Russell, director de certificación de Red Hat, proveedor de soluciones de código abierto, dice que las titulaciones obtenidas de forma fraudulenta también pueden dañar la reputación del emisor de la certificación, haciendo que las credenciales que emiten sean más sospechosas a los ojos de los reclutadores y responsables de contratación.

Por ello, se ven obligados a dedicar más tiempo a eliminar a los candidatos que puedan ser tramposos. "Los responsables de contratación y las empresas también se ven perjudicados, porque tienen que dedicar más tiempo y recursos a investigar quién está realmente cualificado y quién no", afirma Tim Woodruff, desarrollador y consultor especializado en ServiceNow. 

Pero los mayores perdedores de toda esta debacle, según Woodruff, son los aspirantes que se presentan a las certificaciones de forma legítima. "Las personas que intentan lanzar o hacer crecer su carrera son probablemente las más perjudicadas", defiende.

Todo esto también es en parte culpa del contenido de los propios exámenes. Muchas de las preguntas se reutilizan durante meses o incluso años, por lo que resulta fácil copiar. Algunos aspirantes memorizan las preguntas y las cuelgan en Internet junto a la respuesta correcta. 

Los siguientes, sencillamente pagan por las respuestas. Es el mismo tipo de estafa que realizan los estudiantes universitarios, pero trasladada al mundo de la informática.

Las personas que intentan lanzar o hacer crecer su carrera son probablemente las más perjudicadas

Este fraude existe desde hace años. En 2002, un hombre de Vancouver (Washington) se declaró culpable de robo de secretos comerciales tras recopilar las respuestas de los exámenes de Microsoft para ingenieros de sistemas y desarrolladores de soluciones y venderlas por Internet. Pero, 2 décadas después, este tipo de trampas es tan habitual que ya no se acusa a nadie por el robo. 

La información circula a través de innumerables canales online, desde chats y anuncios en redes sociales hasta webs de cientos de empresas que venden abiertamente las respuestas. Algunos tienen hilos y foros en los que los usuarios agradecen las respuestas y realizan correcciones.

"La triste verdad es que se trata de una industria en sí misma. A la gente solo le importa aprobar, no que se vea afectada la reputación de estas certificaciones", afirma Michael Paul, consultor de protección de datos en Reino Unido.

En un giro irónico de los acontecimientos, las principales tecnológicas cuentan con mercados de respuestas de exámenes en sus propias plataformas. En la aplicación de mensajería Telegram, hay chats de grupo con nombres como Soporte de Salesforce que conectan a miles de usuarios que buscan comprar y vender respuestas. 

Muchos señalan WhatsApp como una app popular para encontrar los exámenes, mientras que los vendedores anuncian su mercancíastambién en Instagram, YouTube y el marketplace de Amazon. Se pueden comprar las respuestas a las principales certificaciones tecnológicas (incluyendo Microsoft Azure y Amazon Web Services) por unos 10 euros, con reseñas que dan fe de su fiabilidad. 

Incluso en LinkedIn se comercia con las respuestas, a pesar de que las propias herramientas de Microsoft se ven afectadas por las trampas. Las respuestas a las Evaluaciones de Habilidades de LinkedIn, un conjunto de exámenes internos gratuitos que ofrece para que los usuarios puedan certificar su competencia con docenas de herramientas tecnológicas, desde Adobe Illustrator hasta Google Analytics, están disponibles gratuitamente en GitHub, que también es propiedad de Microsoft. 

Los usuarios de TikTok han grabado vídeos en los que se pone de manifiesto este fallo en las pruebas de LinkedIn.

Los motivos del engaño

Cheung, el desarrollador afincado en Singapur, trabajaba para una empresa de redes hace unos años cuando recibió un currículum de un aspirante a un puesto de trabajo que había obtenido recientemente su certificación en Cisco Certified Network Professional.

Cheung observó algunas señales de alarma en la solicitud, así que invitó al candidato a sentarse con un router de Cisco y resolver algunos problemas. El candidato se quedó perplejo. Cheung le pidió entonces que cambiara algunas configuraciones básicas, pero seguía sin poder hacerlo, incluso después de que Cheung le permitiese utilizar Google para obtener ayuda.

"La gente se pone nerviosa en una entrevista y eso me parece bien. Así que le di todas las oportunidades y, aún así, no era capaz hacerlo", comenta Cheung. 

Al final le quedó claro que, a pesar de la certificación del candidato en sistemas de Cisco, no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Así que le preguntó si había hecho trampas para aprobar su examen de certificación. El hombre, derrotado, reconoció que sí.

Para algunos, copiar está motivado únicamente por el deseo de ascender en la empresa por cualquier medio. No les preocupa que les pillen, solo aprobar. Dado que las respuestas se obtienen de personas que previamente han realizado las pruebas, no hay garantía. 

"Cuando empecé a buscar las preguntas, había muchas respuestas erróneas, así que no me fiaba", cuenta un consultor informático de Italia que intentó hacer trampas este verano.

Sin embargo, otros tienen razones más complejas para hacer trampas. Para algunos, se trata del gasto. Los exámenes de certificación pueden costar varios cientos de dólares cada uno, o más si se trata de credenciales de alto nivel. A veces, las tasas de los exámenes las paga la empresa, pero los que intentan entrar en el sector suelen tener que pagar la factura ellos mismos

Bill, el trabajador de TI de un banco, comenta que una de las razones por las que hizo trampa fue la seguridad de no tener que volver a pagar para hacer la prueba.

Me sorprendió bastante ver que el examen que salió era literalmente las mismas preguntas

Para otros, es la desesperación. El consultor informático de Italia, que ha pedido permanecer en el anonimato, dice que estudió mucho para una certificación ofrecida por la empresa de ciberseguridad CyberArk, y pensó que aprobaría. Sin embargo, suspendió 2 veces. Finalmente, decidió copiar y acabó obteniendo un aumento de sueldo gracias a la certificación.

Pero la percepción de que los trabajadores de los países más pobres son más propensos a hacer trampas también puede alimentar el racismo contra los empleados tecnológicos nacidos en el extranjero. "Se sospecha desproporcionadamente de las personas de India", afirma Woodruff, desarrollador de ServiceNow. "Las empresas y los directores de contratación son mucho más propensos a asumir que una persona india ha hecho trampas, incluso si esa expectativa sesgada es inconsciente y se debe a sus experiencias recientes en la contratación", añade.

Las empresas intentan, y no consiguen, contraatacar

Ante la enorme cantidad de trampas, las empresas que ofrecen certificaciones están adoptando diversas medidas para intentar combatir la situación. Algunas actualizan periódicamente los exámenes con nuevas preguntas; otras vigilan a los examinados para ver si alguien responde con una rapidez sospechosa. 

Un portavoz de Google afirma que la empresa pide a las webs de descarga que retiren las respuestas, algo que no parece muy efectivo. ServiceNow explica que emplea el análisis de datos para identificar respuestas similares, lo que indica que probablemente han utilizado el mismo material.

Red Hat, la empresa de ciberseguridad, evita las preguntas tipo test y opta por exámenes prácticos que requieren demostrar la competencia real. Muchas compañías incorporan un componente práctico en sus certificaciones más veteranas, pero el aumento de los costes de supervisión y evaluación de estos exámenes los hace demasiado caros para muchas titulaciones de nivel básico.

No obstante, las empresas de certificación reconocen que están lejos de erradicar el problema. Cuanta más gente hace trampas, más se sienten obligados a utilizar métodos poco limpios para estar a la altura de los tramposos con los que compiten. Y, en muchos casos, parece que la propia compañía hace la vista gorda. 

Los proveedores suelen ofrecer a las empresas de consultoría y asistencia técnica mejores ofertas en sus productos si las firmas tienen más trabajadores certificados en plantilla. Varios empleados cuentan que es habitual empujar a los trabajadores a copiar para obtener más títulos para que la empresa sea más atractiva para los clientes u obtenga un descuento en productos informáticos.

Uno de ellos dice que su firma le proporcionó respuestas a un examen cuando pidió material legítimo para estudiar. Esto le hizo sospechar de la experiencia de sus compañeros y sentir la paranoia de que, si las acciones de su empresa salían a la luz, él también podría ser acusado falsamente de copiar y perder sus certificaciones.

Hartos de la falta de avances en la lucha contra las trampas, algunos trabajadores de la industria tecnológica están tomando cartas en el asunto. Woodruff ha pasado el verano infiltrándose en múltiples grupos de Telegram (algunos con miles de miembros) que se dedican a compartir los exámenes de sus empresas. 

Con el tiempo, se ganó la confianza de los administradores de los grupos y acabó convenciéndoles para que le nombraran administrador para ayudar a supervisar los grupos. Inmediatamente, los disolvió y vetó a todos sus miembros, interrumpiendo (aunque solo fuera temporalmente) una pequeña parte del tráfico de exámenes.

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