Dott quiere bajar los patinetes de las aceras españolas a la calzada como ha hecho en París

Maxim Romain, COO y cofundador de Dott, una empresa de patinetes eléctricos compartidos
Maxim Romain, COO y cofundador de Dott, una empresa de patinetes eléctricos compartidosREUTERS/Charles Platiau
  • La empresa de patinetes Dott quiere traer a Madrid su idea que ha triunfado en París: eliminar plazas de aparcamiento de coches en superficie en pro de los scooters eléctricos compartidos.
  • "La mayor preocupación de las ciudades es el riesgo de que creen [los patinetes] un lío en la calle, pero hay soluciones", explica Maxim Romain, jefe de operaciones (COO) y cofundador de Dott, en conversación con Business Insider España.
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La empresa de patinetes eléctricos compartidos Dott ganó el concurso público del Ayuntamiento de París junto a Lime y Tier, en parte, gracias a su idea de bajar los patinetes de las aceras y aparcarlos exclusivamente en la calzada. A París la convenció por encima de las propuestas de muchos otros competidores, y la ciudad decidió eliminar 2.500 plazas de aparcamiento de coches al aire libre y destinarlas a sus vehículos. 

Ahora, la compañía está planeando su expansión en España, un mercado que hasta ahora ha considerado poco seguro, poco convencido de la utilidad de estos vehículos, pero que en 2021 podría cambiar su percepción hacia este sector gracias a los concursos públicos que varios consistorios están llevando a cabo. Y a su idea de bajar los patinetes de las aceras, claro. 

"La mayor preocupación de las ciudades es el riesgo de que creen [los patinetes] un lío en la calle, pero hay soluciones", cuenta Maxim Romain, jefe de operaciones (COO) y cofundador de Dott, en conversación con Business Insider España.

La mayor parte de las compañías de patinetes que pasan el día en la calle, en el argot, de free floating, suelen lavarse las manos ante las críticas a los que están mal aparcados, obstruyen o impiden el paso, señalando que es responsabilidad del usuario terminar su viaje en un lugar apropiado.

Aunque todas cuentan con sistemas GPS que les dan a conocer cuándo uno de sus vehículos está caído y dónde está cada uno de ellos, los recursos que tienen son limitados y no suelen redistribuir la flota mal aparcada. Es necesario recordar que ninguna empresa de patinetes eléctricos compartidos, ni tampoco de motos, bicicletas o coches de sharing ha conseguido ser rentable aún, a pesar de que las primeras llegaron a España hace 3 años.

Las empresas de sharing no pagan por el uso que hacen del espacio público: la tasa de Barcelona abre el camino para que los ayuntamientos recauden millones de euros cada año

Es por eso que estos dispositivos no gozan de buena imagen entre parte de la población, y por lo que algunos de ellos acabaron en contenedores, ríos o árboles, sobre todo cuando empezaron a desembarcar en las ciudades españolas. Pero el truco, en la opinión de Dott, es bastante sencillo.

En el caso de París, pintó zonas para aparcar patinetes que sustituían a plazas de estacionamiento de coches al aire libre, y la empresa obligó a sus usuarios a aparcarlos en esas zonas. De no hacerlo, son multados con 10 euros. En caso de que el GPS tenga dudas de si se ha aparcado el patinete dentro de la zona delimitada o no, la app pide una foto del dispositivo aparcado que confirme su localización exacta.

"Querríamos hacer lo mismo en Madrid. Además, se trata de una medida muy barata de implementar", recalca Romain. "Y por ahora no hemos salido de ninguna ciudad. Todas ellas son rentables", añade.

Ahora mismo Dott está presente en 15 ciudades europeas, en un total de 5 países: Bélgica, Francia, Italia, Alemania, Polonia; desde febrero de 2019, cuando arrancó la empresa. Su jefe de operaciones recalca que se han mantenido cautos a la hora de desembarcar en más ciudades porque rechazan la idea de abandonarlas 6 meses después de llegar, como ha sido el caso de otras compañías.

Asimismo, lamenta que en España no exista regulación estándar para el sector en todo el país, algo que han pedido y que facilitaría la implementación de estos nuevos sistemas de micromovilidad, que permiten desplazamientos más limpios, al estar los patinetes impulsados por la electricidad.

"Hay un interés real por parte de la gente en este tipo de servicios", dice Romain, apuntando que "cada vez más ciudades están buscando cómo invertir en infraestructuras de movilidad", algo que considera "extremadamente positivo", aunque reconoce que en este momento las instituciones están pasando por un mal momento económico a causa del COVID, lo que no facilita que se lleven a cabo iniciativas de este tipo.

En cuanto a las claves que han llevado a que Dott haya sido escogido en París frente a compañías mucho mayores, el directivo opina que tiene que ver con tres factores: su negocio se basa en un hardware de larga duración, en una fuerte colaboración con las ciudades en las que opera y en un crecimiento sostenible.

"No creemos en la gig economy. Si creces demasiado rápido, pierdes mucho dinero y no vas a construir un negocio sostenible", apostilla. Por eso cree en las operaciones "100% in house", con personal propio —sin franquicias ni autónomos que se encarguen de cargar los patinetes y distribuir las flotas—, así como en los contratos a tiempo completo.

De la misma manera, en Dott todos los empleados tienen acciones de la compañía, de forma similar a como ocurre en Decathlon.

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