La Reserva Federal alerta de que las empresas están acumulando deuda y usándola de forma errónea: esto podría ser un desastre si la economía se hunde

Un barco se hunde en el mar con el atardecer de fondo
  • La burbuja de la deuda corporativa se ha convertido en una preocupación predominante en Wall Street en 2019.
  • Según una serie de indicadores, la deuda de las empresas ha alcanzado niveles históricamente elevados.
  • Si comparamos la deuda con los beneficios empresariales, que también se han disparado, el panorama es mucho menos amenazador.
  • Aunque lo que se está analizando menos es cómo se está utilizando la acumulación masiva de deuda que se está destinando principalmente para adquisiciones y para pagar a los inversores través de dividendos y recompras.
  • Esto es un problema potencial en el caso de que se produzca una recesión, ya que las empresas tendrán menos flexibilidad para pedir crédito, lo que limitará los nuevos proyectos e inversiones que puedan financiar y, en última instancia, las perspectivas de crecimiento de la empresa.
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La deuda de las empresas se ha convertido en la gran preocupación actual entre la élite de Wall Street en 2019.

El peso del crédito corporativo fue uno de los principales temas de debate en la cumbre de Davos en enero.

Algo similar sucedió en la Conferencia Global del Instituto Milken en abril, en la que las mentes más brillantes del mundo de las finanzas se mostraron preocupadas por los 3,8 billones de dólares en bonos con grado de inversión en EE.UU. que están a punto de ser degradados a bono basura.

Y en mayo, la Reserva Federal hizo sonar las alarmas por el enorme volumen de deuda corporativa de riesgo, que ya eclipsa los niveles alcanzados en la crisis financiera.

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Sin embargo, todavía no estamos en crisis, ni siquiera cerca, a juzgar por la salud económica en general, y las preocupaciones sobre si la deuda corporativa provocará una crisis pueden ser exageradas en este momento, según un artículo de esta semana del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

Un peligro que se suele pasar por alto son las implicaciones sobre cómo las compañías están utilizando esa deuda y por qué podría ponerlas en riesgo cuando inevitablemente llegue una recesión.

La amplia acumulación de deuda da miedo. La deuda corporativa en EE.UU. en relación con el PIB se encuentra en máximos de 50 años. 

Evolución de la deuda corporativa respecto al PIB en EE.UU. en los últimos 65 años

Pero, gracias a la fuerte recuperación económica, los beneficios empresariales también están aumentando. Cuanto mayor sea el movimiento de caja, más se podrá pedir prestado de forma sostenible y sin asumir riesgos.

"Aunque la deuda corporativa se ha disparado, las preocupaciones sobre el crecimiento de la deuda se ven mitigadas en parte por los mayores flujos de efectivo de las empresas", aseguró la Fed en su informe.

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Así, cuando se compara la deuda con las ganancias corporativas, el escenario parece mucho menos preocupante:

Deuda de las empresas de EE.UU. comparada con sus beneficios

La gráfica anterior muestra que aunque la ratio de deuda sobre el PIB esté en máximos de 50 años, si se divide esa deuda entre los beneficios empresariales nos encontraríamos en niveles muy por debajo de los máximos históricos, en una ratio que ha estado a la baja desde 2016.

Sin embargo, esto no significa que estemos fuera de peligro. Los datos agregados, aunque sean útiles, también pueden resultar confusos.

Como explicó la Reserva Federal, una economía compuesta completamente por compañías con niveles moderados de deuda es menos vulnerable a las turbulencias que una en la que la mitad de las empresas no tienen deudas y la otra mitad están altamente apalancadas, incluso si la cifra agregada es idéntica.

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Cuando se desglosa la ratio de deuda sobre flujo de caja en las 3.000 compañías más grandes de EE.UU., la carga de la deuda entre las empresas más débiles ha aumentado desde la crisis, aunque está disminuyendo en los últimos años.

Una preocupación que tal vez esté siendo poco tenida en cuenta es qué están haciendo estas compañías con todo el dinero que están recibiendo a crédito.

En resumen: no están invirtiendo en proyectos de capital para hacer crecer sus negocios y contratar más personas, sino que principalmente están comprando otras compañías y distribuyendo efectivo a sus inversores.

Uso de la deuda corporativa en EE.UU.

La gráfica anterior, ponderada por activos respecto a la disparidad en el tamaño de la compañía, muestra que los incrementos de deuda están mucho más vinculados a fusiones y adquisiciones, dividendos y recompras que a la inversión en capital.

¿Por qué esto es importante?

Puede crear un "problema de sobreendeudamiento", como explicó la Reserva Federal, con el que las empresas no tengan flexibilidad para recaudar más efectivo con el que financiar nuevos proyectos, lo que perjudica las perspectivas de crecimiento de una empresa.

En otras palabras, si has pedido prestado un montón de dinero para entregarlo a tus inversores a corto plazo, y posteriormente se produce una recesión, es posible que no puedas pedir más crédito, ya que tus beneficios estarán destinados a pagar a tus acreedores.

Además de lastrar la flexibilidad financiera de una empresa, perjudica a los inversores a largo plazo y tiene efectos colaterales para la economía en general, que experimenta un menor crecimiento, menos proyectos y menos empleos con los que dotar de personal a esos proyectos.

Además, en un escenario económico difícil, una compañía altamente apalancada puede tener dificultades para pagar a esos acreedores y acabar en bancarrota. Hacer esto para pagar a los inversores en el corto plazo, en lugar de financiar el crecimiento orgánico y nuevos proyectos, puede verse menos favorablemente, y también puede resultar en un valor menos tangible con el que trabajar para resolver la situación.

Este artículo fue publicado originalmente en BI Prime.

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