Las empresas no encuentran a trabajadores preparados para surfear la transformación digital que ha llegado con el metaverso y la IA: las ‘soft skills’ son imprescindibles

Existe una descompensación preocupante entre la formación de los potenciales trabajadores y los perfiles técnicos que buscan las empresas. 

Las empresas se encuentran en continuo cambio debido a los avances tecnológicos con los que buscan ser más eficientes o descubrir nuevas áreas de negocio. Durante el pasado año, las empresas empezaron a apostar por el metaverso, como Sony o tiendas de ropa como Mango, H&M, Zara y Nike.

Sin embargo, una nueva revolución tecnológica ha llegado con el lanzamiento de ChatGPT de OpenAI del que todo el mundo habla y a quien todo el mundo teme por la sorprendente eficiencia de realizar tareas como escribir cartas de presentación, atender a clientes, gestionar patrimonios o dar consejos amorosos. 

Las personas que están detrás de los equipos encargados de integrar el metaverso o ahora la inteligencia artificial en los procesos de las empresas tienen la responsabilidad de conocer en profundidad esta tecnología y después de saber ejecutarla de forma eficiente para integrarla en los procesos de las compañías.

El problema es que escasean estos perfiles. Los grandes retos tecnológicos también están planteando grandes retos profesionales para las empresas. 

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Con el afán de adaptar sus negocios a una economía cada vez más digitalizada, las empresas buscan profesionales tecnológicos que integren amplios conocimientos en diversas áreas. Pero según los expertos, eso tampoco es suficiente. 

Según comentó Beatriz Ortega, responsable de Experiencia de Empleado de Liberty Seguros Europa, sobre las 2 principales tendencias de contratación de 2023, los perfiles más demandados también son aquellos que tengan "competencias de adaptación" a los interminables cambios. 

Por su lado, Mariana Bradach, directora de talento de SeQura aseguró a Business Insider España que las soft skills y la inteligencia emocional son factores imprescindibles para las empresas. 

El reto es encontrar a personas preparadas en ambos campos, tanto en el emocional como en el técnico.

Según un informe sobre tendencias del mundo laboral de Videocation, este tipo de perfiles escasean, entre otras razones por la falta de conexión entre las instituciones tradicionales de formación superior y el mercado laboral. 

El mundo laboral no ha vuelto a ser el mismo desde la pandemia

Desde que estalló la pandemia del covid-19, el mercado laboral no ha vuelto a ser el mismo, y no solo por la flexibilidad aprendida del teletrabajo. 

La tendencia conocida como la Gran Renuncia, con la que las dimisiones se dispararon, y el quiet quitting o renuncia silenciosa, con la que los trabajadores no están dispuestos a sobrepasar los límites de su trabajo, son señales de que la mentalidad sobre el trabajo ha cambiado. 

De hecho, la generación Z, que acaba de sumarse al mundo laboral, tiene muy claro qué es lo que quiere: desempeñar un trabajo que les motive, que tenga significado para ellos y donde ellos puedan seguir sus propias dinámicas. 

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Una formación personalizada, inmersiva y a nivel micro

Este reto supone que tanto las nuevas generaciones como las que tienen años de experiencia a sus espaldas se adapten a los cambios tecnológicos y a los desafíos que están suponiendo tecnologías como el metaverso y especialmente la inteligencia artificial. 

Es una realidad: el 66% de los encuestados por Adecco, en 25 países, para su informe Global Workforce of the Future afirma que la digitalización les fuerza a manejar nuevas habilidades y conocimientos.

Mientras que las empresas con formatos tradicionales o más enquistados y la generación Z trabajan por llegar a puntos de encuentro, las compañías deben centrar sus esfuerzos en sus trabajadores actuales. 

El upskilling y el reskilling para seguir formando a las propias plantillas es en primer lugar beneficioso para continuar con la formación de las personas que ven cómo el mundo avanza, pero también para la propia empresa, ya que resulta más caro contratar a personal nuevo. 

La formación en nuevas herramientas y con las nuevas mentalidades es la clave para el avance de las empresas. 

Según el informe de Videocation, los formatos que están cambiando el mundo de la formación empresarial pasarían por un aprendizaje inmersivo, es decir, más experimental, cercano al "learning by doing" (aprendiendo según se hace) y que puede llevarse a cabo a través de la realidad aumentada.

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Pero también pasarían por la personalización de los contenidos, conociendo a cada empresa, a cada empleado y a sus necesidades específicas para integrar estos cambios tecnológicos en sus respectivas tareas. 

La importancia del desarrollo de las soft skills y la inteligencia emocional es más relevante que nunca: la creatividad, la persuasión, las dotes comunicativas y la gestión del tiempo son competencias de carácter transversal que en muchas ocasiones se transforman en los impulsos de crecimiento de las empresas. 

Pero los formatos importan. Seguir aprendiendo en un mundo que no para, donde todo el mundo está ocupado todo el tiempo, es otra de las dificultades. El microlearning, sin embargo, es un producto formativo innovador que se caracteriza por contenidos breves, directos y dinámicos. "Micropíldoras" de formación para adaptarse a los tiempos que van desde vídeos, infografías hasta podcasts. 

Mientras que algunos están aprovechando ChatGPT para hacer su trabajo más rápido y fácil, los expertos avisan en que remplazará algunas profesiones, pero eso no es necesariamente una mala noticia: aprender a utilizar la inteligencia artificial es la clave para surfear la ola de la transformación tecnológica. 

La formación continua, también conocida en inglés como life long learning, es el punto de encuentro de esas nuevas necesidades de empresa y profesionales.