Obtener electricidad del espacio, el plan europeo para conseguir el liderazgo energético mundial

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ESA

Europa tiene un plan para liderar el futuro de la energía renovable: recolectarla en el espacio. La Agencia Espacial Europea (ESA) cuenta con un proyecto denominado Solaris, con el que pretende analizar si esto es viable, entre 2023 y 2025.

A principios de este mismo año, la ESA encargó 2 estudios de costes y beneficios en este proyecto. Ambos concluyeron que Solaris podría proporcionar electricidad a precios competitivos a hogares y empresas de toda Europa para 2040.

Esta se complementaría con la energía terrestre producida. En los 27 países de la Unión Europea, en 2021 la capacidad fotovoltaica acumulada fue de 158.911,4 MW, según el informe EurObserv’ER 2022.

De esta forma, Europa no tendría que depender de terceros para obtener la electricidad. 

No obstante, existen algunos desafíos tecnológicos importantes, debido a que tendría que ser viable recolectar gigavatios de energía en el espacio, por satélite, y transportarla hasta la Tierra de manera eficiente y segura.

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Otro problema sería el de cómo obtener esa energía solar de noche. Sin embargo, Ned Ekins-Daukes, profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), desarrolló un prototipo de célula solar que era capaz de recoger energía de infrarrojos, en lugar de luz solar.

Esto se debe a que el planeta guarda la energía del Sol en forma de calor, para después irradiarla de nuevo al espacio en forma de radiación infrarroja. De poder producir cantidades superiores a milivatios, este sería un gran comienzo para Solaris.

 

A eso hay que sumar la forma en que se envía a la Tierra la energía solar recolectada en el espacio. Según ha explicado a The Guardian Sanjay Vijendran, coordinador de la ESA para Solaris, es lo que han hecho los satélites durante décadas.

"La física involucrada en toda esa cadena es exactamente la misma para la energía solar basada en el espacio, pero la escala de la misma es completamente diferente", ha asegurado.

En este sentido, la energía podría ser transferida de forma inalámbrica a cualquier estación receptora que la transforme en electricidad, e incluso a la Luna u otros planetas. 

Un solo satélite proporcionaría tanta energía como una central nuclear convencional, pudiendo llegar a más de un millón de hogares, según la ESA. En comparación, para producir esa cantidad de energía en la Tierra, se necesitarían más de 6 millones de paneles solares.

A partir de aquí, la ESA tendrá que convencer en noviembre a los países miembros de que el proyecto es rentable, con el objetivo de obtener financiación para un estudio de 3 años e investigar más a fondo los satélites de energía solar. La decisión definitiva llegará en 2025.

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