11 errores y 8 peligrosos ingredientes que debes evitar cuando compras o usas ciertos cosméticos

Mujer se aplica rímel en los ojos delante de un espejo

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  • Los productos de cosmética forman parte de la vida diaria de cualquier persona y son sometidos a una evaluación de seguridad para la salud humana.
  • Esta revisión tiene el objetivo de demostrar que cada producto es "seguro para su uso normal o razonablemente previsible", pero no lo garantiza "en otras condiciones", advierte la AEMPS.
  • Estos son los principales casos de mal uso o malas prácticas en cosméticos, así como los ingredientes más peligrosos que pueden encontrarse.
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Gel, champú, desodorante, maquillaje, perfumes, crema para la piel, tintes, pintalabios, lápiz de ojos... Los productos de cosmética forman parte del día a día de todas las personas, de ahí la importancia de saber qué hay que tener en cuenta al comprar y usar un cosmético.

Estos son sometidos a una evaluación de la seguridad para la salud humana, en la que se analiza el perfil toxicológico de cada uno de los ingredientes, el modo de aplicación, la información del etiquetado y la población a la que va dirigido el producto, antes de que este salga al mercado, informa la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios).

Sin embargo, esta revisión tiene el objetivo de demostrar que cada producto es "seguro para su uso normal o razonablemente previsible", pero no lo garantiza "en otras condiciones de uso", advierte.

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La propia AEMPS realiza un seguimiento y ha encontrado en los últimos años "cierto número de casos" —aunque minoría— de efectos no deseados relacionados con productos cosméticos, que se pueden evitar con solo respetar unas pautas generales y no caer en los siguientes errores al usar o comprar un cosmético:

Mal uso y malas prácticas en los productos de cosmética

No tener en cuenta la información del producto o aplicar prácticas extendidas pero equivocadas "puede afectar a la seguridad de los productos cosméticos, poniendo en riesgo la salud del consumidor", avisa la AEMPS, que recoge varios ejemplos de mal uso y malas prácticas en productos de cosmética:

  • No seguir el modo de empleo indicado en el etiquetado.
  • No considerar las advertencias indicadas en la etiqueta.
  • Utilizar el producto para un fin distinto al previsto por el fabricante.
  • No respetar la fecha de duración mínima o el plazo de utilización del producto después de la apertura (PAO: señalado en meses o años).
  • Diluir el producto: la práctica de diluir un cosmético para aumentar su volumen, mejorar su fluidez o rehidratarlo "puede contaminar microbiológicamente el producto y afectar negativamente al conservante", así como "afectar a la eficacia, seguridad y a la estabilidad de la formulación".
  • Mezclar productos distintos: combinar varios productos cosméticos sin que el fabricante así lo recomiende puede hacer reaccionar a sus ingredientes y generar otros no identificados, de forma que "la seguridad del producto resultante no puede asegurarse", explica la agencia española.
  • Trasvasarlo a otro recipiente: esto supone, por un lado, el riesgo de que se pierdan las garantías de información del fabricante (ingredientes, advertencias, modo de empleo y trazabilidad) y, por otro, incrementar el riesgo de contaminación microbiológica.
  • Rellenar el envase: rellenar dispensadores comunitarios no reutilizables tiene los mismos riesgos que la mala práctica anterior. "Una vez acabado el producto, los envases deben ser eliminados", ya que "su reutilización no garantiza un uso seguro, pudiendo poner en riesgo la salud de consumidores", apunta la AEMPS.
  • Conservar mal el producto de cosmética: hay que evitar su exposición a temperaturas extremas o a la luz solar directa. No cerrar los envases o que estos se ensucien también puede afectar a la estabilidad y seguridad del cosmético.
  • Compartir algunos cosméticos: compartir los lápices de ojos, las barras de labios u otros productos cosméticos que pueden estar en contacto con fluidos orgánicos y mucosas puede ser el origen de la trasmisión de enfermedades infecciosas, como conjuntivitis o herpes.
  • No lavarse las manos: usar el producto con las manos sucias, especialmente cuando el envase permite el contacto directo (como en los tarros), incrementa el riesgo de contaminación microbiana del cosmético, señala la agencia.

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Productos cosméticos: ingredientes que debes evitar 

No solo en el mal uso de los cosméticos hay riesgo para la salud: también hay que prestar atención antes de comprar el producto.

Los productos de cosmética suelen tener una composición química compleja y algunos de sus ingredientes no son completamente inocuos en todas las circunstancias, por ejemplo en el caso de personas sensibles o en función de la cantidad en la que están presentes.

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Estos son los ingredientes "más peligrosos" que se pueden encontrar en algunos cosméticos, según la OCU:

  • Triclosan: es un conservante que "puede contribuir a la aparición de resistencias bacterianas, además de alterar el sistema hormonal, y es peligroso tanto en productos sin aclarado, como con aclarado", informa la Organización de Consumidores y Usuarios.
  • Butylated hidroxyanisole (BHA): conservante habitual en barras de labios y cremas hidratantes, está señalado como posible carcinógeno.
  • Butylparaben y Propylparaben: también conservantes, son ingredientes que pueden alterar el equilibrio hormonal.
  • Benzophenone-1 y Benzophenone-3: se trata de 2 filtros solares UV con potencial alergénico y fotoalergénico y posibles efectos como disruptores endocrinos, indica la organización.
  • Ethylhexyl methoxycinnamate: en concentraciones altas, este filtro ultravioleta puede ser responsable de posibles efectos como disruptor endocrino.
  • Homosalate: filtro UV relacionado con posibles alteraciones endocrinas cuando se encuentra en elevadas concentraciones.
  • Butylphenyl methylpropional (o lilial): "fragancia sospechosa de afectar a la fertilidad e inducir problemas de sensibilización de la piel", describe la OCU.
  • Hidroxyisohexyl 3-cyclohexene carboxaldehyde: esta fragancia se prohibió hace unos meses, por el riesgo de desencadenar alergias, pero "aún podría encontrarse en algún cosmético", advierte el análisis. 

Además de estos, hay otros ingredientes de cosméticos que han estado bajo sospecha y sobre los que la OCU se pronuncia para aclarar si son nocivos o no:

  • Aluminio y sus sales (aluminum o aluminium chlorohydrates): a pesar de las sospechas hace años, investigaciones posteriores han indicado que no contribuye a aumentar el riesgo de cáncer de mama ni el de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o el párkinson. El Comité Científico de Seguridad de los Consumidores (SCCS) considera que el empleo de compuestos de aluminio es seguro en las concentraciones en las que se usan actualmente en los desodorantes o antitranspirantes (10% si se aplican con aerosol; 6% en el resto de formatos), añade la OCU.
  • Phenoxyethanol: conservante que también ha llegado a ser señalado, pero del que el SCCS ha declarado que es seguro siempre que se emplee con una concentración máxima del 1%, ya que no se ha notificado ninguna alteración hormonal ni toxicidad para la reproducción, ni efectos mutagénicos o genotóxicos.
  • Dióxido de titanio (titanium dioxide): "en la mayoría de los usos en cosméticos esta sustancia no plantea problemas, pero no se recomienda en productos que se puedan inhalar (como en las cremas solares en espray) o ingerir (como en los labiales o dentífricos)", plantea la OCU.

Finalmente, la AEMPS recuerda que los consumidores y profesionales pueden comunicar al Sistema Español de Cosmetovigilancia aquellos efectos no deseados atribuibles a la utilización normal o razonablemente previsible de un producto, con el objetivo de ayudar a detectar potenciales riesgos.

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