Así han funcionado los ERTE hasta ahora y así deberían modificarse a partir de febrero, según patronal, sindicatos y expertos

Un trabajador de una cafetería de Barcelona coloca las mesas de la terraza

Reuters

  • Se cumplen 10 meses desde la flexibilización de los ERTE para ayudar a las empresas afectadas por el coronavirus, mientras Gobierno y los agentes sociales buscan un nuevo acuerdo para prorrogarlos más allá del 31 de enero.
  • Expertos y portavoces de patronales y sindicatos aseguran a Business Insider España que es necesario ampliar la vigencia de este mecanismo, pero proponen diversos cambios para mejorar su eficacia.
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Este lunes se cumplen 10 meses desde que el Gobierno flexibilizó las condiciones de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para ayudar a las empresas afectadas por el coronavirus, como parte del plan de choque para frenar el impacto económico de la pandemia que se aplicó al inicio del estado de alarma.

Desde entonces, este mecanismo ha servido para suspender temporalmente el empleo de 3,6 millones de trabajadores, el máximo de afectados por ERTE que se alcanzó en mayo, de los que 2,9 millones ya han recuperado su puesto de trabajo, mientras que otros 755.000 personas siguen bajo este régimen tras los repuntes en los últimos meses de 2020 debido a la segunda oleada de contagios del coronavirus.

Al mismo tiempo, Gobierno, patronales y sindicatos llevan enfrascados desde el pasado día 8 en la negociación para ampliar la vigencia de los ERTE más allá del 31 de enero, cuando vence la tercera prórroga de esta medida que el diálogo social consensuó en septiembre. Pese a que hay un principio de acuerdo para prorrogarlos hasta el 31 de mayo, las posiciones siguen distantes respecto a la retirada de la cláusula de salvaguarda, como reclaman las patronales.

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En este punto del debate sobre los ERTE, Business Insider España ha contactado con expertos y portavoces de la patronal y los sindicatos para analizar las posibilidades de un acuerdo para prorrogarlos y conocer su opinión sobre cómo han funcionado hasta ahora estos expedientes y qué cambios serían necesarios, en su opinión, para mejorar su eficacia durante los próximos meses.

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En cuanto al balance sobre la aplicación de los ERTE durante estos 10 primeros meses, expertos, patronal y sindicatos coinciden en señalar su eficacia para evitar una mayor destrucción de empleo y de tejido empresarial durante los momentos más duros de la pandemia, cuando las restricciones de movilidad han repercutido negativamente en la actividad económica.

"Estamos en condiciones de decir que los ERTE han salvado millones de empleos y cientos de empresas", asegura Mari Cruz Vicente, secretaria de Acción Sindical de CCOO, que destaca que la negociación entre Gobierno, sindicatos y patronales ha permitido adaptar esta medida "a las necesidades que han ido surgiendo, que han sido distintas en función de la evolución de la pandemia".

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"Por primera vez en nuestro país, el PIB ha caído en una crisis más que el empleo y eso se debe a la puesta en marcha del mecanismo de los ERTE", afirma Vicente, recalcando que su eficacia está demostrada. Por su parte, fuentes de la patronal coinciden en señalar que "han sido un mecanismo muy eficaz, que ha permitido mantener a muchas personas en plantilla y al mismo tiempo garantizar la viabilidad de muchas empresas".

Desde la patronal se destaca que los ERTE han sido "un mecanismo fundamental para poder adecuarnos a una situación tan inesperada", apuntando que han funcionado como "un amortiguador del gasto al tiempo que seguía manteniendo los ingresos de los trabajadores". Además, califican de "éxito" que se hayan podido reincorporar a más de 2 millones de afectados por este mecanismo a sus puestos de trabajo.

Este consenso en el balance de los ERTE hasta ahora se extiende también a los expertos. En el caso de Víctor Canalda, abogado y profesor de Derecho Laboral de la Universidad Oberta de Catalunya UOC, afirma que los ERTE "resultaron ser un instrumento muy valioso" para capear el cierre de empresas durante la primera oleada de la pandemia y destaca que han sido "clave para evitar la pérdida de empleos que se podía haber dado masivamente".

Canalda destaca el doble impacto de esta medida, reduciendo los gastos en salarios y cotizaciones de las empresas "mientras no hubiera actividad, a la vez que permitían a los trabajadores acceder a prestaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) de manera ágil e inmediata". 

En cambio, José Canseco, socio director de la consultora The Human Touch, afirma que "el balance es positivo, pero con algunos peros que tienen que ver con la gestión", que considera que ha sido "nefasta y lo está siendo, hay mucha gente que va entre 2 y 4 meses por detrás de lo que debería estar cobrando por su ERTE". 

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No obstante, Canseco no atribuye esta mala gestión a una mala praxis, sino "al tipo de plantilla que tienen los servicios públicos de empleo, debido a que tenemos 17 modelos y por eso la gestión se complica mucho". Además, el experto alude a "la escasa tecnificación y flexibilidad que hay en el modelo de relaciones laborales del SEPE", destacando que muchos no pueden trabajar desde casa y que las herramientas "no están afinadas".

Mientras, para Emilio González, profesor de Economía en la Universidad de Comillas ICADE, "la importancia del ERTE es que ha permitido mantener la relación laboral entre el trabajador y la empresa, de manera que cuando la empresa pueda reanudar su actividad no tenga que realizar nuevos contratos y mientras tanto por ser trabajador no se sintió despedido, sino vinculado con la empresa".

Consenso sobre la necesidad de prorrogar los ERTE

Cierres durante el COVID-19.

Respecto a la posible prórroga de este mecanismo a partir del 31 de enero, José Canseco asegura que el acuerdo entre Gobierno y agentes sociales para ampliarlo hasta el 31 de mayo es cuestión de días. Además, considera que esa fecha permitiría que comenzasen a mejorar los datos del coronavirus y "si cogemos ritmo de vacunación, pues quizás no es necesario estirarlos mucho más", salvo para sectores concretos como hostelería y turismo.

La secretaria de Acción Sindical de CCOO también toma de referencia el final de mayo, cuando concluye el estado de alarma, como fecha tope, precisando que "después habrá que analizar la situación de la pandemia y los efectos de la extensión del proceso de vacunación". Mari Cruz Vicente prevé que "en esas fechas la situación no solo haya mejorado, sino que estemos en vías de controlar el coronavirus".

Además, Vicente coincide con José Canseco en afirmar que pese a que se haya recuperado la actividad en la mayoría de sectores, otros tendrán "dificultades de reactivación total, seguirán necesitando ayudas y protección y serán situaciones que tendremos que seguir abordando para mantener las empresas y el empleo".

Por parte de CEOE, se destaca que "parece que lo lógico es establecer unos plazos mínimos hasta que acabe el estado de alarma", precisando que en la actual negociación se está planteando "es que se ampliara todo lo posible, con unos plazos ágiles y lo más automatizados posible", dado que afirman que "la gestión no es todo lo ágil que cabría esperar" y genera costes a las empresas.

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Además, las fuentes de la patronal resaltan que "hasta ahora, lo que era una crisis de liquidez en las empresas se convierte en un problema de solvencia porque ya la crisis se alarga demasiado" y consideran que no es previsible que la recuperación sea rápida, especialmente en los sectores de hostelería y turismo, por lo que aseguran que intentarán "llevar los mecanismos de protección lo más lejos posible".

Mientras, Emilio González afirma que habrá que analizar la prórroga de los ERTE por sectores, señalando que tendría sentido para las empresas vinculadas al turismo "pueden estar en estos momentos parados, acogidos a ERTE y a la espera de lo que se pueda hacer en la campaña de verano", pero no para comercios o empresas productoras de bienes "en donde ya se sabe que en estos momentos la demanda es mucho menor y por tanto tendrían que adaptarse a ello".

El profesor de Comillas ICADE destaca que la situación es muy distinta respecto al momento en el que se flexibilizaron por primera vez los ERTE y pide "empezar a entender o asumir que parte de esos ERTE se van a transformar en despidos o en desempleo guste o no guste", por lo que respalda la propuesta de las patronales de permitir el despido para "permitir que las empresas sobrevivan" sin mantener empleos de forma artificial. 

Víctor Canalda también considera que habrá destrucción de empleo y cierres de negocios porque "lamentablemente, habrá empresas que no podrán aguantar el esfuerzo que supone hacer frente a costes sin generar ingresos durante todo el periodo de restricciones" generando despidos, por lo que pide prorrogar los ERTE para las empresas que sí sean viables.

El profesor de Derecho Laboral de la UOC asegura que ese apoyo debería mantenerse hasta que "exista inmunidad poblacional suficiente que haga descender hasta niveles tolerables los indicadores de valoración del riesgo", en referencia a la incidencia acumulada de casos diagnosticados y el nivel de utilización de servicios asistenciales por el coronavirus".  

Cómo mejorar los ERTE de cara a la tercera ola del coronavirus

Camarero trabajando en la terraza de un restaurante

En cuanto a los posibles cambios en el régimen de los ERTE que serían necesarios para mejorar su eficacia, los expertos y portavoces de los agentes sociales entrevistados por Business Insider España muestran una mayor división de opiniones, con propuestas variadas para corregir posibles deficiencias del actual sistema, para adaptarlo a la situación pandémica actual o para poner en marcha otras medidas complementarias.

Desde CCOO, Mari Cruz Vicente atribuye la eficacia de los ERTE a que "han surgido de las negociaciones el acuerdo de las organizaciones sindicales, empresariales y el Gobierno", aunque reconoce que serán necesarias otras iniciativas "no solo para mantener el empleo si no para recuperar el que se ha perdido y poder hacer frente a las nuevas necesidades del país", entre las que cita la transformación energética, la digitalización o los retos ecológicos, entre otros.

Para alcanzar esas metas, la responsable de CCOO entiende que es preciso "aumentar el gasto público" con los fondos europeos, que asegura que "no solo servirán para transformar el modelo productivo, sino también para recuperar las expectativas de los hogares", y elevar los salarios para que "sean un factor de recuperación y no alimenten la espiral de deflación de expectativas y precios que ya se ha puesto en marcha".

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Así, Vicente destaca que "en noviembre los precios volvieron a caer por octavo mes consecutivo", un 0,8%. Además, fuera del ámbito estatal, defiende la necesidad de "mantener la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo para evitar que los bancos recorten el crédito, al menos, a las empresas y para mantener bajo el coste de financiación de los Estados, las deudas y el crédito".

En las organizaciones empresariales, en cambio, las propuestas son diametralmente opuestas. Fuentes de la patronal destacan la importancia de que las exenciones de cuotas del 100% "sean más accesibles para el mayor número posible de empresas", además de automatizar y agilizar los pasos burocráticos en la gestión de los ERTE y en la aplicación de posibles prórrogas y cambios en sus condiciones.

Además, también proponen la retirada de la cláusula de salvaguarda, que penaliza que las empresas acogidas a ERTE realicen despidos hasta 6 meses después de abandonar ese mecanismo, por el mismo motivo por el que plantean ampliar las exenciones, el de garantizar la supervivencia de las empresas, señalando que las obligaciones que establece pueden llevar a negocios viables al cierre.

"Los ERTE tenían sentido para una parada temporal de la economía, pero no para una tan amplia", señala Emilio González, que proponen "cambiar ya la naturaleza del ERTE, porque en estos momentos las circunstancias son distintas", respaldando que se permita despedir a empresas acogidas a este régimen para favorecer su viabilidad ofreciéndoles flexibilidad para adecuar su plantilla a sus necesidades.

El profesor de Comillas ICADE destaca que "estamos en una situación de crisis bastante grave de la que no vamos a salir con facilidad y la demanda no se va a recuperar de la noche a la mañana porque vaya a desaparecer el coronavirus". González resalta que "se han destruido por el momento el 10% de las empresas que había en España", señalando que "tampoco están las condiciones económicas para meter muchos estímulos", teniendo en cuenta la deuda soberana y la estructura productiva de España.

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Por su parte, José Canseco precisa que, a pesar de ser empresario, entiende que "un ERTE es un mecanismo de mantenimiento del empleo, lo que permite suspender la relación laboral previniendo la extinción, por lo que si abrimos la puerta a la extinción ya es otra cosa". No obstante, reconoce que las relaciones laborales en España necesitan más flexibilidad, pero destacando que permitir despidos tras un ERTE "no es el instrumento" para ello.

En cambio, el socio director de The Human Touch considera que la extención de las exoneraciones es un tema aparte y propone que las organizaciones sectoriales, "que son las que tienen los datos y sufren esta casuística día a día", deberían incorporarse al diálogo social para ayudar a establecer los porcentajes más adecuados para cada caso.

Víctor Canalda también destaca la importancia de las exenciones fiscales y de cotizaciones sociales, proponiendo que se pongan en marcha junto a otras medidas adicionales, como ayudas directas a fondo perdido "para fomentar la reactivación o reconversión empresarial", bonificar la contratación o permitir "la percepción simultánea de prestaciones a emprendedores y autoempleados en las fases iniciales de sus proyectos".

Canalda afirma que, pese a la gravedad de la situación, "no es momento de tomar medidas reactivas, sino expansivas y con visión de futuro, dado que el profesor de la UOC reconoce que, aunque "es difícil prever el curso de acción de la pandemia en este 202,  con los ERTE claramente no va a ser suficiente para evitar destrucción de empleo en términos netos", destacando además "el consumo masivo de prestaciones públicas para desempleados y afectados por los expedientes".

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