José Luis Escrivá propone a los agentes sociales revalorizar las pensiones según la evolución de los precios en los 2 años anteriores para preservar su poder adquisitivo

Tras los acuerdos para ampliar la vigencia de medidas de estímulo contra el impacto del coronavirus, como la prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), las prestaciones para autónomos o las moratorias para créditos e hipotecas, la mesa del diálogo social centra ahora sus negociaciones en la reforma del sistema público de pensiones, que está pendiente desde hace más de 4 años.

Esta reforma recibió un espaldarazo el pasado octubre, cuando el Pacto de Toledo aprobó sus 21 recomendaciones para mejorar el sistema público de pensiones con el respaldo de todos los partidos salvo Vox. Sin embargo, Gobierno, patronales y sindicatos siguen estudiando propuestas para garantizar su viabilidad, definir mecanismos para su revalorización y evitar que los más jóvenes asuman el coste de la jubilación de la generación del baby boom.

Precisamente, la última propuesta por parte del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se centra en cómo calcular la evolución anual de las prestaciones, para lo que Escrivá ha propuesto a los agentes sociales que las pensiones se revaloricen según el IPC medio en los 2 años anteriores, en lugar de mantener su referencia a las previsiones del Índice de Precios de Consumo (IPC) para el año siguiente, segúnLa Información.

Este gráfico explica la brecha entre el poder adquisitivo de los más mayores frente a los más jóvenes: así han evolucionado las pensiones y los salarios en los últimos 13 años

El objetivo de este cambio sería desvincular la revalorización de las pensiones de decisiones políticas no siempre vinculadas a la evolución oficial de los precios y establecer un mecanismo que fije el incremento de las prestaciones a los cambios en la cesta de bienes y servicios que publica el Instituto Nacional de Estadística, como vía para garantizar que se mantiene el poder adquisitivo de los jubilados.

Las pensiones están ligadas a la evolución del IPC interanual en los últimos 12 meses desde finales de 2018, cuando el Gobierno, que entonces ostentaba en solitario el PSOE tras la moción de censura contra el expresidente Mariano Rajoy, aprobó un decreto que derogaba el sistema implantado desde 2013, que vinculaba la evolución de las prestaciones a la de la economía real.

Desde el cambio en 2018, las pensiones han acumulado 2 años consecutivos ganando poder adquisitivo, incrementándose un 2% más que la inflación tras perder 2 puntos de poder de compra entre 2008 y 2018. En concreto, en 2011 los jubilados perdieron un 3,2% de poder de compra, en 2012, un 1,4%, en 2013, un 0,4%, y en 2017 un 1,8%, situando a 3 millones de pensionistas bajo el umbral de la pobreza.

Con la propuesta de Escrivá, las ganancias de poder adquisitivo en las prestaciones de jubilación se moderarían durante los 3 años siguientes mediante la aplicación de la media de avance del IPC de los 2 años anteriores, limitando su capacidad para situarse por encima de la evolución de los precios. Así, las pensiones no bajarían ante un IPC negativo y sus subidas inesperadas se compensarían paulatinamente en el sistema, según La Información.