España y Europa se preparan para el brote de la gripe en invierno, tras un largo periodo de pocas infecciones debido al coronavirus

España y Europa se preparan para el brote de la gripe en invierno, tras un largo periodo de pocas infecciones debido al coronavirus

Vincent West/Reuters

  • El fuerte impacto anual que tiene la gripe se ha visto reducido con la aparición del coronavirus y las medidas sanitarias para combatirlo.
  • El último invierno en España ya fue atípico, sin ningún tipo de incidencia de la gripe estacional, y otros países en el mundo también han visto esa menor exposición que, sin embargo, puede suponer una menor preparación de las poblaciones.
  •  Los expertos recuerdan que el virus de la gripe sigue ahí y es impredecible, más en un escenario con coronavirus y en el que las restricciones se están empezando a levantar.
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Cada año suelen morir unas 650.000 personas por enfermedades respiratorias relacionadas con la gripe estacional, según la Organización Mundial de la Salud. 

La aparición del coronavirus hace más de año y medio, sin embargo, ha alterado el escenario, con menos infecciones en una población que también podría estar menos preparada para un siguiente brote.

El último invierno ya fue uno atípico en España, donde apenas se dieron casos de gripe (una tasa de contagios de 0 casos por cada 100.000 habitantes en las primeras semanas de 2021, según los datos de la Red de Vigilancia del Instituto de Salud Carlos III). La campaña de vacunación masiva que se realizó en los últimos meses de 2020 tuvo mucho que ver, pero también el coronavirus ha jugado un papel importante.

En primer lugar, porque parece haberse posicionado como virus dominante frente a otros y, en segundo lugar, porque las medidas desplegadas para luchar contra el COVID-19 (mascarilla, distancia social, ventilación, lavado de manos, grupos de convivencia estable, menos viajes e interacción...) también han servido para limitar a la gripe.

Sin embargo, el virus de la gripe sigue ahí, y esas medidas antiCOVID se están empezando a retirar, con la vuelta a los viajes, el uso no obligatorio de la mascarilla en exteriores en España, el levantamiento de las restricciones en países como Reino Unido e Israel, etc.

Así, preocupa que se dé un escenario en el que conviva con el coronavirus y otras enfermedades respiratorias. En España, y en otros países de Europa y del mundo. "El próximo invierno puede ser bastante difícil", declara Chris Whitty, asesor médico jefe del gobierno del Reino Unido, según recoge Financial Times.

"Las posibilidades de que aumente la actividad de la gripe están definitivamente ahí y estamos en el periodo de observación para ver qué pasa", plantea al mismo medio Lynnette Brammer, jefa del equipo de vigilancia nacional de la influenza en los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, por sus siglas en inglés) de EE. UU.

La referencia epidemiológica para "ver qué pasa" suelen ser los países de Australia y Nueva Zelanda, donde las temporadas de gripe suelen alcanzar su punto máximo en agosto, de forma que sirve posible previsión de futuro para países de otras partes del mundo (España, Europa, EE. UU. ...).

Sin embargo, frente a la media de 3.500 fallecimientos en Australia por la gripe estacional, este año el departamento de salud del país solo ha notificado 417 casos de gripe y ninguna muerte.

En un análisis realizado por Financial Times, se observa cómo los picos de casos de gripe en los años 2016 a 2019 contrastan con la curva menos pronunciada de 2020 y con una horizontal rayando el 0 en países del hemisferio norte como Francia, Reino Unido y EE. UU., pero también en Australia y Nueva Zelanda.

La otra cara de la moneda, sin embargo, es que eso puede suponer una poca preparación de las poblaciones para afrontar un nuevo brote, tras año y medio sin uno significativo: "Cuanto más tiempo tenemos temporadas en las que no circula la influenza, los niveles de inmunidad colectiva se reducen", explica al medio británico Ian Barr, subdirector del centro colaborador de la OMS para referencia e investigación sobre la influenza.

John McCauley, director del Centro Mundial de Influenza en el Instituto Francis Crick de Londres, apunta en la misma dirección: "Estamos comenzando desde un punto bajo [de infecciones] pero la inmunidad de la población es menor. Creo que estamos en una posición en la que realmente no podemos anticiparnos a lo que sucederá. Simplemente se toman las medidas, a través de un aumento de la vacunación, para mantenerlo lo más bajo posible", analiza.

Eso sí, las vacunas contra la gripe tienen una eficacia máxima de en torno al 60% (en contraste con los porcentajes mayores de las inyecciones contra el COVID-19, de hasta el 95%), y es difícil predecir el comportamiento de la influenza o gripe, más aún en este escenario dominado por el coronavirus. 

Este ya ha influido en que el virus respiratorio sincital (VRS), que provoca la bronquiolitis en menores de 2 años y es más frecuente de los meses de invierno, haya reaparecido en España hace un par de meses.

"Podríamos tener una temporada de gripe severa, o podríamos tener una temporada de gripe común y corriente. Pero una cosa de la que estoy segura es que la gripe comenzará a circular de nuevo", concluye Lynnette Brammer.

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