España 'paga el pato' por la crisis de Alemania: carga con el castigo de la fuerte subida del BCE pese a tener la inflación más baja

El canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

REUTERS/Michele Tantussi

  • Si el BCE decide subir los tipos de interés, el jarro de agua fría cae con la misma fuerza sobre todos los países, aunque el incendio a apagar sea menor en España. 
  • Como ya ocurrió en la crisis de 2012, España paga las consecuencias de una política monetaria que sopla a favor de la locomotora alemana.

La política monetaria europea es una batalla entre halcones y palomas, donde el viento siempre sopla a favor de Alemania. El problema es que, ahora mismo, eso puede significar un vendaval de cara para España.

En la teoría, Alemania tiene el mismo peso político que España en las decisiones del Banco Central Europeo (BCE). Pero el peso económico de la locomotora germana sí es mayor en la zona euro, y eso tiene ciertas implicaciones que le pueden costar más a otros países cuando hablamos de política monetaria. 

Ocurrió en la crisis financiera, y podría pasar de nuevo ahora con los tipos de interés, cuando la economía española está cargando con unas subidas históricas que contrastan con el hecho de que España tenga la inflación más baja de la eurozona. 

"La política monetaria actual tal vez no sea la más adecuada para España. Si tenemos en cuenta la inflación, España puede estar pagando más", explica José Emilio Boscá, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico en la Universidad de Valencia, investigador asociado de Fedea y colaborador de BBVA Research.

Cuando el BCE empezó a subir tipos para controlar la crisis de precios, la inflación en España estaba en el 10,8%, un máximo no visto desde la crisis del petróleo de los años 80. Medio año después, España ha logrado convertirse en el país con la inflación más baja de la eurozona. Pero los tipos han seguido subiendo.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

España cerró diciembre con una inflación en el 5,5% interanual, convirtiéndose por segundo mes consecutivo en el país con la tasa más baja del club del euro, por debajo de Francia (6,7%) y muy lejos de Alemania (9,6%), Portugal (9,8%) o Italia (12,3%), según los datos publicados ayer por Eurostat.

La inflación es, por ejemplo, el doble en Italia que en España, pero la subida de tipos en uno y otro país es la misma. 

El problema es que la política monetaria se aplica de forma uniforme en todos los países del euro, y si el BCE decide subir los tipos de interés, el jarro de agua fría cae con la misma fuerza sobre todos los países del euro, independientemente de que el incendio a apagar sea menor en algunos, como España. 

"Si para primavera la inflación en España es del 3% pero en Alemania sigue en el 6%, los tipos segarán más hacia Alemania que para España. La que manda es la inflación alemana. Pero esto nos puede generar una mayor contracción de lo que necesitaríamos", avisa Manuel Hidalgo, colaborador en la Fundación Alternativas y profesor de Economía aplicada en la Universidad Pablo de Olavide.

Eso significa que, de nuevo, España podría terminar siendo víctima de una política monetaria que sopla más a favor de Alemania. 

"Aunque la política monetaria no está orientada a abordar la dispersión de la inflación entre los Estados miembros, los amplios diferenciales de inflación tienen implicaciones para la política monetaria [...] todos estos factores limitan la capacidad del BCE para cumplir eficazmente su mandato de estabilidad de precios", reconoce un informe encargado por el Parlamento Europeo.

Christine Lagarde

"Una subida de tipos en una Unión Monetaria Europea donde todavía no existe una Unión de mercado de capitales, o donde tampoco están todavía integrados los servicios minoristas de banca, hace que el impacto sea también muy diferente entre estados", coincide Inma Ordiales, colaboradora de la Fundación Alternativas.

Un precedente: cuando el BCE alimentó el boom inmobiliario

BBVA VIVIENDA 1

Esto ya ocurrió en la última crisis financiera. En 2008, el entonces presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, bajó los tipos de interés para estimular la actividad, inclinado por una economía alemana que empezaba a enfriarse, mientras que la economía española estaba a punto de estallar por la burbuja inmobiliaria, y lo que habría necesitado para frenar el boom era precisamente una subida de tipos.

"Este diferencial pudo haber alimentado el boom interno y la burbuja inmobiliaria en España, donde la política monetaria única fue política monetaria única era probablemente demasiado laxa en aquel momento, mientras que la economía alemana necesitaba una política monetaria menos restrictiva", confirma el informe del Parlamento Europeo.

Por eso cuando, en 2011, Trichet cometió lo que se ha calificado como el mayor error en la historia del BCE, y subió los tipos de interés aprovechando que la economía alemana ya tiraba, el movimiento fue el detonante para la crisis de deuda en los países del sur de Europa

"Pero en esta ocasión no somos el enfermo de Europa. El enfermo es Alemania", señala Gonzalo Bernardos, profesor Titular de Economía en la Universidad de Barcelona, que se refiere a la enorme dependencia que Berlín tiene de la energía rusa, amén de un modelo económico volcado en las exportaciones que ha quedado en entredicho con esta crisis.

El presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta y ministra de Economía Nadia Calviño

Vientos de cola a favor de Alemania: ¿Inevitable?

"Si preguntas a cualquier gobernador, te va a decir que el BCE no mira tanto a Alemania o a España, sino que mira al conjunto de la Eurozona, sobre todo desde la perspectiva de la inflación", apunta Omar Rachedi, profesor adjunto del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade.

Sin embargo, ¿por qué Alemania tiene una relevancia mayor? Rachedi explica que no se debe al peso político explícito de Alemania (tiene dos miembros, los mismos que España, además de que no todos votan siempre), pero sí hay un peso implícito.

"Por un lado, debido a las características de Alemania, todo lo que pasa allí tiene más repercusión en la inflación, por lo que la perspectiva del BCE da más peso a Alemania que a España", resume Rachedi.

Por otro lado, añade, "si hablamos de la conexión entre empresas, Alemania es un productor principal de bienes y servicios a la mayoría de los países europeos. Esto significa que un shock de oferta, como en los precios de la energía, o un incremento de los precios de los bienes manufacturados, se transmiten con el paso del tiempo al resto de los países". 

En otras palabras, que si Alemania cae, antes o después arrastraría al resto de economías europeas consigo, por lo que pagar el pato de la inflación podría ser un movimiento inevitable para evitar un mal mayor.

Por otro lado, hay que matizar que no todo es Alemania. Además de contra la inflación, al BCE le toca luchar contra las presiones de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y sus agresivas subidas de tipos, que van apreciando el dólar. Si el BCE no subiera tipos al compás, esto podría provocar una devaluación peligrosa para el euro.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez

El mismo jarro de agua helada, pero España sufrirá más

El jarro de agua fría vertido por el BCE sobre las economías del euro es el mismo, pero España se verá más castigada. 

"Si consigues controlar la inflación más que otros países, pero la política está enfocada a la media, esto no te ayuda mucho en términos de PIB. España podría permitirse tipos más bajos, por lo que a lo mejor sufrimos algo más de castigo de tipos de lo que nos podríamos merecer", apunta Boscá.

En el caso de las compañías, por ejemplo, "las empresas no financieras residentes en Italia y España tienen una mayor proporción de deuda a tipo variable y a corto plazo que las residentes en Francia y Alemania; por lo tanto, estarán expuestas antes al coste de la subida de los tipos de interés", avisa el Banco de Francia en una publicación.

Lo mismo ocurre en el caso de los hogares, matiza Ordiales: "En España, los hogares, por medio de las hipotecas, también presentan una mayor vulnerabilidad comparada frente a otros socios de la UE".

Pero no se trata solo de la deuda de hogares y empresas. La propia deuda pública también está en juego, y en el caso de España o Italia alcanza niveles insostenibles.

Estallido bomba

"Si pensamos en España o en Italia, estos países temen que una subida importante de los tipos de interés pueda generar una recesión con una dinámica de inflación", coincide Rachedi.

Ello sin contar con el riesgo de fragmentación financiera. La crisis de la deuda soberana casi se llevó por delante la Unión Monetaria Europea en 2012. Ahora, el BCE asegura que no pasará lo mismo, gracias a la creación de un nuevo mecanismo antifragmentación. Pero lo cierto es que las condiciones para acceder al mismo penalizarían más a países con mucha deuda, como España.

Por lo pronto, el BCE ha avanzado que seguirá con su senda de subidas. "Será necesario subirlos más", avanzaba esta semana Philip Lane, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.

Mientras la inflación sea elevada en Europa, los tipos seguirán subiendo en verano, por mucho que, para entonces, en España se hayan moderado.  

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