Estados Unidos, a las puertas de una escasez eterna de la mano de obra

La inminente jubilación de los 'boomers' creará una escasez de mano de obra que durará décadas en Estados Unidos.
La inminente jubilación de los 'boomers' creará una escasez de mano de obra que durará décadas en Estados Unidos.

Arif Qazi/Insider

  • La pandemia inauguró una nueva dinámica de trabajo en Estados Unidos con la llegada de la gran dimisión, pero ahora se han cambiado las tornas: los despidos están aumentando y han caído las contrataciones.
  • Pero el mercado laboral cambiará definitivamente con la jubilación de la generación del baby boom: "El lento maremoto demográfico por fin está llegando a su cresta", resume el experto Aarón Terrazas.

Desde la pandemia, a las empresas estadounidenses, grandes y pequeñas, les ha costado mantener su plantilla al completo. Se han visto obligadas a aumentar los salarios y ofrecer beneficios extra, mientras que los empleados eran libres de buscar mejores ofertas o unirse al fenómeno de la gran dimisión. Pero ahora, están aumentando los despidos y disminuyendo las ofertas de empleo. La economía se ralentiza mientras la Reserva Federal sube los tipos de interés al ritmo más rápido en décadas. Desde cualquier punto de vista objetivo, la balanza del mercado laboral debería inclinarse a favor de los empresarios.

Sin embargo, no está siendo así. Parece que sigue siendo increíblemente difícil cubrir los puestos con personal cualificado. De alguna manera, los trabajadores siguen teniendo el poder, y un cambio radical que se está produciendo en el mercado laboral podría mantener las cosas así eternamente.

El cambio se reduce a la demografía. Desde el baby boom que siguió a la Segunda Guerra Mundial, las empresas han disfrutado de una oferta inagotable de trabajadores a los que recurrir. ¿Odias tu trabajo? Bien, te sustituiremos por uno de los cientos de trabajadores que estarían encantados de ocupar tu puesto. La abundancia de trabajadores los hacía baratos y desechables.

Pero ahora, esos baby boomers se están jubilando, lo que dificulta la situación de las empresas. "La escasez de mano de obra a la que nos enfrentamos hoy en día es probable que siga siendo así, y tal vez empeore aún más. Va a seguir siendo realmente difícil atraer a la gente y conseguir que ocupen nuevos puestos de trabajo", comenta Jay Denton, director de análisis de LaborIQ, empresa que proporciona análisis salarial a los empleadores. Estados Unidos se asoma a una escasez eterna de mano de obra.

 

Hoy puede parecer historia antigua, pero el baby boom provocó un cambio masivo en el mercado laboral estadounidense. Cuando los boomers alcanzaron la mayoría de edad, el mercado laboral creció a gran escala. La población en edad de trabajar aumentó un 17% en los años 60 y otro 19% en la década siguiente. Eran buenos tiempos para buscar trabajo.

Pero los boomers, a diferencia de sus padres, no han tenido muchos hijos. La píldora y la legalización del aborto hicieron que las tasas de fertilidad cayeran en picado: de 3,7 bebés por mujer en 1960 a 1,8 una década y media más tarde. Durante unos años, la afluencia de mujeres e inmigrantes a la población activa mantuvo la estadística de nacimientos. 

Pero en el año 2000, la creciente oferta de mano de obra femenina alcanzó su punto álgido. Y tras la llegada de Donald Trump al poder, la inmigración cayó en picado. Por lo tanto, cuando comenzó a jubilarse la generación del baby boom, la población activa ya se había resentido.

Entonces, el COVID-19 aumentó la escasez. La inmigración se paralizó, la ola de jubilaciones de los baby boomers empezó en serio y millones de jóvenes decidieron aprovechar el boom bursátil y jubilarse anticipadamente. "Todos estos vientos de cola empujaban en la misma dirección y, de repente, se detuvieron al mismo tiempo. El lento maremoto demográfico por fin está llegando a su cresta", afirma Aaron Terrazas, economista jefe de la web de búsqueda de empleo Glassdoor.

En abril, la tasa de desempleo en Estados Unidos descendió a su nivel más bajo desde 1969, lo que significa que quedan pocos trabajadores disponibles para contratar. A pesar de todo lo que se dice de que "ya nadie quiere trabajar", la proporción de personas de 25 a 54 años con empleo es hoy mayor que antes de la pandemia. Y la escasez no ha hecho más que empezar. 

La Oficina Presupuestaria del Congreso prevé que la población activa crezca solo un 3,6% entre 2022 y 2031, una octava parte del ritmo de los años 70. En la década siguiente, se prevé que el crecimiento se ralentice aún más, hasta el 2,9%. En otras palabras, los empresarios se enfrentan a décadas de estancamiento de la mano de obra.

¿Qué implica una eterna escasez de mano de obra para los trabajadores en los próximos años? Lo esencial es que habrá una competencia sin cuartel por sus servicios. Para empezar, pueden esperar salarios más altos: en abril, los ingresos medios por hora aumentaron un 4,4% con respecto al año anterior. Denton, analista laboral, espera que sigan subiendo por encima del 2% anual de la década anterior a la pandemia.

Para atraer a suficientes trabajadores, los empresarios también se verán obligados a ofrecer mejores prestaciones y condiciones de trabajo. Terrazas señala el "gran cambio de mentalidad" que se está produciendo en el sector del transporte por carretera. 

Para atraer a más conductores, algunas empresas han empezado a dividir sus rutas de largo recorrido, permitiendo que los trayectos sean más cortos en lugar de obligarles a soportar agotadores turnos. "Cuando abunda la mano de obra, es más fácil aplicar las prácticas empresariales óptimas para el negocio. Pero cuando la mano de obra escasea, las empresas tienen que ser más activas a la hora de escuchar lo que quieren sus empleados", explica Terrazas.

Otro efecto de la escasez de mano de obra es que en los próximos años, los trabajadores más jóvenes ascenderán antes a medida que se jubilen los jefes de más edad. El año pasado, según una estimación, el 29% de los directivos (y el 40% de los CEO) tenían 55 años o más. Cuando los veteranos comiencen a retirarse, llegarán los ascensos. 

"Va a haber muchas oportunidades de progresión profesional", afirma Denton.

Pero quizá el mayor cambio no sea cómo contratan los empresarios, sino a quién contratan. Ante la escasez, las empresas se verán obligadas a incorporar a quienes durante mucho tiempo han rechazado o ignorado. La Administración estadounidense está flexibilizando los requisitos de control de drogas para los candidatos a un puesto de trabajo, y cada vez más empresas contratan a personas con antecedentes penales. 

Las compañías también están flexibilizando los puestos de trabajo para atraer a madres con niños pequeños y a personas con discapacidad. La demanda de mano de obra aumentará por la escasez de trabajadores.

Pero el problema de esta nueva era de escasez de mano de obra es el siguiente: los empresarios no se van a quedar de brazos cruzados. El trabajo se encarecerá, y ese no es un precio que las empresas estén dispuestas a pagar. "Los precios altos generan innovaciones que amplían la oferta y, en última instancia, reducen los precios. Algunas de estas innovaciones serán pequeñas, y otras serán realmente grandes", afirma Terrazas. 

¿Qué tipo de "innovaciones" introducirán los empresarios? Algunos recurrirán a una táctica de probada eficacia: la deslocalización. Si las empresas no encuentran suficientes trabajadores en su país, buscarán en el extranjero. Denton espera que muchos digan: "No tenemos gente para hacer lo que tenemos que hacer aquí, y vamos a encontrarla donde podamos". 

Como escribí el año pasado, las empresas tecnológicas ya están trasladando sus funciones de ingeniería de software al extranjero, contratando programadores en lugares como América Latina. 

Otras empresas intentarán eliminar por completo la necesidad de trabajadores. Por ejemplo, el ocio y la hostelería ya no tienen acceso a un flujo constante de trabajadores jóvenes con sueldos bajos. Los restaurantes han empezado a sustituir a los camareros por otros sistemas de pedidos, y los hoteles han reducido la necesidad de personal de limpieza suprimiendo la limpieza diaria de las habitaciones. 

Son cambios que las empresas podrían haber hecho fácilmente en el pasado (las aplicaciones móviles, por ejemplo, existen desde hace más de una década), pero no creyeron que mereciera la pena invertir hasta que llegó la escasez de personal. Ahora la pregunta es: ¿en qué momento estas adaptaciones por necesidad erradicarán puestos de trabajo para la próxima generación?

Eso significa que la escasez de mano de obra será más una batalla continua que una paz duradera. El poder nunca cambia de manos sin lucha. Millones de trabajadores van a beneficiarse del nuevo cambio demográfico, pero cuanto mayor sea la recompensa para los empleados, mayor será la reacción de los empresarios. 

"La idea de que la oferta de mano de obra va a ser siempre escasa entraña un riesgo. Es un error suponer que la línea siempre va a ser ascendente hacia la derecha. Pero habrá a lo largo de ese camino", señala Terrazas.

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