El Pentágono recibe el arma láser más potente de Lockheed Martin como sistema de defensa

Lockheed Martin es una de las compañías aeroespaciales y de seguridad global más importantes del mundo, con sendos contratos militares con el ejército de Estados Unidos y sus aliados.

Con un gran enfoque en la defensa, la compañía ya desarrolló su arma láser Helios, que comenzó recientemente a desplegarse en barcos de la Marina del Ejército de Estados Unidos.

Ahora, la empresa de defensa ha desarrollado un láser de clase eléctrica de 300 kilovatios (kW), el más potente que Lockheed Martin ha producido hasta la fecha, según han anunciado en un comunicado.

El arma ha sido entregada a la Oficina del Subsecretario de Defensa para Investigación e Ingeniería USD (R&E), que depende del Pentágono de Estados Unidos, y forma parte de un contrato firmado en 2019 dentro de la Iniciativa de escalado de láser de alta energía (HELSI).

"Lockheed Martin aumentó la potencia y la eficiencia, y redujo el peso y el volumen de los láseres de alta energía de onda continua, lo que reduce el riesgo de futuros despliegues de sistemas de armas láser de alta potencia", ha declarado Rick Cordaro, vicepresidente de Soluciones Avanzadas de Productos de Lockheed Martin. 

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Sin embargo, no es la única compañía que está inmersa en el desarrollo de estas armas de alta tecnología, ya que Boeing también está fabricando otro arma láser de 300 kW. Un contrato con Estados Unidos que también implica a General Atomics Electromagnetic Systems.

De vuelta a Lockheed Martin, su trayectoria contratista ya tiene bastante recorrido, como el acuerdo militar más caro de la historia –al menos hasta 2001– con Estados Unidos, para la compra de aviones basados en el caza supersónico F-22 Raptor.

A su vez, también lograron vender a Estados Unidos, Reino Unido y aliados la flota de aviones F-35, aunque no sin ciertas polémicas. El Tribunal de Distrito de Carolina del Sur ya demandó a Lockheed Martin, Collins Aerospace y Teledyne Technologies por sus F-16.

Un piloto de Estados Unidos falleció tras fallar su silla de eyección y, presuntamente, esto se debió a errores en los componentes electrónicos. 

Por otro lado, y en relación a polémicas derivadas de la política internacional, Estados Unidos ha prohibido, parcialmente, la venta de aviones F-35 en septiembre. Esto se debe a que se descubrió el uso de una aleación de cobalto y samario producida en China.

Tanto la legislación estadounidense como las normas de adquisición del Pentágono prohíben expresamente el uso de metales especiales o aleaciones producidas en China, Irán, Corea del Norte o Rusia.

Finalmente, Lockheed Martin también está inmersa en la guerra de Ucrania, a través de Estados Unidos y aliados, con el diseño y desarrollo del misil guiado antitanque Javelin, el mayor enemigo de los tanques rusos T-72 y T-90.