Cómo tu estrés durante el embarazo puede afectar directamente a tu bebé
- Los niveles altos de estrés durante el embarazo pueden afectar negativamente al estado de ánimo de los bebés de pocos meses.
- Un nuevo estudio ha señalado que las embarazadas con mayores fluctuaciones de estrés tienen bebés que experimentaban más miedo, tristeza y angustia.
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Durante el embarazo, el cuerpo atraviesa diferentes fases de cambios constantes, tanto físicos como emocionales. A medida que las hormonas evolucionan, también lo hace el estado de ánimo, por eso no es raro que las embarazadas experimenten cierto grado de estrés en algún momento. Pero al igual que las emociones, los hábitos también influyen en el desarrollo del feto.
Un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Northwestern, y que ha investigado cómo se construye la personalidad de las personas incluso antes de nacer, ha indicado que el estrés durante el embarazo hace que los bebés desarrollen más emociones negativas.
Las embarazadas que habían sentido mayores fluctuaciones de estrés tenían bebés que experimentaban más miedo, tristeza y angustia a partir del tercer mes desde su nacimiento. Otras investigaciones pasadas ya habían establecido una relación entre el estado de las madres y el comportamiento posterior de sus hijos.
Una de las autoras del estudio, Leigha MacNeill, ha señalado que las madres que se mueven entre niveles extremos cambiantes de estrés tienen más probabilidades de perjudicar las emociones de sus hijos. Esa experiencia gestacional, que a veces cuenta con picos altos de estrés, puede "modelar la disposición del niño a las emociones negativas".
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"Ese tipo de patrón de estrés podría reflejar la inestabilidad de las experiencias de la vida cotidiana, los factores de estrés externos imprevisibles o la inestabilidad de la forma en que la madre percibe sus experiencias vividas, lo que podría tener importantes implicaciones para el desarrollo emocional de los niños", ha explicado MacNeill.
Para medir el estrés de las embarazadas, los autores del estudio les enviaron una serie de preguntas telemáticamente a las participantes durante 14 semanas, y varias veces al día. A los meses del nacimiento del niño se les volvió a enviar un cuestionario en relación a las emociones negativas de sus hijos. La media resultante ha reflejado resultados generales negativos.
Los investigadores del estudio han expresado su necesidad de utilizar muestras más amplias para obtener resultados mucho más certeros. La razón es que sería de gran relevancia conocer los factores que rodean a las diferentes familias participantes. También han contemplado la opción de hacer un seguimiento del niño hasta cumplir su primer año.
"Uno de los enfoques más importantes para tener un niño menos angustiado es apoyar a los futuros padres y minimizar su estrés durante el embarazo", ha concluido MacNeill. "Eso puede lograrse mediante la atención clínica, los apoyos sociales y las políticas favorables a la familia y al embarazo".
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