Meliá, ACS, Naturgy, e IAG, las 4 empresas del Ibex 35 que más empleo han destruido desde 2018

Meliá, ACS, Naturgy e IAG son, a fecha de 31 de diciembre de 2021, las empresas del Ibex 35 que más empleo han destruido en los últimos 4 años. 

Así se desprende sus últimos informes anuales presentados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), una obligación que aplica a toda empresa cotizada.

En concreto, de las 35 empresas que componen el Ibex, el índice que recoge algunas de las compañías más poderosas de España, casi la mitad, 16, presentan una evolución negativa en el tamaño de sus plantillas con respecto al número de empleados que afirmaron tener en 2018.

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Esto quiere decir que, en mayor o menor medida, casi la mitad han reducido empleo respecto al que tenían antes de la pandemia.

Por supuesto, hay casos y casos. Especialmente significativo el del grupo hotelero Meliá, que pasó de 20.000 empleados en 2018 a algo más de 10.000 en 2021: la mitad.

Tras mantenerse estable durante 2018 y 2019, el deterioro de Meliá se produce, lógicamente, en 2020, a raíz del estallido de la pandemia. Con el turismo paralizado casi por completo durante meses, la empresa tuvo que prescindir de casi la mitad de sus empleados.

Así, tras reducir la fuerza laboral en algo más de 8.000 empleados en 2020, Meliá cerró 2021 volviendo a los 10.000 trabajadores, lo que representó un incremento del número de trabajadores de más del 27%.

Esta buena tendencia tiene su reflejo en los últimos resultados. Meliá perdió 190 millones de euros en 2021, frene a los más de 590 millones que anotó en 2020. A esta mejora ha contribuido el aumento de los ingresos de más del 70%.

La empresa, que ha visto sus más de 300 hoteles especialmente golpeados por la crisis de la pandemia y la pospandemia, va recuperando el pulso.

No se puede decir lo mismo de ACS, que redujo sus trabajadores en más de un 11% solo en el último año. En total, la empresa ha pasado desde 2018 de tener más de 190.000 empleados a cerrar 2021 con menos de 121.000, lo que supone una reducción de más del 37%.

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En el caso de ACS, un factor clave han sido las desinversiones y los cambios en el perímetro. La empresa presidida por Florentino Pérez ha traspasado recientemente la división de Servicios Industriales, una de las joyas de la corona del conglomerado empresarial.

Tras una operación que se cerró en casi 5.000 millones de euros, ACS acabó 2021 con un beneficio extraordinario de más de 3.000 millones de euros.

Algo similar ocurre en Naturgy, que cerró 2021 con más de 1.200 millones de euros de beneficio, más de un 40% más que en 2020. Sus buenos resultados se producen en plena polémica por la desorbitada subida del precio de la luz que sufren los consumidores desde hace meses.

Estos beneficios no han impedido, por otro lado, que la empresa haya reducido su plantilla en los últimos años. Esta ha pasado de contabilizar, según los informes anuales presentados ante la CNMV, casi 14.000 trabajadores en 2018, a bajar del umbral de los 9.000 empleados en 2021.

Se trata de una reducción de plantilla de más del 36%.

IAG, Pharmamar, Sabadell y Telefónica, el club del 20%

Tras Naturgy, se colocan Bankinter IAG, Pharmamar, Sabadell y Telefónica, con cerca del 20% en reducción de plantilla durante los últimos 4 años.

Bankinter ganó más de 1.300 millones de euros en 2021, año que cerró con más de 6.000 empleados, frente a los 8.500 con los que contaba un año antes, según figura en los documentos presentados ante la CNMV.

Pero estas cifras admiten matices. En el caso de concreto de esta entidad, el motivo de este descenso en el número de empleados es la salida a bolsa de Línea Directa, filial de la entidad bancaria desde hace más de 25 años.

Por ello, desde hace un año, los empleados de la nueva empresa cotizada se contabilizan de manera independiente, lo que explica ese súbito descenso de más de 2.000 empleados de un año a otro en los documentos de Bankinter.

Si se toman solo los trabajadores de Bankinter, en el último año la empresa ha contratado 76 trabajadores para pasar de 6.100 a 6.176, lo que representa un aumento de plantilla de un 1,25%, tal y como se puede apreciar en el informe financiero de la entidad correspondiente al primer trimestre de 2022.

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Bankinter, además, fue uno de los pocos bancos españoles que en el último año no cerró sucursales.

Banco Sabadell, por otra parte, ha prescindido del 28% de su plantilla desde 2018 para pasar de algo más de 26.000 trabajadores a algo más de 21.000. En este caso, sí que cabe hablar de reducción del número de sucursales. 

En concreto, Sabadell contaba con 326 oficinas menos al cierre de 2021. A ello añadió un agresivo plan de reducción de su plantilla que contempló, primero, un programa de 1.800 salidas voluntarias. Después, la empresa pasó directamente a ejecutar un ERE para más de 1.600 personas.

Tras prescindir, fruto de este mismo ERE, de 500 trabajadores a finales de 2021, los que restan hasta completar la cifra lo harán durante 2022.

En 2021, Sabadell ganó 530 millones de euros, frente a los apenas 2 millones del año del estallido de la pandemia, impactado por las provisiones frente al COVID, el plan de eficiencia, la venta de activos problemáticos y la compensación de clientes de su filial TSB. 

Es lo contrario de lo que le ha ocurrido a la farmacéutica Pharmamar, que cerró 2021 con más de 90 millones de euros de beneficio, un 30% menos que en plena pandemia.

Pharmamar ha reducido su plantilla más de un 20% desde 2018, cuando rozó los 600 empleados. Hoy, apenas supera los 470.

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Peor ha sido la evolución de IAG, el conglomerado anglo-español nacido de la fusión de Iberia y British Airways que, tras ver los vuelos restringidos durante los dos últimos años a causa de la pandemia, declaró en 2021 pérdidas de casi 3.000 millones de euros.

En consonancia, la empresa ha pasado de totalizar 63.500 trabajadores en 2018 a registrar apenas algo más de 50.000 en 2021, una reducción de plantilla de casi el 21%.

Gigantes como Telefónica, BBVA, Endesa, Santander, Repsol e Inditex también redujeron su fuerza laboral

Pero si algo demuestran los informes anuales del Ibex 35 es que la reducción de plantilla no se da únicamente en empresas de pequeño tamaño obligadas a ajustar gastos o en inmensas corporaciones que corren riesgo de desplomarse porque el impacto de la crisis pandémica ha reducido a mínimos su actividad.

Telefónica, por ejemplo, ha reducido su plantilla más de un 11% desde 2018 para pasar de tener más de 121.000 empleados a quedarse en cerca de 107.000. 

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¿Es fruto de la pandemia? No lo parece: si algo ha sido más necesario que nunca en mitad del confinamiento han sido las telecomunicaciones. Así, Telefónica cerró el año pasado con un beneficio superior a los 8.000 millones de euros, 5 veces más que en 2020.

BBVA, por su parte, ha pasado de declarar casi 130.000 trabajadores en 2018 a tener 116.000 en 2021. Ese año ganó 4.500 millones de euros, más del triple que en el ejercicio anterior.

Banco Santander ha pasado de tener más de 200.000 trabajadores en 2018 a declarar a la CNMV algo más de 190.000 en 2021, un recorte de más de un 4% que se da tras obtener en 2021 beneficios de más de 8.000 millones.

Ha sido una remontada espectacular, pues en 2020 perdió casi 9.000 millones de euros por los saneamientos y las provisiones vinculadas a la pandemia. 

Repsol, por su parte, ha prescindido en los últimos años de un 3% de su plantilla. En 2021, ganó casi 2.500 millones de euros.

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La tendencia no entiende de sectores y también alcanza al textil. Fundada por Amancio Ortega, con diferencia el hombre más rico de España, Inditex está hoy dirigida por una de sus hijas, Marta Ortega, que acaba de tomar las riendas hace escasas semanas.

Lo hace en un momento en el que el conglomerado textil ha recuperado la normalidad en sus tiendas y, con ella, la plantilla: creció más de 14% en 2021 respecto a 2020. 

Sin embargo, esto no ha sido suficiente para alcanzar las cifras de 2018. El dueño de Zara tiene hoy 165.000 trabajadores, casi un 2% menos que los 168.000 de hace 4 años. En el ejercicio fiscal de 2021 —concluido el pasado 31 de enero—,  su beneficio se situó en 3.200 millones de euros, el triple que un año antes.