Estas son las innovaciones que van a revolucionar para siempre el sector energético

Alberto Iglesias Fraga
Energia Renovable

Los retos energéticos conforman gran parte de los objetivos del milenio y de los esenciales desafíos de la Humanidad en los próximos cursos. Algunos de ellos pasan por la lucha contra el cambio climático (la Unión Europea planea reducir sus emisiones un 95% para 2050, para lo que será clave que la electricidad cubra al menos el 60% del consumo final de energía), otros por las siempre constantes reticencias a las fuentes nucleares (2028, por ejemplo, será el año del apagón nuclear de las centrales españolas) y muchos otros por la democratización de la producción eléctrica en zonas subdesarrolladas o rurales.

Las nuevas tecnologías jugarán un papel esencial en este camino hacia la energía del futuro, hecha realidad hoy. Por ello, algunos términos hoy casi desconocidos se irán haciendo un hueco habitual en nuestro imaginario colectivo: mini-grids, producción descentralizada, el fomento de las energías renovables, las nuevas generaciones de baterías, los sistemas de balanceo y gestión inteligente de la red, la sensorización, Internet de las Cosas...

Susana Quintana-Plaza, exvicepresidenta de Tecnología e Innovación de E.ON -la principal compañía eléctrica alemana- y exdirectora general de Next47 en Europa, el fondo corporativo de Siemens con especiales raíces también en el ámbito energético-, repasa con Business Insider España algunas de las principales tendencias y áreas de desarrollo en esta particular industria:

Energía solar y descentralizada

La experta, que actualmente forma parte del consejo de administración de varias startups ya consolidadas en el mercado como Wirecard o Hexagon Composites (ambas cotizadas en el DAX30 y la Bolsa de Noruega, respectivamente), es una firme defensora de la energía solar y su producción descentralizada como modelo eléctrico del mañana, especialmente en países con tantos días soleados como España".

El coste de la energía solar es más barato que cualquier otro tipo de fuente y, usando placas solares y baterías en los hogares, podríamos conseguir muchísima electricidad de forma más eficiente y económica", explica Quintana-Plaza.

"A mi me sorprende mucho que en Alemania veas paneles fotovoltaicos en todos los edificios y en España apenas existan. Me parece un desperdicio del potencial que tenemos en este país".

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En su opinión, el problema de nuestro país con la energía solar no responde únicamente a las trabas fiscales que hemos vivido durante el Gobierno del Partido Popular ("aunque obviamente no ayuda", admite Susana), sino a un aspecto más de fondo: la falta de tejido industrial y de cambio del modelo de negocio por parte de las grandes eléctricas patrias.

"En España no existe una industria y una cadena de valor que permita que todos los techos cuenten con un panel solar propio. No hay ni producción, ni instaladores ni, por supuesto, un apoyo de las eléctricas ya asentadas que son las que controlan estos procesos y que temen ser canibalizadas por la autoproducción", reza la directiva, ingeniera aeroespacial de formación.

"Se podrían crear micro-grids de paneles solares y otras fuentes renovables con baterías que almacenaran la energía. Ese sería un buen planteamiento", sentencia Susana Quintana-Plaza.

El dilema de las baterías

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El decidido impulso por la producción distribuida de fuentes renovables, como el sol, nos remite obligatoriamente a otro debate en ciernes, el de las baterías que han de almacenar dicha energía para su consumo nocturno o en días en que escaseen los recursos naturales de los que hemos de alimentarnos.

Hasta ahora, las baterías desplegadas, de iones de litio, se han demostrado caras y con limitada capacidad, por lo que han surgido un sinfín de alternativas (como los materiales bidimensionales -grafeno-, calcio, protones, sólidas alcalinas...), todas ellas limitadas al ámbito científico por el momento.

En contra de la tónica general, Susana Quintana-Plaza se muestra más pragmática y ve un amplio recorrido para las baterías de litio en el mercado. ¿Su razonamiento? "No tengo una bola de cristal y es cierto que ha habido muchas tecnologías que prometen más que las actuales baterías. Pero a lo largo de la historia ya hemos visto que tecnologías supuestamente mejores no han conseguido triunfar por distintos motivos. Y el principal en el caso de las baterías es la economía de escala que han alcanzado los dispositivos de litio", explica la experta.

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"Cualquier nueva batería que quiera desbancar a las de litio debe ofrecer un enorme beneficio, no una pequeña mejoría, para compensar las inversiones ya realizadas en plantas de fabricación de baterías de litio".

Quizás por todo ello, su mentalidad de inversora de capital riesgo le impide ver un recorrido inmediato a las alternativas a las baterías de litio: "Me parece muy bien que las universidades y gobiernos sigan invirtiendo en estas cosas, pero para un fondo de VC necesitan estar mucho más maduras y haber roto con las economías de escala que ya existen en la industria. No invertiría ahora mismo en hardware de baterías; aunque me alegro de que otros lo hagan".

El papel de España

Una de las cuestiones que más curiosidad -y mal cuerpo- despiertan en Susana Quintana-Plaza es el rol decreciente que nuestro país está protagonizando en la arena de la innovación energética.

"España fue pionero en renovables y tienes compañías como Iberdrola que lo han hecho fantásticamente bien. Mientras que muchas otras eléctricas han perdido valor, especialmente durante la crisis económica, Iberdrola ha continuado ganando valor. Pero, y ojalá me equivoque, me da la impresión de que ahora las empresas españolas se han vuelto las tradicionales, las incrédulas respecto a la innovación", explica la directiva.

"Quizás veo a las grandes eléctricas un poco paradas y no están dispuestas a tomar el siguiente paso en la evolución, como si lo tomaron en el paso de la generación convencional al viento. Ahora no se atreven a pasar del viento a la energía solar distribuida", añade Quintana-Plaza.

"Además, las compañías germanas van un paso por delante en el cambio de modelo de negocio, de ser un proveedor de servicios al uso a un fabricante de hardware para la producción eléctrica en cada hogar o comunidades".

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