Estas tres parejas han viajado en un crucero erótico y afirman que es una experiencia gratificante

Jyoti Mann,
Cruceros eróticos de swinger

Conoce a 3 parejas que han viajado en un crucero erótico, con piscinas nudistas y fiestas temáticas. 

Los huéspedes pueden jugar en habitaciones al estilo de '50 sombras de Grey', con salas de fetiche.

Los cruceros se han adaptado en los últimos años a públicos muy diferentes, desde familias con niños a viajes románticos o al recreo de la mediana edad. Entre una gran variedad de opciones, algunas compañías están ofreciendo viajes turísticos de índole erótica, para parejas que quieran experimentar.

Bajo una publicidad que menciona las novelas eróticas de la saga "Cincuenta sombras de Grey", una empresa de cruceros ofrece travesías que quieran mezclar sus fantasías eróticas con las de otras parejas, una práctica que en inglés se denomina swinger.

Durante la travesía, los huéspedes pueden optar por darse un chapuzón en una piscina nudista o relajarse en fiestas temáticas mientras navegan por el océano. 

Business Insider ha entrevistado a tres parejas en uno de estos navíos que partía desde Miami a Jamaica el pasado abril, para conocer cuál es su experiencia y descubrir cómo es este tipo de paquetes vacacionales tan específico.

Jay y Clara, de 80 y casi 70 años de edad, reconocen que son clientes asiduos de este tipo de travesías, y han viajado ya en 10 ocasiones con la compañía The Swinger Cruise. El precio medio del viaje es de alrededor de 4.000 euros por persona, durante una semana de viaje con todos los gastos incluidos, excepto las propinas.

Su principal ventaja, según afirman, es que sus compañeros de viaje tienen una mentalidad muy abierta y afirman que han forjado amistades verdaderas durante el viaje. Además, admiten que han podido dar rienda suelta a sus deseos sexuales en un entorno seguro y controlado.

"Las mujeres pueden expresar su libertad sexual sin preocupaciones", afirma Jay.

Esta pareja opta por el "intercambio completo", que implica que gozan de la libertad de elegir otras parejas sexuales, como parte de su estilo de vida swinger.

Para Clara, la travesía es una oportunidad de liberarse sexualmente y cambiar su percepción sobre las relaciones personales. 

"Te sientes más libre y no tienes miedo sobre lo que la gente vaya a decir. A algunas personas ni siquiera les gusta escuchar la palabra 'sexo', se sienten avergonzadas o incómodas, pero aquí puedes hablar de todo y compartir historias", explica.

La agencia de viajes cuenta que alrededor del 90% de sus pasajeros son parejas, y, que la mayoría tienen entre 40 y 60 años. 

Una de las principales preocupaciones que los clientes potenciales admiten antes de contratar el viaje, es su miedo a que sean acosados sexualmente, o a que las actividades del barco sean demasiado directas. 

Sin embargo, la compañía explica que el consentimiento es primordial y que los invitados solo pueden participar en actividades sexuales en áreas designadas, como sus cabañas o la sala de juegos. Antes de registrarse como pasajeros deben firmar, además, un código de conducta.

Por su parte, Sharon, de 53 años, y Clarence, de 63, han estado en varios cruceros con TSC y afirman que los viajes han mejorado su vida sexual.

"Llevamos casados  39 años y nuestras relaciones son mejores que nunca, porque se trata de un ambiente erótico y te hace sentir sexy", explica Sharon. "Te animan y eso hace que mi relación con él sea aún mejor".  

Sharon y Clarence cuentan que les gustan las conexiones que hacen en los cruceros. "No se trata tanto de la parte erótica, sino de las relaciones: tenemos muchos amigos que que hemos conocido viajando con TSC por todo el mundo", afirma Clarence. 

Además, reconoce que el último viaje "ha sido muy divertido y tenemos más ganas de ir en este tipo de vacaciones que en las tradicionales".

Para crear ambiente, la compañía propone noches temáticas en las que los pasajeros pueden disfrazarse y relajarse. En este crucero "Bliss", los pasajeros pueden usar ropa estilo BDSM en una noche temática para mostrar su "lado pervertido" y explorar "fantasías extrañas".

Dentro de esta propuesta, la compañía coloca bancos de azotes, salas de fetiche y zonas para jugar con cuerdas de sadomasoquismo. Además,  ofrece servicios de mujeres dominantes para ayudar a los huéspedes a cumplir sus fantasías BDSM.

Sharon afirma que ha sido una experiencia educativa."Fuimos a la sala de fetiches y observamos un poco y pensamos 'Bueno, eso parece interesante', ya que, para nosotros, gran parte de nuestras relaciones incluyen juegos previos".

Para disfrutar de la experiencia, recalca que es preciso "tratar de tener la mente abierta y sentir curiosidad".

Otra de las parejas entrevistadas, Phoebe y Mark, ambos de 61 años, reconocen que esta había sido su primera travesía de índole erótica. Ambos explican que les ha resultado "liberador" y que han disfrutado de las fiestas temáticas, como la noche “medieval”."Puedes venir y ser tú mismo, no hay presión para participar en algo que no quieras", explica Phoebe.

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