Este es mi mejor truco para viajar en temporada alta y es tan sencillo que me sorprende que la gente no lo haga

No hice ninguna foto de la multitud de gente (¿quién querría recordar eso?), pero esta foto muestra la belleza del Monte Saint-Michel y la cantidad de turistas acercándose.
No hice ninguna foto de la multitud de gente (¿quién querría recordar eso?), pero esta foto muestra la belleza del Monte Saint-Michel y la cantidad de turistas acercándose.Flickr/Marko Kudjerski
  • El mejor truco que he encontrado para ahorrar tiempo en un viaje parece bastante lógico: compra tus entradas para las atracciones turísticas por internet antes de comenzar tu viaje. 
  • Después de hacer numerosas colas durante la temporada alta, me di cuenta de que no era obvio para todo el mundo.
  • Cinco minutos de búsqueda por internet te pueden ahorrar horas de tu vida como turista.

Una mañana de julio del pasado verano visité el Monte Saint-Michel y hacía mucho calor.

Y había muchísima gente.

La legendaria isla de la costa norte de Francia está a horas de la ciudad más cercana, por lo que los turistas se bajan de los autobuses y entran a la isla en oleadas. Luchamos por subir las empinadas escaleras y caminamos por las estrechas curvas llenas de mochileros y familias hasta que llegamos a la joya de la corona de la isla, la abadía de la cima. 

La cola se extendía por bloques y mi compañero de viaje emitió un resignado suspiro. 

Pero técnicamente había dos entradas de acceso, una “avec des billets” y otra “sans billets.” Así que saqué mis entradas del bolso, pasé por docenas de personas que esperaban para comprar sus tickets en la cola de los que no tenían, y entré directamente en la abadía, que terminó siendo el punto álgido de nuestra visita. 

En ese momento no pude evitar preguntarme: ¿por qué no todos los que esperaban en esa cola, cociéndose al sol, compraron sus entradas con antelación?

Me llevó aproximadamente cinco minutos de mi tiempo hacer la búsqueda, pinchar e introducir los datos de mi tarjeta de crédito para comprar los dos tickets de 10 dólares unas semanas antes de mi viaje. No tenían acceso restringido, ni eran difíciles de encontrar, ni siquiera eran más caros. Entonces, ¿por qué no todos lo hacían?

Por lo general, soy de las personas que prefiere viajar en cualquier otro momento, pero esa semana de temporada alta era la única fecha que teníamos disponible para poder cuadrar ese viaje. Apenas escogimos los siete días, hice una lista de todas las cosas que queríamos ver, y rápidamente comprobé qué lugares ofrecían una venta de entradas anticipada. Cada vez que íbamos a alguna atracción, entrábamos directamente, ahorrándonos la agonía de las lentas filas. 

Esto ocurrió una y otra vez: en el Museo Rodin, en el Museo de Orsay, en los jardines de Monet en Giverny (sí, hicimos los típicos tour turísticos). Y no estoy diciendo que si en algún caso no habíamos comprado los tickets en la web nos diéramos la vuelta; nos topamos con muchos lugares que no sabíamos que visitaríamos hasta que llegamos allí, como los mágicos Jardines de Brécy.

Amigos y compañeros de trabajo me dicen que prefieren hacer un viaje más improvisado, reservar vuelos, viajes y hoteles a última hora, y decidir qué hacer al momento de llegar al destino. Es algo que no puedo entender pero claro: Teóricamente, una aventura impulsiva tiene su atractivo. A veces las entradas vienen por rangos de hora, obligándote a estar en un lugar específico en un momento determinado, y seguramente no todos sean partícipes de viajar con un itinerario detallado o un bolsillo de la maleta llena de papeles.

Pero honestamente, si tuviera que perder mi tiempo en una cola para comprar entradas todos los días de mis vacaciones, me echaría para atrás. Un tipo diferente de impulsividad.

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