Este parche es la solución definitiva para saber si la comida está buena

Pavel Ramírez
Un yogur y una barrita de muesli

En la cultura popular, a menudo surgen cuestiones prácticamente irresolubles respecto a la caducidad de los productos: ¿cuántos días después de que haya expirado la fecha que aparece en la tapa me puedo tomar ese yogur escondido al fondo de la nevera?; ¿sirve para algo comprobar si un huevo flota en el agua para saber si me lo puedo comer o si debo esperar una salmonelosis segura? Por suerte, ya existe una tecnología capaz de responder con más precisión que una madre a estas cuestiones: un simple parche.

Y es que un equipo de investigación de la Universidad de McMaster ha desarrollado una prueba para determinar si la leche, la carne u otros alimentos perecederos están en condiciones de ser consumidos, tal y como se explica en este artículo del organismo. 

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El mecanismo consiste en un pequeño parche trasparente capaz de detectar el estado de la comida gracias a una técnica que permite comprobar si algún producto esté contaminado. Algo especialmente útil con alimentos que no sufren procesos de fermentación visibles y que, sin embargo, pueden suponer un riesgo potencial para la salud.

Este parche, que se puede colocar directamente en el envase del producto, es capaz de detectar patógenos como la E. Coli o la salmonela. "En el futuro, si vas a una tienda y quieres estar seguro de que la carne que estás comprando es consumible, tendrás una manera mucho más acertada de comprobarlo que la fecha de caducidad", explica Hanie Yousefi, jefe del proyecto.

Tecnología punta conectada al smartphone

Lo más asombroso es que cuando el parche detecta algún tipo de patógeno envía una señal directamente al smartphone o tablet del consumidor y le advierte de su presencia. Eso sí, sin dañar en absoluto el contenido del envase, por lo que sus creadores consideran que podría convertirse en el sustituto a largo plazo de las fechas de caducidad impresas en los productos ─y que, normalmente, suelen adelantarse unos días a la fecha real de contaminación por las normativas alimentarias─.

En este sentido, el parche es uno de los últimos y más sofisticados sistemas de detección basados en el papel, una nueva técnica bioquímica que pretende utilizar superficies planas para captar agentes patógenos en los alimentos y paliar las aproximadamente 420.000 muertes anuales causadas por comida contaminada cada año en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.

Es más, el riesgo es muy alto, ya que según este organismo unos 600 millones de personas enferman anualmente por culpa de alimentos en mal estado, lo que tal vez en Occidente se traduzca normalmente en una indigestión, pero que en países menos desarrollados puede suponer una verdadera amenaza para la salud pública.

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Según los investigadores, la producción en masa del parche podría ser barata y simple, ya que las moléculas de ADN que detectan los patógenos pueden ser impresas directamente sobre el envase: "Un productor de alimentos puede lo incorporar fácilmente en el proceso de producción", comenta uno de los creadores del parche.

Algo que, sin duda, puede ser doblemente útil: por un lado, las cadenas de supermercados podrían vender productos sin ajustarse a los preventivos plazos que marcan las autoridades; y, por otro, el cliente siempre podría saber si compra algo en mal estado sin tener que llevarse un disgusto. Sin olvidar, por supuesto, que podría evitar innumerables muertes en países en vías de desarrollo.

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