Verdes, rojos o amarillos: 4 fenómenos que tiñeron el cielo de colores inimaginables

Seguramente hayas escuchado que, cuanto más bonitos son los atardeceres, más contaminación hay. O si no, que se lo digan a tantas personas que fotografían Madrid y sus espectaculares crepúsculos dignos de un cuadro de Van Gogh. Mientras más partículas contaminantes, más se refleja y dispersa el color rojo.

La retina agradece la explosión visual de belleza, pero detrás hay una calidad del aire asesina. Una atmósfera más limpia en las ciudades salvaría 18.000 vidas al año en España, apunta un estudio reciente.

¿Por qué las borrascas tienen nombre de persona? Quién bautiza a los fenómenos meteorológicos

El cielo refleja los altos niveles de polución, los fenómenos como la irrupción de polvo africano, la huella cromática que dejan las erupciones de los volcanes o el reflejo de que ha habido un incendio reciente.

En los últimos tiempos, estos son los 5 cielos de colores más raros que se han avistado en el mundo, dando señales a través del cambio de tonalidad de que algo ha sucedido. Desde las violentas tormentas que tornaron Dakota del Sur verde como Hulk a la calima que envolvió a España en un halo anaranjado durante días. 

El cielo verde marciano de Dakota del Sur después de la tormenta

Parecía el anuncio de una plaga bíblica, el póster de una película apocalíptica o un planeta nuevo, pero en realidad el extraño fenómeno que tiñó el cielo de color verde esmeralda en Iowa y Dakota del Sur obedeció a una tormenta. Además, también afectó a Nebraska, Minnesota e Illinois.

Lo que sucedió se llama "derecho", un fenómeno meteorológico que sucede bajo una tormenta de viento en línea recta y de larga duración, relacionado con un conjunto de fuertes tormentas conocidas como sistemas convectivos de mesoescala, cuyos vientos están a la altura de un tornado. 

La principal hipótesis de la tonalidad verde neón o alienígena que adoptaron los cielos guarda relación con la manera en la que las gotas de lluvia y el granizo dispersan y reflejan la luz. Desde luego, un regalo para los fotógrafos estadounidenses y un espectáculo digno de unas líneas de Isaac Asimov. 

Cuando el Golden Gate se volvió rojo: los incendios de San Francisco

En 2020, el oeste de los Estados Unidos fue sacudido por una serie de importantes incendios forestales en los estados de California, Oregón y Washington, seguidos a principios de septiembre por focos adicionales por toda la Costa Oeste. Hubo megafuegos de tamaño récord y ardieron más de 2,6 millones de hectáreas. La mala gestión forestal y el cambio climático agravaron el desastre.

En San Francisco, una estampa se quedó grabada para siempre en la retina: el Golden Gate envuelto en un inédito cielo de colores naranjas y rojizos, una imagen que parecía sacada del Apocalipsis. Postales tan terroríficas como magnéticas propiciadas por el intenso humo de los incendios, unido a la niebla.

Lo que precisamente sucedió para que el cielo rojo engullese San Francisco es que la niebla y el aire frío impidieron que el humo llegase al suelo, manteniéndolo en una capa más elevada de la atmósfera, que tapa a su vez la luz solar, explicaWired.

La calima que tiñó de naranja España

La calima roja del Sáhara llegó este año mucho más allá de Canarias, y se extendió durante el pasado mes de marzo de 2022 en España por ciudades como Madrid, Alicante, Almería o Murcia. 

Más allá de las curiosas fotografías urbanas que dejó a su paso, produjo una calidad del aire extremadamente pobre en muchos puntos. Las autoridades advirtieron de posibles riesgos para la salud, especialmente para personas con dificultades respiratorias. La visibilidad se redujo y muchos coches acabaron más sucios que nunca. 

Ha sucedido también en años anteriores: el pasado agosto de 2021, ciudades como Valencia parecían postales del fin del mundo por su resplandor amarillento, fruto de la presencia de polvo en suspensión arrastrado desde el continente africano, y acompañado de una ola de calor, relató por aquel entonces el diario Levante. 

Cielos fucsias en la Antártida por la erupción de un volcán submarino

El fenómeno de cielo extraño más reciente sucedió en el continente más deshabitado de todos, la gélida Antártida, teñida de un impresionante color rosa debido a los aerosoles del volcán submarino Tonga, que entró en erupción el pasado mes de enero.

El científico Stuart Shaw, que trabaja en la Antártida, capturó y compartió las increíbles imágenes de un fenómeno inaudito: este crepúsculo volcánico también conocido como "resplandor posterior". Mientras que en invierno la Antártida está casi oscuras, este año deleitó al personal de la estación neozelandesa con asombrosos colores púrpuras. 

Según explica el pronosticador de NIWA (National Institute of Water and Atmospheric Research), Nava Fedaeff, "su color e intensidad dependen de la cantidad de neblina y nubosidad a lo largo del camino de la luz que llega a la estratosfera". La Antártida se halla a unos 5.000 kilómetros de Nueva Zelanda y a unos 7.000 kilómetros de Tonga.

Los aerosoles son sobre todo partículas de sulfato, aunque al tratarse de un volcán submarino, es probable que también haya presencia de gotas de vapor de agua y sal marina.