8 errores que cometes al usar el microondas

- El microondas es ese electrodoméstico que usas a diario porque es muy fácil de usar y sirve para infinidad de cosas.
- Descongelar, calentar el café, recalentar comida del día anterior o para cocinar alimentos, son algunos de los clásicos, pero probablemente estés comiendo muchos errores a la hora de utilizarlo.
- Desde no tapar la comida para evitar salpicaduras, hasta no prestar atención al tipo de recipiente que introduces, aquí tienes 8 errores comunes a los que tienes que prestar atención a partir de ahora.
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Probablemente seas de esas personas que no pueden vivir sin el microondas.
Para descongelar, calentar el café, recalentar comida del día anterior o para cocinar alimentos, el microondas sirve para muchísimas cosas y llegó para facilitar la vida diaria.
Sin embargo, para muchos, su uso sigue siendo todo un misterio, pues se limitan a introducir cosas sin saber muy bien cuánto tiempo ponerlo o qué potencia usar, además de no prestar ningún tipo de atención al material del recipiente donde ponen la comida.
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Si te interesa sacarle el máximo partido a tu electrodoméstico favorito, aquí tienes 8 errores a los que tienes que prestar atención a la hora de utilizar tu microondas.
1. Creer que todos los alimentos no son aptos para microondas
A pesar de que exista una creencia popular que diga que no todos los alimentos se pueden cocinar en el microondas, sí que se puede.
Lo importante es seguir las indicaciones, pues no todos los platos requieren el mismo tiempo de cocción o la misma potencia.
“No superar los tiempos de cocción recomendados, utilizar los recipientes adecuados y tener en cuenta que la energía puede actuar más rápido en algunas zonas del alimento dependiendo de su composición”, apunta Laia Badal, de la Fundación Alicia, dedicada a la gastronomía.
Algunas comidas puede que a la vista no queden de la misma forma que si las cocinas al horno, pues el microondas no deja tan dorados por encima algunos alimentos, pero eso no quiere decir que de sabor no estén espectaculares.
2. Pensar que no es necesario tapar la comida una vez dentro
Cuando cocinas algo dentro del microondas, lo más probable es que no se te cocine por todos los lados al mismo tiempo, de ahí que el plato donde la colocas, gire, para así distribuir el calor que le llega.
Si tapas los alimentos, no solo conseguirás evitar salpicaduras, sino que también podrás condensar el vapor y así estarán listos aun más rápido. Ten en cuenta que esta tapadera jamás deberá ser hermética, pues podría explotar.
Un ejemplo claro es el huevo con cáscara. Si colocas un huevo entero dentro del microondas, lo más probable es que explote, pues su interior llega a temperaturas altas muy rápido sin vía de salida.
3. No entender bien qué potencia utilizar
Usas a diario el microondas y probablemente no uses ni la mitad de los programas que hay, porque no los entiendes o no sabes para qué sirven.
Esto podría provocar que algunos alimentos quedaran secos si los pones a temperaturas muy altas, aunque por lo general, este punto no es muy relevante, pues lo más importante es el tiempo de cocción.
Sí es verdad que a la hora de descongelar, tienes que prestar mucha atención, pues para que te queden deliciosos, tienes que ir aumentando la potencia progresivamente, de lo contrario se sobrecargarán las zonas con más agua.
4. Usar los mismos tiempos de cocinado que usas cuando cocinas de forma tradicional
De toda la vida, las madres y abuelas han enseñado las recetas mágicas a sus hijos, con sus ingredientes y tiempos de cocción exactos a utilizar.
No obstante, cuando se trata del microondas, puede que esos tiempos no sean los mismos, pues en este electrodoméstico suelen ser más cortos por la potencia que tienen.
Por ejemplo, si para hacer un pescado de 130 gramos de manera tradicional tardas unos 5 minutos, en el microondas será apenas un minuto y medio.
5. Calcular siempre el mismo tiempo de cocción sin atender a la cantidad de comida
Otro error al que prácticamente nadie presta atención es a la cantidad. Algo tan obvio, pero tan ignorado.
No es lo mismo cocinar una patata, que 4 patatas a la vez, pues a más cantidad de alimentos, más tiempo llevará el cocinado.
Además, para hacer la tarea aún más fácil, puedes cortarlos para que así no se te queden crudos por dentro.
6. Olvidarte de que puedes sacar la comida, removerla, y volverla a meter para que el calor se reparta
Además, a la hora de cocinar algunos alimentos, hay un truco muy sencillo y útil para ahorrar tiempo y es sacar el recipiente antes de que se acabe el tiempo, remover bien y volver a meter el envase.
De esta manera, el calor se repartirá mucho mejor y la comida estará hecha por todas las partes igual, de manera uniforme, consiguiendo así un sabor exquisito.
Puedes hacer el mismo proceso a la hora de descongelar alimentos para acelerarlo.
7. Dejar las manchas para luego para evitar quemarte y luego olvidarte por completo
Aunque el microondas no parezca tan peligroso como el horno, la verdad es que existen grandes riesgos a la hora de usarlo, entre ellos quemarte si se te derrama algo de contenido o si coges un plato sin una manopla o paño.
Muchas veces se mancha el microondas porque no has usado una tapadera para cubrirlo y dices "bueno, ya lo limpio luego cuando se enfríe".
La cosa es que lo más probable es que se te olvide y luego se te vaya acumulando la suciedad, haciendo de su eliminación, todo un reto. Es imprescindible mantener tu microondas bien limpio, pues al final es donde cocinas los alimentos que luego te llevas a la boca.
8. Meter cualquier recipiente dentro sin saber si su material es apto para microondas
Muchas veces, con las prisas, no prestas atención a qué tipo de recipiente estás metiendo dentro del microondas y tengo que decirte que es un grave error, pues no todos son aptos para este electrodoméstico.
Hay muchos platos, por ejemplo, que no son resistentes al calor, es decir, a las altas temperaturas que se alcanzan dentro del microondas, por lo que podrían deformarse, derretirse o incluso explotar si se trata de algo de aluminio.
Además, si es de forma redondeada, supone un plus, pues hace que tu comida se cocine de forma más homogénea por la ausencia de esquinas.
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