Estos son los 8 hábitos muy poco saludables que haces mientras cenas

Los buenos hábitos alimenticios son un conjunto de cosas y no solo tienen que ver con lo que te llevas directamente a la boca. 

Para cuidar tus comidas y cenas deberás prestar atención a varios detalles: desde la preparación, hasta que te sientas y terminas con tu plato. Es común tener malos hábitos integrados en la rutina diaria, que pasan desapercibidos. 

Piensa en tus paradas a comer, ¿se te ocurre qué puede ser? 

Te has pasado de sal

Si eres de los que echas sal a tus comidas sin miramientos, tendrás que medirte mejor con las cantidades. Según Eat This, este producto aumenta tu apetito y las ganas de comer comida grasienta. Además, si abusas de ella, puede convertirse en una adicción. 

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Cuidado con las salsas

Hay quienes recurren a las salsas en todos sus platos: la pasta, la ensalada, las carnes, el pesado, el arroz y un largo etcétera. Si no lo sabes ya, los aderezos que compras en el supermercado suelen estar cargados de azúcares, sal y conservantes. Tienes 3 caminos para cambiar este hábito: escoge mejor los productos y lee las etiquetas, prepáralas tú mismo o dar marcha atrás y acostúmbrate a las recetas naturales.

Formas de cocinar: todo frito

Ocurre igual que con las salsas: hay quienes están acostumbrados a cocinar todo en su versión frita. Esta opción no solo engorda más, sino que es menos saludable. Según este estudio, los alimentos pierden parte de sus nutrientes y, por supuesto, aumentarás la ingesta de grasas saturadas. 

¿Plato grande o pequeño?

Es probable que ya hayas oído este consejo. Al elegir vajilla para la cena, opta por un plato pequeño. Su tamaño te ayudará a sentirte saciado, ya que verás su superficie llena y tendrás la sensación de haber comido lo suficiente. Al contrario, si recurres a uno grande, es posible que te pases con las cantidades, algo que, antes de irse a dormir, puede ser muy pesado. 

Comer a toda velocidad

Aquí también interviene la saciedad. Si vas a toda prisa, perderás la noción de lo que has ingerido y es posible que te llenes más de la cuenta. Comer a un ritmo moderado puede suponer hasta 66 calorías menos por ingesta, según este estudio. 

Comer y ver la televisión

Cuando cenas, la televisión es una distracción. Mientras ves tu serie favorita, perderás la noción de lo que has comido y lo que no. De nuevo, tenderás a pasarte. 

No te olvides del agua

Si quieres elegir la bebida más saludable, es sencillo, opta por el agua. Evita los refrescos o el exceso de alcohol antes de irte a dormir. 

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Además de beber agua mientras comes, si lo haces media hora antes, podrás perder peso, como concluye este estudio. Así, cuando llegues a la mesa, ya tendrás algo en el estómago. 

Los horarios cuentan

La digestión te agradecerá que cenes a una hora prudente. Lo recomendable es hacerlo entre 2 y 3 horas antes de acostarse para que el cuerpo tenga tiempo de procesar los alimentos, según Eat This.