Estos son los afroamericanos que lucharon en la guerra civil española

Sara Rosati
  • 85 afroamericanos viajaron a España para luchar junto al bando republicano en la guerra civil.

  • Los movían la defensa de los derechos civiles y la lucha contra el ascenso del fascismo.

  • Formaban parte de la Brigada Lincoln, compuesta por 2.800 norteamericanos.

  • Alfonso Domingo, codirector del documental Héroes invisibles: afroamericanos en la guerra de España explica la labor poco conocida de estos hombres que defendían unos derechos que se les negaban en su propio país.


​James Yates fue un afroamericano que en 1936 decidió embarcar rumbo a España para luchar con el bando republicano contra el fascismo. El documental Héroes invisibles: afroamericanos en la guerra de España, proyectado en enero en el Centro de residencias artísticas de Matadero en Madrid, relata la historia de la Brigada Lincoln, compuestas por 2.800 norteamericanos, entre ellos, 85 afroamericanos. Estos hombres protagonizaron un capítulo inédito de la historia entre España y Estados Unidos. 

Como miles de ciudadanos del sur de Estados Unidos, James Yates, se dedicaba al cultivo del algodón en Misisipi. Debido a la pobreza y la falta de libertades decidió emigrar a Nueva York, donde fue consiguiendo trabajos precarios en fábricas y comercios. Llegó en un mal momento: se produjo el crack de 1929 por lo que tuvo que vivir los años de la Gran Depresión

"En esa época la Italia de Mussolini invadió Etiopía, lo que supuso una ofensa muy grande para el colectivo afroamericano, ya que consideraban Etiopía como el único país negro independiente", cuenta el codirector del documental Alfonso Domingo. Era una tierra remota para los norteamericanos y muchos no consiguieron obtener el visado para acudir a la guerra ítalo-etiópe, sin embargo, ya gestaron una fuerte consciencia contra el fascismo. 

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Para cuando la Internacional Comunista hizo la llamada de voluntarios para luchar con el bando republicano, muchos norteamericanos quisieron participar. En concreto, los afroamericanos estuvieron motivados por luchar por unos derechos que les eran negados en su propio país. En total, unos 50.000 voluntarios de 54 países acudieron a esa llamada. Y los afroamericanos no fueron los únicos: más de 1.200 cubanos y caribeños se posicionaron en el bando republicano, según afirma el escritor Alejo Carpentier. 

Así se formó la Brigada Lincoln, que fue la primera unidad integrada de la historia militar de Estados Unidos. "Es más, la única unidad militar, que antes de la Segunda Guerra Mundial, fue mandada en un momento determinado por un afroamericano", explica Domingo. Negros, blancos, latinos y judíos luchaban conjuntamente; no existía la segregación. 

"En España fue la primera vez en mi vida que me sentí libre", relataba Yates en sus memorias, De Misisipi a Madrid. En España podía comer en cualquier restaurante o hablar con los vecinos de los pueblos. Era un gran contraste frente a lo que encontró una vez de vuelta en Nueva York, donde le negaron la entrada a un hotel por ser negro. "Ahí me di cuenta de que estaba de vuelta en América", relata. 

Yates conducía camiones y en una ocasión le tocó transportar al famoso escritor Ernest Hemingway, con el que intercambió algunas palabras. Sin embargo, el escritor estadounidense no tuvo en cuenta su relato. Después de todo, para él era un negro que conducía un camión, cuentan en el documental.

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Al final de la guerra, los brigadistas fueron evacuados y regresaron a Estados Unidos. Al bajar en el puerto de Nueva York, los recibió una multitud de simpatizantes concienciados con la causa. Pero a partir de ahí, comenzaron las dificultades. "Fueron perseguidos por el FBI y por todo el peso de la administración norteamericana que veía en ellos unos peligrosos comunistas", dice Domingo.

En el caso de Yates, era despedido automáticamente de cada trabajo que conseguía, lo que lo obligó a autoemplearse. Montó una tienda donde arreglaba televisores y nunca dejó la lucha social: daba charlas sobre la Brigada Lincoln, defendía los derechos civiles y escribió sus memorias, que editó con enorme dificultad. Yates volvió varias veces a España y escribió un segundo libro sobre la ciudad de Nueva York que nunca llegó a publicarse. Murió en Nueva York y fue enterrado en un cementerio militar. 

Domingo cuenta que se fijó en esta historia por las personas que siguen luchando por la libertad y la justicia aunque pierdan las batallas: "La guerra de la igualdad se ganará en todo el mundo, tarde o temprano". 

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