¿Cuáles son los efectos de comer queso si eres intolerantes a la lactosa?

Comprar queso en el supermercado.
  • El queso se ha convertido en uno de los alimentos mejor valorados en la actualidad gracias a la multitud de variantes disponibles, así como en las diferentes formas en las que se puede consumir. 
  • Sin embargo, este elemento puede producir una serie de efectos secundarios desagradables para aquellas personas que tengan cierta intolerancia a él. 
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El queso es uno de los alimentos mejor valorados en la actualidad. Las diferentes tipologías que se pueden encontrar de este producto, así como la multitud de formas en las que se puede consumir hacen de él algo imprescindible en todas las cocinas. 

Sin embargo, según explican en Eat this, not that!, su consumo debe regularse debido a su alto contenido en grasas, calorías y sodio, especialmente si se tiene poca o nula tolerancia a este producto. Entre algunos de los problemas que puede ocasionar en estos casos, los expertos señalan que, a corto plazo, puede derivar en hinchazón en algunas personas y, a largo, puede aumentar el riesgo de colesterol alto o problemas cardiacos. 

A estos se pueden sumar otros como la diarrea, ya que, si eres incapaz de digerir bien la lactosa, el consumo excesivo de productos lácteos puede conllevar dicha molestia.

Los nutricionistas también apuntan hacia los gases como otro de los síntomas derivados de la insuficiencia de lactasa (la enzima que descompone la lactosa en productos lácteos). Según explican, si eres intolerante a la lactosa y comes demasiado queso, ésta se trasladará al colon en lugar de ser procesada y absorbida por el cuerpo. 

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Asimismo, advierten que consumir este alimento en exceso puede provocar deshidratación debido a su alto contenido en sodio. Así, después de las comidas con productos que tengan gran cantidad de este elemento, se debe proceder a la hidratación, especialmente si se notan síntomas como el dolor de cabeza. 

Relacionado con lo anterior, desde la misma fuente señalan que el exceso de consumo de queso puede conllevar la retención de agua, en concreto en las personas que tengan sensibilidad a la sal. Por ello, los nutricionistas piden a las personas con dietas bajas en sodio que eviten o limiten el queso. 

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