Los riesgos que puede provocar tener una mala postura de forma habitual

Dolor en la espalda, hombros
  • Los expertos advierten que una mala postura puede derivar en problemas de salud muy concretos como la incontinencia, el estreñimiento o la acidez de estómago. 
  • Por ello, recomiendan consultar a un terapeuta que elabore un programa de ejercicios y estiramientos que mejoren la fuerza y flexibilidad de los músculos centrales. 
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Los expertos advierten que una mala postura puede derivar en problemas de salud muy concretos como la incontinencia, el estreñimiento o la acidez de estómago, entre otros. 

Tener una posición extraña se ha convertido en algo cotidiano en multitud de actividades como descansar el el sofá, trabajar desde casa o mirar el teléfono. Esta mala práctica puede derivar en un consecuencias importantes como dolor de cuello, de espalda u otras afecciones graves, tal y como explica Harvard Health Publishing

Sin embargo, estos, aunque son los más comunes, no son los únicos, ya que se pueden sumar otros como la falta de equilibrio, el dolor de cabeza o la dificultad para respirar. Además, los expertos consultados por la misma fuente apuntan otros como el sueño, la fatiga, el estado de ánimo o la alineación de la mandíbula. 

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Entre ellos destacan algunos muy concretos como la incontinencia, ya que una mala postura incrementa la presión sobre el abdomen, lo que la ejerce, a su vez, sobre la vejiga y disminuye la capacidad de los músculos del suelo pélvico para resistirla. 

Otros de los efectos que puede generar esta mala práctica son el estreñimiento o la acidez de estómago. Respecto a este último, según los expertos, una postura encorvada después de una comida puede provocar reflujo ácido y derivar en este problema. En concreto, un doctor consultado por la misma fuente explica que encorvarse ejerce presión sobre el abdomen, lo que puede forzar el ácido del estómago en la dirección incorrecta.

Para evitar los malos efectos derivados por las posturas extrañas, el mismo medio recuerda que lo esencial es consultar a un terapeuta que elabore un programa de ejercicios y estiramientos que mejoren la fuerza y flexibilidad de los músculos centrales (abdomen, suelo pélvico y espalda) que sostienen la columna. 

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