Estos son los nacimientos más extremos del reino animal

Esta es la transcripción del vídeo.

Imagina dar a luz a un bebé que pesase 10 kilos. Para que te hagas una idea, eso es 3 veces el tamaño medio de un recién nacido. 

Pero para los kiwis, tener polluelos gigantes es lo normal. Las hembras ponen un solo huevo que supone el 10% de su masa corporal. Sin embargo, si se observan otros nacimientos extremos en el reino animal, el kiwi puede considerarse uno de los afortunados.

Los lagartos shingleback también pasan por un embarazo difícil. Estos reptiles suelen tener una o dos crías a la vez, lo que no suena del todo mal hasta que te das cuenta de que, si combinas el peso de ambas criaturas, supone un tercio del peso corporal de la madre. Eso es como si un humano diera a luz a un niño de 7 años.

Pero un bebé no necesita tener un gran tamaño para hablar de un parto difícil. Hablemos del puercoespín. Esas espinas afiladas lo protegen de los depredadores, pero a veces no son tan divertidas para mamá.

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Verás, los bebés del puercoespín no tienen pelo como la mayoría de los roedores recién nacidos. Estas criaturas nacen completamente llenas de pequeñas espigas. Normalmente, esto no supone ningún problema para la madre, ya que las púas son suaves al nacer y se van endureciendo gradualmente a medida que van pasando las horas. Pero pueden surgir complicaciones cuando los puercoespines están en la dirección equivocada: es cuando sus púas pueden quedarse atrapadas en el canal de parto al salir. 

Y hablando de conductos de parto, la hiena manchada tiene uno de los más interesantes. Las hembras tienen genitales de tipo fálico. El término científico para hacer de ello es ‘pseudo-penis’. Dan a luz fuera de ese ‘pseudo-penis’ que a veces se desgarra en el proceso. No solo es doloroso, puede ser letal. De hecho, alrededor del 15% de las madres primerizas mueren al dar a luz.

Pero, lo creas o no, una especie de araña aterciopelada lo tiene mucho peor.

¿Sabes eso de que hay algunos animales mastican la comida para sus bebés? El Stegodyphus lineatus lleva esto a un nivel completamente inédito. Justo después de depositar un saco de huevos, los tejidos de la madre comienzan a descomponerse. Una vez que las arañitas eclosionan, ella regurgita su propio licuado y las crías se alimentan de él. 9 días después, absorben el último de sus fluidos y salen por su cuenta dejando nada más que una cáscara vacía. Gracias, mamá.

Pero el parto no es solo peligroso o incómodo para las madres. En algunos animales, es el propio bebé el que lo tiene bastante difícil. Por ejemplo, el diablo de Tasmania. La madre da a luz hasta 50 cachorros a la vez, cada uno del tamaño de una pasa. Tienen que arrastrarse desde el canal del parto y dentro de su propia bolsa, donde se acurrucan durante los siguientes 4 meses. Pero hay una trampa. Mamá solo tiene 4 tetillas en su interior. Así que, desde el nacimiento, las crías están inmersas en una loca carrera por su vida. Y sólo los cuatro más fuertes lo lograrán. Esto sí que es la rivalidad entre hermanos, ¿eh?

En general, sacamos una clara conclusión: los seres humanos no son los únicos que lo tienen difícil cuando se trata de dar a luz. ¿Cuál es el dato sobre los animales más curioso que conoces? Cuéntanoslo en los comentarios. ¡Gracias por ver el vídeo!