Estos son los tipos de autónomos que hay para saber cuál se adapta a tu perfil

Tipos de autónomos
  • El número de autónomos en el mercado español ha crecido hasta los cuatro millones de personas: de ellos 3,2 millones son autónomos propiamente dichos que han contratado a 900.000. 
  • Hay varios tipos de autónomos en función del tipo de trabajo o de si el profesional está colegiado o no. 
  • Los trabajadores autónomos económicamente dependientes (Trade) cobran un 75% de su salario de un solo cliente. 

El mercado laboral español sufrió profundos cambios a lo largo de la crisis. El primero y más evidente fue una tasa de paro descomunal que todavía colea en la actualidad: rondando el 15%, es la peor cifra de la Unión Europea (UE) sólo por detrás de la griega. Por si fuera poco, a pesar de que los datos de desempleo continúan mejorando, la precariedad y la temporalidad marcan muchos de los nuevos contratos que se firman.

Otro de los movimientos más singulares hace referencia al trasvase de asalariados que fueron despedidos al ámbito de la actividad por cuenta propia (aquí puedes descubrirquién trabaja más horas, los contratados, los funcionarios o los autónomos).

En algunos casos, retomando una vocación o recuperando un proyecto por el que no se llegó a apostar; en otros, en muchos, según las organizaciones que representan a los autónomos, el traslado fue impuesto por pura necesidad. Es decir, un importante cambio de vida profesional como vía para sobrevivir.

El número de autónomos ya llega a los 4 millones 

En parte por ese impulso, la profesión por cuenta propia ya da empleo a más de cuatro millones de personas en España. En concreto, de ellas, 3,2 millones son autónomos en sentido estricto, teniendo a su vez contratados a 900.000 trabajadores.

Esos resultados totales se deben a que 42.313 personas se sumaron al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) entre enero y septiembre de este año.

En ese periodo, asimismo, los profesionales por cuenta propia generaron 36.218 puestos de trabajo, lo que supone un total de 78.531 empleos netos en tres trimestres. Todo ello, además, sin incluir las altas dadas por los autónomos societarios.

Tipos de autónomos

Apesar de que los empleados por cuenta propia sí cuentan con varios rasgos comunes, no suponen un uniformidad en muchos sentidos. De este modo, en función de la actividad, es necesario optar por un tipo de autónomo u otro o, en determinados casos, podrás elegirlo.

A continuación te explicamos qué modalidad de autónomo puedes o te conviene más ser.

Autónomo clásico 

La primera opción es la más clásica, el profesional autónomo al uso, al que, por cierto, afectará así la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros.

El planteamiento genérico del profesional por cuenta propia puro y duro es el del autoempleo, pudiendo tener o no empleados a su cargo. Los autónomos suelen cotizar a través de módulos en régimen de estimación objetiva sobre los pueden desgravarse una serie de gastos básicos. En ese sentido, resulta práctico que sepas qué gastos puedes deducir sin factura como autónomo.

Dentro de este modelo encajan profesionales con los que seguramente te relaciones en tu vida cotidiana: transportistas, taxistas o propietarios de pequeños negocios (bares, peluquerías, panaderías, talleres, etc.), entre otros.

Artistas y deportistas, aunque especiales, también por cuenta propia

Aunque están incluidos en el epígrafe anterior, tanto deportistas como artistas (capítulo que engloba actividades referidas a la televisión, el cine, el teatro, el circo o la música) quedan bajo el paraguas de un sistema especial de cotización de base diaria en vez de usar el régimen de módulos.

Los profesionales de la tauromaquia, por cierto, también deben quedar encuadrados en esta modalidad.

Los empresarios autónomos

Otro caso distinto se da si tienes un negocio que alcanza un cierto tamaño y con empleados en plantilla. En esa situación te convendrá crear una sociedad. Esa fórmula es más eficiente a la hora de tributar por los beneficios, así como poder limitar tu responsabilidad exclusivamente al patrimonio de la sociedad.

En esta modalidad, el profesional suele mantener la mayoría en el accionariado de la empresa y ejerce como administrador. Ello le obliga a cotizar como autónomo.

Si se trata de una empresa con varios socios, aquellos que tengan el control efectivo directo o indirecto del negocio deberán cotizar como empleados por cuenta propia. Esa situación se produce cuando la participación alcanza, como mínimo, un tercio del capital social del negocio o el 25% si el empresario autónomo en cuestión se ocupa de labores de gerencia.

Cómo elegir tu modalidad de autónomo

Autónomos colegiados

Dentro de esta categoría se encuentran

Tanto los profesionales por cuenta propia colegiados como aquellos que no lo están pueden ser dueños de pequeños negocios y tener o no empleados a su cargo.

Autónomos no colegiados

La otra cara de la moneda respecto al apartado anterior la representan profesionales similares pero que no pertenecen a colegio alguno: diseñadores, programadores, traductores, redactores, publicistas, formadores, agentes de seguros, técnicos, artesanos, pintores, ingenieros, etc.

En esta modalidad existe un inmenso abanico de posibilidades. Dependiendo de tu ocupación, puede que lo mas sencillo es que compruebes la lista de opciones profesionales del impuesto de actividades económicas (IAE) para ver si la tuya figura.

La cotización más frecuente del autónomo no colegiado es a través de estimación directa simplificada en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), debiendo el profesional pagar la cuota a la Seguridad Social.

Aunque lo más habitual es que trabaje desde casa y de manera individual -de ahí que se le llame freelance-, puede tener a personas contratadas y un establecimiento abierto al público.

Trabajadores autónomos económicamente dependientes (Trade) 

Mención aparte merecen los trabajadores autónomos económicamente dependientes (Trade), puesto que quedan a medio camino entre los asalariados y los empleados por cuenta propia.

Para tener un contrato como tal resulta imprescindible que reciban de un solo cliente, al menos, el 75% de sus ingresos. Una vez firmado, los profesionales seguirán cobrando por factura, pero tendrán cobertura por incapacidad temporal, con la cotización por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

Otros tipos de profesionales por cuenta propia

Como ya se ha apuntado al principio, el mundo de los autónomos es muy variado. A los perfiles ya citados se unen otros menos comunes:

  • Los miembros de comunidades de bienes y sociedades civiles irregulares.
  • Existe un sistema específico para los autónomos que trabajan en el campo. Así, los socios trabajadores de cooperativas que opten por cotizar como profesionales independientes tienen el Sistema Especial para Trabajadores por cuenta propia Agrarios (SETA).
  • Los partícipes en sociedades comanditarias y regulares colectivas.
  • Los autónomos colaboradores, es decir, aquellos parientes hasta el segundo grado de consanguinidad que trabajan de manera habitual con el profesional por cuenta propia principal.

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