Científicos del MIT predijeron en 1972 que la sociedad colapsaría este siglo: una nueva investigación revela que, si la humanidad sigue así, la profecía se cumplirá

Apocalipsis

Pavel Chang / Getty Images

  • Un estudio de la experta Gaya Harrington recogido por la empresa de auditoría y consultoría KPMG da la razón a los científicos que predijeron hace 50 años el colapso de la sociedad en el siglo XXI.
  • Según los datos disponibles, la humanidad se dirige hacia los peores escenarios, en los que la economía primero se detiene para después caer.
  • La sanidad pública y la educación pueden revertir los malos pronósticos.
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Llevaban razón. En 1972, un equipo de científicos del Massachusetts Institute Technology (MIT), una de las instituciones científicas más reputadas del mundo, se reunió para estudiar los riesgos de colapso de la humanidad. Sus conclusiones fueron, como poco, inquietantes: la civilización industrial, tal como está concebida, estaba en camino de colapsar en algún momento del siglo XXI debido a la sobreexplotación de los recursos.

El análisis, encargado y difundido por el Club de Roma, un think tank con sede en Suiza fundado en 1968 y formado por jefes y exjefes de Estado, burócratas de la ONU, funcionarios gubernamentales, diplomáticos, científicos, economistas y líderes empresariales, no tuvo el alcance ni las consecuencias deseadas.

Lejos de generar un reposado debate acerca de la necesidad de limitar la extracción de recursos del planeta, este extenso informe fue cuestionado, cuando no directamente ridiculizado. 

En España, aunque inicialmente mereció una buena ponderación por parte de ensayistas como Ramón Tamames, que dio la razón al informe en muchas de sus conclusiones en 1974 en Ecología y desarrollo: la polémica sobre los límites al crecimiento, el sociólogo Amando de Miguel se apresuró a darlo por fallido en 2001 en Las profecías que no se cumplieron.

Ahora, el análisis ha recibido una sorprendente reivindicación gracias a un estudio realizado por una alta directiva de la firma de auditoría y consultoría KPMG, una de las conocidas como Big Four.

Los límites del crecimiento

Publicado inicialmente en el Yale Journal of Industrial Ecology en noviembre de 2020 y recogido posteriormente por periódicos como The Guardian, esta nueva revisión de aquellas predicciones está disponible en la web de KPMG, aunque no se ha hecho a nombre de la consultora, sino que la autoría corresponde a la analista Gaya Herringon, que escribió el artículo como parte de una tesis de Máster en Harvard.

Su conclusión es clara: de seguir la trayectoria actual, la civilización mundial, que no ha cambiado demasiado desde los años 70, se dirige hacia el declive del crecimiento económico en la próxima década y, en el peor de los casos, a un colapso de la sociedad que se producirá en la década de los 40.

"Ante la perspectiva poco atractiva del colapso, tenía curiosidad por ver qué escenarios se ajustaban más a los datos empíricos actuales. Al fin y al cabo, el libro que presentaba este modelo de mundo fue un éxito de ventas en los años 70 y, a estas alturas, tendríamos varias décadas de datos empíricos que harían que una comparación tuviera sentido. Pero, para mi sorpresa, no pude encontrar intentos recientes al respecto. Así que decidí hacerlo yo misma", dice la autora en declaraciones recogidas por Vice.

El riesgo de colapso 

El nuevo análisis de Herrington examina los datos de 10 variables clave: población, tasa de fertilidad, tasa de mortalidad, producción industrial, producción de alimentos, servicios, recursos no renovables, contaminación persistente, bienestar humano y huella ecológica. 

"Los escenarios más probables en base a los datos disponibles muestran una detención del crecimiento dentro de una década aproximadamente", explica el estudio. 

"Esto indica, por tanto que, de seguir como hasta ahora, es decir, si la humanidad sigue persiguiendo un crecimiento continuo, el sistema se volverá inviable. Incluso si se combina con un desarrollo y una adopción tecnológica sin precedentes, la situación actual conduciría inevitablemente a un descenso del capital industrial, de la producción agrícola y de los niveles de bienestar en este siglo", prosigue Herrington en el informe.

La solución está en la salud y la educación

Este colapso, explica, no significa que la humanidad vaya a dejar de existir de un momento a otro. Primero, el crecimiento económico e industrial se detendrá y luego caerá, lo que perjudicará la producción de alimentos y redundará en peores niveles de vida.

Por ahora, el escenario que menos se ajusta a los últimos datos es la vía más optimista, conocida por sus siglas en inglés como SW, mundo estabilizado. En él, la civilización sigue una senda sostenible y simplemente experimenta menores descensos en el crecimiento económico gracias a una combinación de innovación tecnológica e inversión generalizada en salud pública y educación

Se trata de 2 elementos clave. El aumento de las inversiones en servicios públicos, explica el informe, podría no solo evitar el riesgo de colapso, sino conducir a una nueva civilización estable y próspera que opere con seguridad dentro de los límites que ofrece el planeta. Pero la realidad es que, si se cumplen las previsiones, solo tenemos la próxima década para cambiar el rumbo. 

"El cambio de nuestras prioridades sociales no tiene por qué ser una capitulación ante una necesidad sombría", dijo Herrington en un encuentro del Foro Económico Mundial el año pasado y recogidas también por Vice. "La actividad humana puede ser regenerativa y nuestras capacidades productivas pueden transformarse. De hecho, estamos viendo ejemplos de ello ahora mismo. Ampliar esos esfuerzos ahora crea un mundo lleno de oportunidades que también es sostenible". 

Como ejemplo, los últimos meses: el rápido desarrollo y despliegue de vacunas a un ritmo sin precedentes en respuesta a la pandemia de COVID-19 demuestra, a su parecer, que la humanidad es capaz de responder rápida y constructivamente a desafíos globales.

"Los cambios necesarios no serán fáciles y plantean retos de transición, pero un futuro sostenible e inclusivo es todavía posible", dijo la experta. 

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