Un estudio demuestra que los estudiantes que usan ChatGPT para resolver problemas sacan peores notas

El año pasado, un estudio de Turnitin demostró que más de 22 millones de trabajos escolares se habían realizado gracias a la inteligencia artificial generativa.

El empleo de la inteligencia artificial es una tendencia a la que el profesorado también ha decidido sumarse, aparentemente. Es probable que no tardemos mucho en empezar a ver en el ámbito educativo trabajos escritos por ChatGPT corregidos por ChatGPT. 

Va a sacar (y ponerse) notazas.

¿Pero a pesar de su extendida práctica, de verdad la inteligencia artificial beneficia a los estudiantes? 

Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pensilvania en un instituto turco ha demostrado que los estudiantes de secundaria que han tenido acceso a ChatGPT mientras resolvían problemas de matemáticas han obtenido peores resultados en un examen final que aquellos que no tuvieron acceso a la herramienta.

Quienes usaron ChatGPT resolvieron correctamente más de un 48% de los problemas prácticos, pero al final obtuvieron una calificación un 17% peor en un examen en el que se ponían en práctica los conocimientos que los alumnos estaban aprendiendo.

Otro grupo de estudiantes utilizó una versión especial de ChatGPT que funcionaba más como una especie de tutor, indicando cómo resolver los problemas pero sin llegar a proporcionar la respuesta directamente. Quienes usaron esta herramienta brillaron en los problemas prácticos, solucionando correctamente un 127% más que quienes no usaron ninguna herramienta tecnológica. Sin embargo, sacaron peor nota en el examen. 

Los alumnos que se limitaron a aprender y a practicar los ejercicios a la vieja usanza, por su cuenta y riesgo, igualaron los resultados en los exámenes.

El experimento

Para llevar a cabo el experimento, los profesores repasaron una lección que habían impartido previamente con toda la clase, y separaron de forma aleatoria a los alumnos, dividiéndolos en tres aulas: una con acceso a ChatGPT, otra con acceso al tutor de IA potenciado por ChatGPT y otra sin ningún tipo de ayuda tecnológica.

Todos los estudiantes practicaron y resolvieron los mismos problemas. Y a todos se les realizó un examen posterior para comprobar si habían aprendido a aplicar el concepto.

Los investigadores realizaron cuatro ciclos de este tipo, dando a los estudiantes cuatro sesiones de hora y media de práctica en cuatro temas matemáticos diferentes.

Los errores que cometieron los alumnos que emplearon ChatGPT podrían tener que ver con la propia herramienta, ya que respondió correctamente solo la mitad de las veces. El resultado final solo ha sido erróneo en el 8% de los casos, pero a la hora de razonar el planteamiento del problema y los pasos a seguir para resolverlo ha presentado fallos en más del 42%. 

La versión tutorizada de ChatGPT recibía directamente la respuesta correcta, por lo que en ese caso los errores han sido mínimos.

Práctica transformadora o erradicadora

En las encuestas que han acompañado al experimento, los alumnos que han empleado ChatGPT para resolver los problemas afirman no haber aprendido menos tras haberse apoyado en la herramienta. Erróneamente. Y aquellos que han utilizado la versión tutorizada de ChatGPT afirman haber aprendido más. Erróneamente también.

Existen posiciones contrapuestas sobre el tema: hay quien ve la inteligencia artificial como una innovación que va a transformar la educación, no a destruirla. Y a quien cree que el propio uso de la herramienta erradica principios básicos del aprendizaje.

Lo que sí se puede llegar a afirmar es que provoca un exceso de confianza en todo aquel que la emplea. Que, de por sí, es un factor importante a tener en consideración en toda materia relacionada con la educación.

Los investigadores detrás de este estudio han titulado el artículo "La IA generativa puede perjudicar el aprendizaje" para dejar ver a los padres y educadores los perjuicios que acarrea esta tecnología, y dejar en evidencia que los chatbots de IA gratuitos disponibles podrían llegar a "inhibir sustancialmente el aprendizaje", hasta una versión perfeccionada, diseñada para imitar las tareas de un profesor.

Los investigadores han sacado en clave que los estudiantes se dejan llevar demasiado por el chatbot, lo que inhibe su aprendizaje real, todo esto exacerbado por el hecho de que la herramienta genera una confianza que no se corresponde con el nivel de fallo y acierto que proporciona ChatGPT.

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Etiquetas: Educación, Inteligencia artificial, ChatGPT