Un paso más cerca de la vacuna de ARNm para prevenir el cáncer de piel tras un esperanzador estudio en ratones

Cáncer de piel

Reuters

  • Un fascinante estudio en ratones genéticamente modificados y publicado en el Journal of Investigative Dermatology halla una forma de promover la producción de la proteína TR1 en las células cutáneas, que protege frente a la radiación ultravioleta.
  • El descubrimiento allana el camino para la producción de una futura vacuna de ARN mensajero para ayudar a prevenir el cáncer de piel, que solamente en España a más de 78.000 personas. 
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Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Oregón ha dado con una tecla importante para desarrollar una vacuna futura para prevenir el cáncer de piel, una enfermedad que afecta a 1.200.000 personas en el mundo, según datos de la OMS. 

Tal y como explican desdeCancer.org, la mayoría de los cánceres de piel de células basales y de células escamosas obedecen a una repetida exposición de la piel a los rayos ultravioleta (UV) del sol sin protección, así como a fuentes artificiales, como el solarium. Los rayos ultravioleta causan estrés oxidativo y tienen capacidad de dañar el ADN de las células cutáneas

El estudio, realizado por investigadores de Japón y Estados Unidos y que ha visto la luz en el Journal of Investigative Dermatology, pone de manifiesto un mecanismo clave que podría usarse para crear una vacuna de tipo ARN mensajero, como las que se utilizan contra el coronavirus.

Esta futura inyección para prevenir el cáncer de piel podría promover la producción de la proteína tiorredoxina reductasa 1 (TR1) en las células cutáneas, blindando al cuerpo frente al daño ultravioleta y reduciendo el riesgo de este tipo de cánceres. 

La revolucionaria tecnología del ARNm permite "entrenar al cuerpo" para generar estas proteínas antioxidantes tradicionales. En la investigación en ratones modificados genéticamente se ha confirmado el papel de la enzima, explorando la posibilidad de alentar al organismo para producirla en mayor cantidad, pese a que el concepto es por ahora especulativo. 

"Durante más de 40 años, los investigadores han analizado los antioxidantes dietéticos como una posible fuente de agentes económicos y de bajo riesgo para la prevención del cáncer, pero no siempre se han desempeñado bien en los ensayos clínicos y, en algunos casos, en realidad han sido dañinos", explica el farmacólogo de la Universidad Estatal de Oregón, Arup Indra, según recogeScience Alert. 

"De ahí la necesidad de intentar para intervenir con nuevos agentes de quimioprevención como una vacuna de ARNm", concluye el científico. 

Los antioxidantes funcionan interfiriendo con la oxidación, proceso que provoca pérdida de electrones de una molécula. El déficit puede provocar cambios químicos en el ADN, incrementando drásticamente el riesgo de mutaciones cancerosas.

Las células de nuestro organismo llamadas melanocitos protegen frente a la oxidación de la radiación. Estos pigmentos generan a su vez sus propios subproductos oxidativos, que el cuerpo mantiene en equilibrio produciendo una variedad de sistemas bioquímicos que controlan la oxidación.

La tiorredoxina reductasa 1 es la proteína que los melanocitos utilizan para compensar esta liberación. La enzima activa otra proteína llamada tiorredoxina, que se une a las especies reactivas de oxígeno antes de que puedan dañar estructuras más importantes. 

Resultados preliminares prometedores en ratones

Cuando los investigadores eliminaron del gen TXNRD1 pudieron estudiar el papel de la enzima en la pigmentación y la capacidad de los melanocitos para responder al estrés oxidativo resultante de la exposición a la radiación ultravioleta-B.

Los hallazgos sugieren un gran potencial entregando la proteína a las células de la piel para promover la producción de melanina y combatir el daño causado por la exposición solar. 

Hallar nuevas vías para controlar de forma temprana el daño oxidativo podría reducir las muertes por melanoma y otros tipos de cáncer de piel. 60.000 personas mueren cada año a causa de un melanoma. 

"Las personas con mayor riesgo de cáncer de piel, como las que trabajan al aire libre en climas soleados, idealmente podrían vacunarse una vez al año", dice Indra, si sus investigaciones siguen su curso hasta desembocar en la inyección de ARNm. 

"Claramente, estamos en la punta del iceberg, pero las posibilidades son interesantes para prevenir diferentes tipos de progresión de enfermedades, incluido el cáncer, mediante la modulación del sistema antioxidante del cuerpo", dice Indra. 

Por el momento, los resultados de este prometedor trabajo preliminar deben ser tomados con cautela

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