La invasión rusa de Ucrania obliga a Europa a tomar medidas urgentes contra los altos precios de la energía

El buque de Gazprom en el mar Báltico.
El buque de Gazprom en el mar Báltico.

Reuters

Desde hace mucho tiempo se viene hablando de la conocida como “tormenta perfecta”, que estaba haciendo que los precios de la energía se dispararan en toda Europa. Con la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la perfección de la excelencia de la brutal borrasca (por continuar con el símil) es aún mayor. 

Se barrunta que el coste de la energía seguirá disparándose, incluso aunque Putin no decidiera cortar el grifo: actualmente, Rusia proporciona alrededor del 40% del gas que consume Europa, porcentaje que es mayor en los países del centro y del este

En el caso de España, sin embargo, supuso sólo un 10,43% del total en 2020, según los datos de Informe 2020 – El Sistema Gasista Español, elaborado por Enagas (el principal transportista de gas natural y el Gestor Técnico del Sistema Gasista en España).

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La situación actual ya impele a Europa a tomar medidas con urgencia (la previsión de que todo vaya a peor agudiza la necesidad de hacerlo). 

Este lunes, 28 de febrero de 2022, habrá una reunión convocada por la Unión Europea entre los ministros de Energía de los países miembros

El propósito de la Comisión, explican en El País, es mantener las rebajas fiscales y las subvenciones que se han ido poniendo en marcha en los últimos meses para abaratar la factura de la luz

Un “freno de emergencia” para evitar el crecimiento en los precios de la electricidad y del gas

Pero España quiere que ir más lejos. En una carta enviada por la vicepresidenta primera del Gobierno español, Nadia Calviño, y la tercera, Teresa Ribera, a la que ha tenido acceso El País, creen que el sistema actual es “insostenible fiscalmente” y reclaman “medidas extraordinarias como un freno de emergencia”. 

En concreto, España pide que se desvincule el precio de la electricidad del precio del gas, para, entre otras cosas, evitar que los consumidores estén al albur de la presión que Rusia pueda llegar a ejercer sobre los mercados

No es la primera vez que España pretende que Europa vaya más allá. Antes de la reunión de los ministros energéticos que tuvo lugar en octubre de 2021, ya se hizo una propuesta para permitir a los Estados miembros adaptar la formación del precio de la electricidad a situaciones específicas. 

El aspecto clave de la propuesta, de manera somera, suponía evitar que, como sucede en la actualidad, la energía más cara que entra en el sistema sea la que marque el precio del resto de fuentes

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Para ello, “el precio de la electricidad se obtendría como un precio medio con referencia al coste de las tecnologías limpias inframarginales (principalmente las renovables)”. 

Así, indicaba el documento, “el precio de la electricidad estaría directamente vinculado a los mix de producción nacionales, protegiendo a los consumidores de volatilidades excesivas y permitiéndoles participar en los beneficios que proporciona un mix de generación más barato”.

Esta proposición, que sugería la creación de una suerte de mercado paralelo de la energía, fue rechazada en un primer momento por Bruselas, pero, ante el enquistamiento y el agravamiento del problema, dieron marcha atrás y comenzaron a valorar la propuesta española. 

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