Las tecnológicas tiemblan: Europa está a punto de presentar la primera de las grandes regulaciones que prometió para frenar a las plataformas digitales

Margrethe Vestager, comisaria europea de Competencia.
Margrethe Vestager, comisaria europea de Competencia.

Reuters

La Unión Europea quiere poner coto a las grandes tecnológicas con un paquete legislativo que pretende convertir en un nuevo estándar internacional, de la misma manera que ya lo hiciera con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Esta semana, una de las normas que forman parte de sus nuevas regulaciones podría ver la luz.

Se trata de la Ley de Mercados Digitales. Según ha avanzado el Financial Times este miércoles, la DMA (por sus siglas en inglés) se podría dar a conocer este jueves, después de que la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los 27 hayan alcanzado consenso en varios aspectos clave de esta norma.

La DMA forma parte de este paquete junto con la DSA o Ley de Servicios Digitales, así como del futuro Reglamento de la Inteligencia Artificial. La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial propuso a España como región piloto para probar este último reglamento, cuyo borrador se conoció el año pasado.

La DSA, por su parte, sigue tramitándose y se espera a que las instituciones europeas lleguen al acuerdo definitivo para presentar el texto final.

Tanto la DMA como la DSA fueron presentadas a finales del año 2020. Es previsible que se aprueben este mismo año y entren en vigor a lo largo de 2023, aunque los períodos para transponer estas normas a las legislaciones nacionales pueden hacer que sus efectos no lleguen hasta 2024.

La Ley de Mercados Digitales se dirigirá a empresas que tengan una capitalización bursátil de al menos 75.000 millones de euros y que gestionen una "plataforma" digital, entendiendo que estas plataformas pueden ser servicios como redes sociales, portales digitales e incluso navegadores web, según han confirmado dos personas conocedoras del contenido al Financial Times.

Además, para ser considerada gatekeeper (el término con el que esta normativa se refiere a las grandes plataformas tecnológicas que pretende regular) las compañías deberán reunir un mínimo de 45.000 usuarios activos en sus servicios. Multinacionales como Meta (antes Facebook), Google, Apple, Microsoft o Amazon superan con holgura esta cifra.

Sin embargo, con la nueva DMA también podrían verse afectadas y señaladas otras firmas como el servicio de alojamiento en hoteles y apartahoteles Booking.com o Alibaba, la compañía china propietaria del principal rival de Amazon, AliExpress.

Todo sigue en el aire. Tanto los detalles finales del texto como la plausible fecha de su presentación, que el Financial Times fecha para este jueves 24 de marzo. Pero sean cuales sean los términos finales de la regulación, supondrá un punto de inflexión en materia de regulación tecnológica en el Viejo Continente.

La multa anulada a Intel de 1.060 millones de euros es el enésimo ejemplo de cómo la batalla que Europa libra con las tecnológicas es demasiado lenta para los consumidores

Algunas de las propuestas que se han conocido en los últimos meses y que presumiblemente aparecerán en la redacción final de esta Ley de Mercados Digitales contempla la posibilidad de que los usuarios puedan elegir qué proveedor de correo electrónico y de motor de búsqueda pueden establecer en sus dispositivos móviles.

Los usuarios también contarán con un nuevo respaldo legal que les permitirá desinstalar las aplicaciones preinstaladas que aparecen en muchos de sus terminales. Bruselas, además, podría llegar a obligar a servicios de mensajería como WhatsApp a interactuar con servicios de rivales más pequeños, lo que supondría otro antes y después en la industria tecnológica.

La nueva regulación permitirá que nuevos negocios "entren en un mercado que ha sido dominado por unas pocas empresas" y limitará la capacidad de generar oligopolios a las grandes tecnológicas, en declaraciones de un eurodiputado alemán y uno de los principales artífices de la regulación, Andreas Schwab, al Financial Times.

Con todo, las voces más críticas con estas nuevas normas advierten de que las mismas podrían restringir la innovación. El propio comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, señala al mismo diario británico que en el pasado se han intentado resolver los problemas de las plataforma mediante procedimientos antimonopolio.

"Pero esos casos pueden durar años y mientras tanto se perjudica a las pyme y a los innovadores. Necesitábamos una respuesta innovadora y la hemos conseguido, contra todo pronóstico".

La suerte de Bruselas en esos casos antimonopolio ha sido dispar. Algo cambió a finales del año pasado, cuando el Tribunal General de la Unión Europea confirmó una multa que la Comisión impuso a Google por sus prácticas monopolísticas en el ámbito de los comparadores de precio con su herramienta Google Shopping. El gigante tendrá que pagar 2.400 millones de euros.

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