Europa se está quedando atrás en innovación en salud y perderá calidad de vida frente a China y Estados Unidos, según este ingeniero español

La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto las numerosas carencias de los sistemas sanitarios y la necesidad de innovación que hay para optimizar los recursos, acelerar la investigación y mejorar el diagnóstico y tratamiento de pacientes. 

La utilización de las nuevas tecnologías en el ámbito de la salud y su integración en las estructuras más tradicionales ha pasado a ser parte del debate de la agenda del futuro y una pregunta domina: ¿habrá que elegir entre privacidad y salud?. 

"La idea es que se encuentra el equilibrio y nadie debería tener por qué elegir", señala Javier Fernández Castañón a Business Insider España. 

Javier Fernández Castañón es físico de formación. Estudió en Oviedo y se especializó en el ámbito de física de partículas y física nuclear y de partículas. El español trabaja ahora para Palantir, la hermética compañía que vende software a las agencias gubernamentales y de Wall Street. 

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También forma parte de OdiseIA, un observatorio español que busca liderar el debate sobre la inteligencia artificial y la ética en la tecnología en todos los sectores en España. 

"Si la pregunta es tú estarías dispuesto a dar tus datos de tu historial médico a cambio de tener un mejor tratamiento médico, la respuesta es sí. Al final el algoritmo no necesita ningún tipo de identificador personal", asegura el ingeniero.  

"Los algoritmos no los necesitan para poder desarrollar técnicas médicas eficientes", subraya. 

"Lo que hay que hacer es regular a la empresa que está gestionando esos datos y hacer auditorías de ver cómo están lidiando con los identificadores personales que están encriptados y que estén tratados de la manera que se tienen que tratar, igual que cualquier otro tipo de información confidencial", concluye.

El ingeniero asegura que las compañías tendrán que justificar cómo se están utilizando los datos y que desde OdiseIA están trabajando para crear esos protocolos que garanticen la protección. 

"Queremos dar ese paso: ¿Cómo estás utilizando la inteligencia artificial? ¿Está siguiendo estas pautas? ¿Has evaluado todos tus sesgos? ¿Has evaluado que no tengas identificadores personales? ¿Has evaluado que los algoritmos son capaces de explicarse?", describe Fernández. 

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"Estamos empezando ahora a barajar la posibilidad de desarrollar, junto con empresas y junto con instituciones públicas, un sello de calidad", señala. 

El mismo debate afectará a las grandes tecnológicas. Amazon, Google y Apple están dando importantes pasos para hacerse con parte de la industria de la salud. 

La materia prima de negocio de las tecnológicas son los usuarios, explica Fernández, que señala la diferencia con su propia compañía. "Palantir no tiene datos. Ofrece una plataforma tecnológica para que los clientes puedan analizar sus propios datos", señala. 

El ingeniero cree que esa es la dirección en la que se están moviendo las tecnológicas como Google y Microsoft, porque "no pueden confiar al cien por cien en su modelo de acumulación de datos". 

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"Esta es la conversación que está habiendo en Silicon Valley", señala. 

Europa se está quedando atrás en innovación en salud 

El hospital Universitario Dexeus, del grupo Quirón, en Barcelona, es uno de los ejemplos españoles de referencia en el ámbito de la tecnología en la salud.  

"Fue el primer hospital en utilizar inteligencia artificial en temas de cáncer", explica Fernández. 

¿Por qué solo hay eso? "Porque no hay inversión en I+D", asegura el ingeniero. "Estamos siempre a verlas venir", asegura. 

Fernández señala que incluso el algoritmo utilizado por Quirón está desarrollando por una empresa extranjera. 

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"Es un caso de éxito en España, pero no lo hemos hecho nosotros", lamenta. 

"A nivel europeo la situación es la misma", asegura. "La carrera por la inteligencia artificial es un partido entre China y Estados Unidos", sostiene. 

"Está China por un lado, Estados Unidos por el otro y Europa está en el medio regulando. Somos como el árbitro de ese partido", reflexiona. 

"La protección es muy importante, pero hay que avanzar y nos estamos quedando atrás", lamenta. El ingeniero asegura que la inteligencia artificial está suponiendo una revolución industrial y quien gane en esta lucha mantendrá la mayor calidad de vida.