Así trabajan los guardaespaldas de las estrellas: el exescolta de Brad Pitt y Angelina Jolie destapa todos los secretos

Mark Ellwood,
Mark 'Billy' Billingham, exguardaespaldas de famosos.
Mark 'Billy' Billingham, exguardaespaldas de famosos.

Cortesía de Billy Billingham/Gordon Poole Agency

  • Mark Billy Billingham ha sido durante años guardaespaldas de estrellas como Angelina Jolie y Russell Crowe.
  • Billingham explica que el trabajo consiste menos en parecer intimidante y más en leer al cliente.
  • A menudo utilizaba señuelos para eliminar al personal de seguridad que se chivaba a los paparazzi.

Mark Billy Billingham ha sido guardaespaldas de algunas de las mayores estrellas del mundo, desde Russell Crowe hasta Brad Pitt y Angelina Jolie. También es autor de varias novelas de suspense y ha copresentado el programa de televisión SAS: Who Dares Wins durante los últimos 7 años.

"El mundo de los guardaespaldas es duro, pero se trata de conocimiento y experiencia", explica a Business Insider este exsoldado de las fuerzas especiales de 57 años que divide su tiempo entre Herefordshire, en la Inglaterra rural, y Lake Worth, en Florida (EEUU). 

"Tienes que estar en forma y tener algún tipo de habilidad en artes marciales, pero también se trata de planificar y organizar y de crear una buena relación con tus clientes. Recuerda para qué estás ahí: no se trata de ser el centro de atención, sino de construir una burbuja protectora alrededor de tu famoso".

Soy un especialista que se encarga de las armas en platós de cine y televisión: las pistolas de atrezo son muy peligrosas, pero jamás he tenido miedo

Por el trabajo, comparte, cobraba hasta 700 libras esterlinas (unos 820 euros al cambio actual) por día. Ha sido una carrera lucrativa y emocionante durante muchos años, pero admite que ha supuesto una gran presión para su vida personal y familiar. Por ello, se ha replanteado sus objetivos profesionales y utilizado esa experiencia directa en la protección de personalidades para pasar a su actual trabajo en los medios de comunicación.

He aquí un repaso a su carrera siguiendo a su clientela de famosos: 

El duro comienzo de Billingham lo llevó a las fuerzas especiales

Billingham, en el servicio militar.
Billingham, en el servicio militar.

Cortesía de Billy Billingham

Billingham comparte que tuvo una infancia dura, ya que creció en una zona pobre de Gran Bretaña rodeada de bandas. A los 13 años le habían expulsado del colegio. "Quería ser un tipo duro", recuerda. Eso cambió cuando, a los 15 años, le acuchillaron y estuvo a punto de morir, lo que fue "un gran punto de inflexión" para él. Tras pasar unos años trabajando en una fábrica, se alistó en el ejército y nunca miró atrás.

"Pensaba que era un tipo duro, pero entonces conocí a gente dura de verdad, hombres de verdad que sabían luchar cuerpo a cuerpo. Era 1983 y todo el mundo acababa de volver de la Guerra de las Malvinas. Lo sentí fuera de mi alcance, para ser sincero", admite. 

Incluso con su 1,80 metros de estatura, se describe a sí mismo en aquel momento como "el más pequeño, el más flaco, sin ninguna posibilidad". Sin embargo, Billingham siguió adelante y pronto demostró su valía, convirtiéndose en miembro del SAS (Servicio Aéreo Especial, por sus siglas en inglés), la versión británica de los SEAL de EEUU, y fue desplegado en conflictos por todo el mundo, desde Irak hasta Afganistán.

En 1998, recibió la Encomienda de la Reina por su valentía, un honor poco común, tras ayudar a capturar a un francotirador del IRA que había matado a más de una decena de soldados. "Necesitaban un objetivo para atraparlo y yo me ofrecí como voluntario. Yo era el cebo. Confié en mi equipo en el momento justo para atraparlo antes de que él me atrapara a mí", cuenta.

Pasó de esquivar balas a proteger a los famosos por casualidad

Billingham, en las fuerzas especiales.
Billingham, en las fuerzas especiales.

Cortesía de Billy Billingham

Billingham sirvió en el ejército británico durante casi 3 décadas antes de que una petición casual cambiara el curso de su carrera. Estaba en Brunéi formando a jóvenes reclutas cuando un amigo le preguntó si podía tomarse unas semanas de permiso para acompañar a una clienta suya a Vietnam, donde estaba rodando. 

Billingham se sintió intrigado, pero los trámites burocráticos relacionados con los visados le impidieron desempeñar este nuevo papel. "Plantó la semilla, y empecé a hacer algunos trabajos de pluriempleo cuando estaba en casa en las vacaciones de verano. Y tuve una buena sensación", explica. Pronto dejó el ejército y empezó a trabajar a tiempo completo en el sector de la protección, a menudo en trabajos temporales.

Durante ese tiempo, ha vigilado a Kate Moss, Jude Law, Michael Caine, Tom Cruise y Hulk Hogan y ha estado varias veces protegiendo a Russell Crowe. "Es un hombre de hombres. No le importa una risa, una broma o una copa, así que tienes que estar preparado", comparte Billingham sobre Crowe. 

El mayor empleo de Billingham ha sido un puesto de 18 meses trabajando a tiempo completo para Brad Pitt, Angelina Jolie y su familia: "Trabajaba literalmente 18 horas al día, todos los días, y me quedaba con ellos".

Los mejores guardaespaldas rara vez se enfrentan al peligro porque se han anticipado a él

Los guardaespaldas VIP no son unos fornidos pendencieros de 1,90 metros con esteroides, vestidos con trajes negros y gafas de sol oscuras y con auriculares colgando de forma amenazante, como suelen mostrar los cineastas en las películas. 

"¿Esos grandes bultos rodando por el suelo? En 10 segundos, es más probable que les dé un ataque al corazón": hay famosos del mundo de la música que suelen rodearse de estos tipos, en gran parte como teatro de seguridad, pero su verdadero equipo de protección será mucho más discreto, aclara Billingham.

"Tienes que conocer sus cambios de humor, sus puntos fuertes y sus debilidades, pero no puedes pasar de puntillas por nada y no puedes acabar pisando cáscaras de huevo. Tu trabajo es permitirles tener una vida que no podrían tener sin que la seguridad estuviera allí", resume.

Por qué es casi imposible atacar a Putin: un 'ejército' personal, francotiradores, un catador y otras medidas de seguridad le protegen

Una vez, estaba en el plató con Angelina Jolie cuando ella estaba rodando con el director Clint Eastwood, que se acercó a Billingham y lo miró de arriba abajo. "Me dijo: '¿Qué haces, jiu-jitsu?, ¿karate?', con esa voz suya. Y yo le dije: 'Eso creo'. Él preguntó: '¿Qué coño significa eso?' Le contesté: 'Intento evitar los problemas. Puede que no sea uno de los más grandes, pero soy uno de los más avispados, así que preveo los problemas'. 'Me gusta eso', dijo, y se marchó".

Billingham sigue el enfoque de la suavidad: para él, la protección de los famosos consiste más en una vigilancia con ojos de águila que en puñetazos en la cara. Siempre que observaba a Jolie y a su familia cuando asistían a los estrenos, rodeados de grandes multitudes, la clave era buscar rostros en la multitud cuyo estado de ánimo estuviera alterado. "En cuanto ves a alguien que no está muy contento, es sospechoso. Lo he hecho siempre y nunca me he equivocado, gracias a Dios", celebra.

En casos como este, la relación y la confianza con el cliente son cruciales. Él construyó esa intimidad creando un eficaz campo de fuerza a su alrededor, limitando el acceso a su círculo más íntimo. "Son reacios a que mucha gente sepa demasiado: sus problemas, sus disgustos. Es muy difícil si hay demasiada gente demasiado cerca", comparte.

Los señuelos y los desvíos son excelentes formas de probar nuevos detalles de seguridad

En su papel de jefe de seguridad, Billingham tenía que coordinar a todo el equipo de seguridad, incluido lo que suele ser un enorme ejército de conductores. No tardó en darse cuenta de que estos empleados eran los eslabones más débiles y propensos a aceptar pagos por avisar a los paparazzi.

Así que creó un truco para eliminar a aquellos en los que él, y por extensión sus clientes, no podían confiar. El truco para los nuevos chóferes empezaba por informarles por adelantado de la ruta del día siguiente de Pitt y Jolie. A la mañana siguiente, Billingham los enviaba a otro lugar, y enviaba a un conductor de confianza y probado al destino que había mencionado inicialmente la noche anterior, tal vez un restaurante. "Allí podría haber un montón de paparazzi. No es de extrañar que sea muy difícil tener a mucha gente demasiado cerca", afirma.

 

Los grandes guardaespaldas se anticipan a las manchas de café tanto como a las salpicaduras de sangre. "No todo es querer saltar delante de una bala. Hay que saber qué grupo sanguíneo tienen, sus alergias y qué talla de ropa llevan", continúa. 

"Digamos que Meryl Streep viene a una rueda de prensa y se mancha de café por el camino. El día se arruina. Sin embargo, como guardaespaldas de verdad, tienes una muda allí mismo para ellos".

Las jornadas de 18 horas durante 18 meses lo han llevado a optar por una nueva carrera 

La intensidad de la experiencia hace que muchos guardaespaldas VIP se agoten. Para Billingham, la estancia de 18 meses con Brangelina ha sido su último trabajo a tiempo completo por esa razón. "Eso supuso una enorme presión en mi relación", admite este padre de 6 hijos, quien añade que le costaba encontrar tiempo para verlos.

Después de ese trabajo, se ha dedicado a presentar en televisión, a dar conferencias y a escribir, especialmente como coautor de una serie de thrillers semiautobiográficos protagonizados por Matt Mace Mason, un héroe que Billingham describe como una mezcla de "James Bond, Jack Reacher, Jason Bourne y yo". Su último libro, Sobrevivir para luchar, se ha publicado a principios de este mes. 

Para la escritura recurre al mismo conjunto de habilidades que desplegó cuando vigilaba a las estrellas: "Se trata de planificar, organizar y utilizar el cerebro".

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.