Sindicatos europeos exigen a Amazon que explique cómo trata los datos de sus trabajadores año y medio después de las acusaciones de espionaje

Interior de un centro logístico de Amazon.
Interior de un centro logístico de Amazon.

Sindicatos europeos se han aliado con Noyb, una plataforma europea en defensa de la privacidad, y han presentado varias solicitudes a Amazon para saber cómo el gigante del comercio electrónico trata los datos personales de sus empleados.

La noticia, que la ha dado a conocer este lunes la propia Noyb, llega un año y medio después de las  acusaciones contra la multinacional por presuntamente espiar a los líderes sindicales de la plantilla. Las centrales instaron a Bruselas a investigar estas prácticas que atribuyeron entonces a la compañía. Después se supo que la misma había contratado a la agencia de detectives Pinkerton.

Las reclamaciones se han presentado ante las filiales de Amazon en Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia y Eslovaquia, y se han redactado gracias a una colaboración de Noyb con UNI Global Union, una federación sindical con la que colaboran las centrales españolas como UGT o CCOO. 

El objetivo, explica Noyb en un comunicado, es comprobar cómo Amazon cumple el Reglamento General de Protección de Datos con la información y datos personales de sus empleados en el Viejo Continente. La multinacional, por su parte, tiene un mes para responder y compartir cómo procesa los datos personales de sus trabajadores.

Noyb es la misma organización presidida por el activista austríaco Max Schrems, cuyo apellido ya ha servido para bautizar dos sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que han tumbado los sucesivos marcos jurídicos que amparaban las transferencias de datos personales de Europa a Estados Unidos.

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La última de esas sentencias, Schrems-II, tumbó el marco que se suscribía hasta entonces, el Privacy Shield, en julio del año 2020. Fruto de esa sentencia, entidades de protección de datos de todo el continente se están pronunciando sobre si las transferencias que generan servicios como Google Analytics se ajustarían o no a los preceptos del RGPD.

Incluso ponen en cuestión la continuidad de negocios como Facebook o Instagram en todo el continente, como reconocía su propietaria, Meta, en su comunicación anual al regulador estadounidense, la SEC, por sus siglas en inglés.

Año y medio después de las acusaciones de espionaje

Ahora Noyb entra de lleno en la polémica sobre el presunto espionaje de Pinkerton a trabajadores y líderes sindicales de Amazon que también habrían tenido un capítulo español, como publicó entonces elDiario.es. Sin embargo, ninguna central sindical española participa en este proceso.

Noyb recuerda en su comunicado que "documentos internos" conseguidos por los sindicatos nacionales confirmarían que Amazon emprendió "cierto monitoreo de sus propios trabajadores". "Por ejemplo, está claro que la compañía haría comprobaciones sobre el historial de sus empleados y auditan constantemente su rendimiento con una gama de herramientas invasivas".

"Amazon podrá ser una de las empresas más grandes del mundo, pero no pueden usar nuestros datos para alimentar sus algoritmos y después empezar a despedir a gente en todos lados o hacer lo que quieran con nuestra información", defiende Andreas Gangl, uno de los líderes sindicales de la central alemana ver.di y uno de los trabajadores que han presentado una de estas solicitudes.

"Los trabajadores apenas reciben información sobre el rastreo intensivo que sufren con su día a día en los almacenes de Amazon. No saben qué tipo de información sobre ellos se recopila, con qué propósito o con quién se comparte. Ni siquiera están seguros de que exista una política de privacidad, ni si se pueden tomar decisiones automatizadas sobre su futuro en base a estos datos recopilados", denuncia Noyb en el comunicado.

Por este motivo, la plataforma advierte que en cuanto cuenten con la contestación de Amazon podrán emprender las acciones legales pertinentes. "Este es un caso clásico de control e información asimétrica. Por un lado tenemos a una compañía recopilando una cantidad masiva de datos personales. Por el otro, tenemos a individuos dependientes de sus circunstancias y de sus trabajos", expone Stefano Rosseti, el jefe legal de esta plataforma europea en defensa de la privacidad.

"La mezcla de la voracidad de Amazon por los datos y sus prácticas antisindicales es un problema de calado. Es una compañía de la que sabemos que han espiado a trabajadores, y los trabajadores tienen el derecho a saber si hay grabaciones en vídeo o audio, si se han recopilado datos sobre afiliaciones, redes sociales o cualquier otra cosa que pueda ser usada en su contra", defiende la secretaria general de la UNI Global Union, Christy Hoffman.

Hace exactamente un año se destapó que Amazon había implementado sistemas de reconocimiento facial en sus furgonetas para detectar si los conductores de sus furgonetas estaban conduciendo bien o estaban cansados. Esa presión forzó a empleados de la multinacional a orinar incluso en botellas mientras estaban en reparto, algo que la propia compañía acabó reconociendo.

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