Getir, Gorillas y GoPuff crecen a velocidad de vértigo y no paran de quemar dinero: ¿existe una burbuja en el sector de los envíos ultrarrápidos?

Gorillas
- El sector de las entregas en menos de 15 minutos se reparte entre los que creen que es la próxima gran revolución y los que piensan que es una auténtica burbuja.
- Empresas como Getir, Gorillas o GoPuff, han levantado en apenas unos meses unas rondas de financiación estratosféricas y tienen unas valoraciones de miles de millones de euros.
- Los expertos consultados tienen opiniones encontradas, aunque todos apuntan a la concentración del sector en los próximos meses.
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Aprovecha ahora que puedes. Los grandes fondos de capital riesgo están subvencionando tu compra a casa en apenas 15 minutos a través de compañías como Gorillas, Getir o GoPuff. Por unos pocos euros puedes disfrutar de un servicio de lujo. Aunque esto suene a un anuncio publicitario, no lo es.
Aprovéchate del mercado, amigo. Tarde o temprano el grifo se va a cerrar.
En el 2021, estas compañías especializadas en los envíos ultrarrápidos —entregas de productos de conveniencia en menos de 20 minutos— aterrizaron en las grandes capitales del mundo con descuentos agresivos y una estrategia de expansión muy ambiciosa. Por el camino, en apenas un año se han dejado un reguero de 9.600 millones de euros de financiación, según datos de PitchBook.
Estas empresas prometen ser the next big thing en el argot de Silicon Valley. Un modelo disruptivo, la próxima gran revolución del comercio electrónico. Sin embargo, a día de hoy sus modelos de negocio son auténticas máquinas de quemar dinero, y generan muchas dudas sobre la rentabilidad en el largo plazo.
Según una investigación de The Wall Street Journal, una de estas compañías, Fridge No More, que no opera en España, por un pedido medio de 30 dólares que realiza, pierde 3. Si a eso le sumamos los gastos de marketing, la cifra asciende a 20 dólares en pérdidas por envío realizado.
El fundador de Getir, Nazim Salur decía en una entrevista con Business Insider que su empresa es como un avión que despega y que necesita mucho combustible al principio para echar a volar. Una vez en el aire, alcanza la velocidad de crucero y se estabiliza.
La metáfora de Salur define muy bien la situación que viven estas compañías "dopadas" por los fondos de capital riesgo más importantes del mundo; desde el coloso californiano Sequoia hasta el fondo soberano del Gobierno del Emirato de Abu Dabi, Mubadala Investment Company
Según una persona conocedora de las operaciones de Getir, la compañía turca estaría gastando 60 millones de dólares el mes, como ha publicado Business Insider con anterioridad. Según las estimaciones de los analistas de Bloomberg, la empresa de reparto tiene previsto "quemar" 1.000 millones de dólares en este 2022.
GoPuff, otra empresa del sector, se habría dejado 500 millones de dólares solo en el 2021.
"Son modelos de negocio muy intensivos en capital que saben de antemano que van a estar muchos años quemando caja. Basan su éxito en alcanzar una cuota de mercado relevante que les permita ser más eficiente gracias a las economías de escala, momento en el que empezarán a ser rentables", señala Javier Martínez de Irujo, responsable del área de inversión directa de Axon Partners Group, una firma que ha invertido en compañías como Just Eat o InstaLeap, especializada en los envíos de última milla.
"Lo complicado es saber realmente que cuota de mercado necesitas y tener pulmón financiero suficiente para aguantar", añade.
"La presión publicitaria, las políticas promocionales y la oferta agresiva se enmarcan dentro de este necesario proceso de rápida expansión", apunta por otro lado Enrique Porta, socio responsable de Consumo y Distribución de KPMG en España.
El modelo de negocio de estas empresas es sencillo: cuentan con una amplia red de supermercados fantasma con hasta 2.000 productos en los centros de las ciudades. Esos productos son ligeramente más caros que un supermercado normal y cobran una tarifa por pedido de entre 1,80 y 2 euros. En esos almacenes tienen pickers, empleados que cogen los productos y los meten en bolsas, y riders, repartidores que te lo llevan a casa en menos de 20 minutos.
Según un estudio de la consultora Bain & Company, para que estas empresas lleguen a la rentabilidad, deberían de aumentar el precio mínimo por pedido hasta los 30 euros (actualmente está en 20) y alcanzar un volumen de pedidos por dark store de los 300 al día que tienen en una fase de lanzamiento y 600 en una de crecimiento, a más de 1.000 diarios por almacen.
La era dorada del Millennial Lifestyle Subsidy

Aunque estas compañías parezcan revolucionarias, replican un modelo que se repite una y otra vez en el sector tecnológico nacido en el seno de Silicon Valley. El mantra de Grow at all costs, crecer a toda costa, todavía parece marcar el camino de la economía digital.
Uber aterrizó en San Francisco hace una década tirando los precios de sus viajes por los suelos y comiéndose a sus rivales. Ahora que ya tiene incluso a los míticos taxis amarillos de la ciudad de Nueva York operando dentro de su app, ha empezado a subir los precios.
Algo similar ha sucedido en España con la llegada de Bolten el sector de la movilidad. En solo 6 meses ha logrado llevarse el 15% y el 18% de los usuarios de Uber y Cabify, respectivamente, con su política de ofertas agresivas.
En esta encrucijada, el usuario solo puede contemplar atónito las idas y venidas de lo que todo el mundo promete ser "el próximo Amazon" (los medios tenemos algo de culpa en todo esto) y aprovecharse de esos descuentos, conocedores de que algún día se acabará.
De 2012 a 2020 hemos vivido en lo que el periodista de The New York Times, Kevin Roose, denominó la era dorada del Millennial Lifestyle Subsidy, (Subsidio al Estilo de Vida Millennial) que viene a ser una época en la que los fondos de inversión de Silicon Valley han subvencionado la vida de los jóvenes nacidos entre mediados de los 80 y mediados de los 90.
Desde coger un taxi hasta ir al cine, pedir comida a domicilio o en este caso; recibir la compra en casa en 15 minutos. Todo a unos precios irrisorios. Al menos, cuando las compañías despegan, luego eso cambia.
"Por muy contraintuitivo que parezca, el negocio de los inversores en capital riesgo —sobre todo en etapas muy tempranas y sin rentabilidad— no es hacer empresas rentables", apunta Javier García, analista económico, uno de los fundadores del think tankSintetia.com y autor del libro La burbuja emprendedora.
"Un inversor quiere entrar a un precio y salir a otro, y en el medio multiplicar su dinero. Y por desgracia, en estos entornos financieros esto no va de rentabilidad de la empresa, sino de la expectativa de que será algo grande", comenta.
"Los inversores en estas empresas asumen grandes pérdidas, absolutamente increíbles, con la expectativa de que alguien, en un futuro no muy lejano, siga creyendo que esto “revolucionará el mundo” y, en algún momento, esto se hará rentable. Si entro a un valor de empresa 1 y aunque pierda raudales de dinero consigo salir a valor 5.000, el negocio financiero esté hecho. Aunque la empresa acabe en quiebra al mes siguiente de salir".
Valoraciones por las nubes y rondas disparatadas

En su última ronda de financiación, el pasado marzo, Getir levantaba 700 millones de euros, y alcanzaba el status de "decacornio", empresa valorada en más de 10.000 millones de euros. Solo 8 meses antes había levantado más de 500 millones en otra ronda de financiación.
Gorillas, por su lado, que solo tiene 2 años de vida, es una de las empresas europeas que más rápido ha alcanzado la etiqueta de unicornio (empresa valorada en más de 1.000 millones). En su última ronda de financiación, en septiembre de 2021, captó 1.000 millones de dólares y actualmente tiene una valoración de 3.000 millones.
GoPuff, la tercera en llegar a España, está cerca de cerrar una ronda por valor de 1.000 millones de dólares, según informó a finales de marzo Bloomberg. A pesar de que la compañía fue fundada en 2015, solo en el 2021 ha levantado 2.200 millones de dólares en 2 rondas diferentes, según datos de Dealroom. En julio del año pasado obtuvo una valoración de 15.000 millones.
A pesar de estas cifras estratosféricas, realmente se sabe muy poco de los números de estas empresas. Cuantos usuarios usan su plataforma, cuántos ingresos han tenido, sus pérdidas, el valor medio del pedido, margen de contribución. Absolutamente nada, aunque hay algunos rumores.
El sobrecalentamiento en las valoraciones y las rondas de financiación de cientos de millones es algo cada vez más común en Europa. Este no es un hecho aislado del sector del delivery, como bien explica aquí Miguel Ángel Moreno en Business Insider España.
Según el último informe del sector tecnológico elaborado por la firma de inversión Atomico, el Viejo Continente cerró el 2021, con un récord de 100.000 millones de dólares de capital invertido, 98 nuevos unicornios y el mayor número de startups de la historia, ahora a la par con los Estados Unidos.
En el sector del emprendimiento se celebran estas cifras, pero también hay quien desconfía y habla de una inminente burbuja.
"No creo que vivamos un efecto WeWork"
"Las valoraciones, bajo mi punto de vista, en ronda son teóricas. Es decir, que cuando haces una ronda lo que haces es apostar. Asignas un capital y esperas que con ese capital se alcance una valoración superior", comenta Ernest Sánchez, director del venture builder Nuclio, y uno de los primeros inversores de Glovo.
"Yo creo que las expectativas de mercado lo que tienen que hacer es descontar el precio futuro, si lo están pagando y están llegando a esas cifras, es que hay mercado y que lo ven así ¿no? No sé hasta qué punto puede haber una corrección".
"No creo que vivamos un efecto WeWork", apunta.
Fernando Dal Re, inversor y socio del fondo The Venture City, tampoco cree que estemos ante una burbuja, simplemente el sector madura, y las cifras le acompañan.
"Solo en España, por ejemplo, en 2011 se invertían unos 100 millones de euros. El año pasado esa cantidad fue de más de 4.000 millones", comenta. "En general creo que la tendencia no es una burbuja, sino que cada vez se ven más ejemplos de éxitos y, por lo tanto, cada vez más dinero".
"En concreto, este sector de los ultrarrápidos está viviendo una carrera de caballos. Los inversores que están detrás de esto tienen una estrategia de caballo ganador. Y para ser ganadores saben que hay que pagar un sobreprecio. Por eso creo que con esas valoraciones se está apostando para que su inversión sea la que vaya a ganar la carrera".
Javier Martínez de Irujo, de Axon cree que hace falta esperar. "El tiempo dirá si estamos ante una burbuja. El mercado se mueve muy rápido y el cliente es cada vez más exigente, por lo que si existe la demanda aparecerán empresas para satisfacerla, pero, ¿a qué precio?", reflexiona.
"Antes queríamos recibir las compras en una semana, luego en un día y ahora en menos de una hora. Veremos donde está el límite y si el mercado lo aguanta".
Javier Garcia de Sintatia es algo más crítico con este sistema de inversión y el modelo de negocio de Getir y compañía. "Que un inversor “subvencione” parte del pedido, a la espera de que algún día los precios puedan ser mayores, o los costes menores, es sencillamente una bomba de relojería", comenta.
"Como diría Buffet llamar a este tipo de empresas inversores 'es como llamar romántico a alguien que liga cada noche con alguien diferente'”.
"Los deep pocket como dicen los americanos, cantidad ingente de dinero que financian pérdidas con el objetivo de que alguna vez se recupere, se dan en momentos de extrema liquidez en el mercado y con pocas alternativas de inversión. Jugando a la diversificación, tratan de que alguna vez una se lleve el premio gordo y rentabilizarlo. Pero vamos a un escenario macro más incierto, tipos de interés subiendo, mercados más estancados de consumo. Y en cuanto los baños de realidad lleguen, esto se puede frenar en cualquier momento", apunta.
Los grandes del delivery se desangran en bolsa: ¿señal de alerta?
Las hermanas mayores de estas empresas especializadas en los envíos ultrarrápidos son los gigantes del delivery. Empresas que empezaron en el reparto de comida a domicilio como la alemana Delivery Hero, actual dueña de Glovo, o la estadounidense DoorDash, que en los últimos meses se han adentrado en el universo del Q-Commerce (comercio ultrarrápido).
Estos gigantes mundiales a pesar de llevar más de una década operando, siguen sin ser rentables.
Muchas ya han anunciado que esperan salir de los números rojos para 2023 y 2024, a la par que viven un auténtico calvario en bolsa con caídas en los últimos 12 meses de hasta el 75%.
Esta situación en los mercados, ha hecho que empresas como Instacart, con un modelo similar al de Gorillas y Getir, y especializada en este segmento del Q-commerce, recorte recientemente su valoración en casi un 40% hasta los 24.000 millones de dólares.
"El mercado es soberano", apunta Ernest sánchez de Nuclio. "Si una compañía se deja un 50% en el parqué es porque las expectativas de mercado no son aquellas que eran".
"En este sector del delivery ha pasado exactamente lo mismo", comenta Javier García de Sintatia. "15 años después se cumple la profecía de un director de logística que me decía: ese negocio, así, no podrá ser nunca rentable, tiene riesgos laborales extremos y está sujeto a que cualquier cambio en la competencia te arruine".
Esta tormenta que vive el delivery en bolsa, una situación que se extiende a las tecnológicas en general, ha hecho que la propia GoPuff descarte sus espectativas sobre una OPV (Oferta Pública de Venta) a pesar de haber estado negociando con Goldman Suchs esta posibilidad durante el último año.
Y no solo, los ambiciosos planes de GoPuff se han frenado por el momento. La empresa de reparto hace unas semanas despedía al 3% de su plantilla a nivel mundial (esto no afectó a los trabajadores en España según pudo saber Business Insider España), dejando a más de 400 personas en la calle.
Algo similar le ha sucedido a Gorillas, quien está en plena busca de financiación pero le está costando alcanzar su valoración deseada —5.000 millones de dólares— y varios ejecutivos ya han apuntado a este medio que van a tener que rebajar sus espectativas.
Esto es solo una señal más de que la euforia vivida durante el 2021 comienza a relajarse.
¿Qué depara el futuro en el sector de los ultrarápidos?
Lo de siempre, ganadores y perdedores.
Por lo pronto, las ofertas empiezan a mermar. Getir, por ejemplo, cuando llegó a España ofrecía 15 euros de descuento y los 5 primeros envíos gratis. Hoy, esa promoción es de solo 10 euros.
Por otro lado, la concentración sobre el tablero parece inminente. Solo en Europa hay hasta 16 compañías especializadas en el sector de las entregas en 15 minutos luchando por ser la número 1 del mercado. Está claro que no hay pastel para tantas bocas.
"Lo lógico es que haya una concentración del mercado, bien porque haya empresas que cierren o mediante grandes fusiones que consolidarán sus marcas y aumentarán su cuota de mercado", analiza Javier Martínez de Irujo de Axon Partners.
"Un aspecto importante será conseguir eficiencias en el proceso de entrega a través de la innovación y tecnología, enfocadas en la optimización de las entregas que permita abaratar costes".
Enrique Porta, de KPMG en España, cree que "la demanda crecerá", siempre y cuando estas plataformas respondan a una necesidad del consumidor, y las compañías le den respuesta de forma satisfactoria.
Además, señala Porta, no hay espacio ni mercado para muchos actores similares, "por lo que el sector tenderá a la concentración".
Y no solo eso, muchas ya están buscando alternativas para diversificar sus ingresos, y no centrarse tanto en los envíos en menos de 20 minutos que tienen un coste operativo muy alto y unos márgenes de benficio muy ajustados. Por el momento, inexistentes.
Lo hemos visto en Glovo adentrándose en el mundo de las cocinas fantasma o sellando acuerdos con firmas de ropa, pero también hay ejemplos más estrafalarios como Gorillas lanzando su propio sello discográfico.
Hace unos meses la promesa era las entregas en 10 minutos, ahora eso ha desaparecido de la publicidad de estas compañías y hablan de minutos en abstracto. Varios expertos ya han apuntado que la superviviencia de estas empresas está condicionada a saber "pivotar" y bajar el ritmo.
Por ahora solo queda esperar. Si el mercado es soberano, como decía Ernest Sánchez, el tiempo lo es todavía más.
Fridge No More, que aparecía al principio de este reportaje, en marzo puso fin a sus operaciones, según declaró, debido al aumento de la competencia. Ese mismo mes, Buyk, otra empresa del sector también se disolvía. Y en diciembre, la neoyorkina 1520, también moría de éxito.
"Como dice Taleb, rentabilidades pasadas, y estrategias, no aseguran rentabilidades futuras, con las mismas estrategias", concluye Javier García.
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