Un experimento de la década de 1930 explica por qué las tallas de ropa de mujer son tan frustrantes

Isabella Zavarise,
ilustración - medidas de la mujer

Anna Kim/ Business Insider

  • En su libro, Butts, a Backstory, Heather Radke ha explicado cómo han evolucionado las tallas de las mujeres.
  • En la década de los años 30, las patronistas visitaban diferentes hogares estadounidenses pero solo se tomaron de referencia las medidas de las mujeres blancas. 
  • Un experimento de eugenesia (disciplina que estudia la herencia genética) de la década de 1930 podría ser la razón por la que las tallas de ropa de las mujeres varían tanto, según Radke.

Un experimento de eugenesia (disciplina que estudia la herencia genética en busca de la perfección) de la década de 1930 podría ser la razón por la cual las tallas de ropa de mujer son tan frustrantes y cambiantes, según Heather Radke, autora de Butts, a Backstory, unlibro que explora cómo se sienten las mujeres respecto a sus cuerpos y más concretamente: sus glúteos.

En el libro Radke revela la historia de la obsesión de los eugenistas con "el cuerpo ideal" y cómo sus métodos influyeron en las tallas de ropa de las mujeres.

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En el proceso de documentación para su libro, Radke se topó con la razón por la que la ropa no le solía quedar bien. Encontró el origen del ideal del cuerpo de las mujeres estadounidenses considerado "normal". 

Eran 2 estatuas creadas en la década de 1940 por el ginecólogo Robert Latou Dickinson y el artista Abram Belskie, en base a unas mediciones "estándar" que se hicieron por parte de un órgano del gobierno de entonces.

En una entrevista para Business Insider, Radke explica que este hallazgo ha sido una de las mayores sorpresas de su investigación. 

"Siempre había sentido que había algo mal con mi cuerpo porque normalmente no encontro ropa que me quede bien. Al descubrir cómo funcionan las tallas hoy en día, me di cuenta de que la ropa en realidad no se diseñada para encajar", explica. "Hay demasiadas variables en el cuerpo humano como para que la ropa le quede bien a la mayoría de las personas".

Heather Radke.
Heather Radke.

Andrew Semans

Los moldes de yeso de tamaño natural hechos por Dickinson y Belskie se llamaron Normman y Norma y ayudaron a crear tallas de ropa estandarizadas. Su propósito era representar cómo debería verse un cuerpo estadounidense normal.

Para esculpir el cuerpo de los hombres fue más fácil ya que se les requerían las medidas cuando se unían al ejército, por lo tanto, existían toneladas de datos tanto de la Primera como de la Segunda Guerra Mundial.

Según el libro de Radke, para crear Norma, Dickinson y Belskie necesitaban más información sobre el cuerpo de las mujeres.

A medida que las producciones crecían y se normalizaron las compras por catálogo, los minoristas querían aprovecharse de esta nueva forma de consumo, pero existían limitaciones: faltaban tallas para mujeres. 

En muchos casos, las mujeres devolvían los artículos porque no les quedaban bien. De hecho, muchas mujeres estadounidenses apostaban por confeccionarse su propia ropa o contrataban modistas para que lo hicieran debido a la escasez de tallas. 

En la década de 1930, Ruth O'Brien, que trabajaba en la Oficina de Economía Doméstica y fue la primera jefa de la División de Textiles y Ropa, quiso abordar este problema al que se enfrentaba la mitad de la población.

O'Brien trabajó en el desarrollo de tamaños estándar para la ropa de venta comercial. No está claro si el gobierno estaba trabajando con algunos fabricantes de ropa, pero parte del trabajo de O'Brien era negociar con los fabricantes, minoristas y otras agencias gubernamentales. 

Para ayudarla, Works Progress Administration, una agencia del New Deal establecida durante la Gran Depresión por el presidente Franklin D. Roosevelt, contrató a mujeres para formar equipos de medición que visitaban los hogares estadounidenses y registraban las medidas de las mujeres.

Los datos de mujeres que no eran blancas fueron borrados

En el libro, Radke revela que O'Brien aconsejó a los equipos de medición que se tomaran las medidas de todas las mujeres, pero los datos de las mujeres que no eran blancas fueron borrados. (Esto incluía mujeres negras, italianas, de Europa del Este y judías, que no se consideraban blancas).

"En el caso de Norma, quienes registraron sus medidas eran eugenistas entusiastas, motivados por el deseo de erradicar a las personas que consideraban insuficientemente blancas, discapacitadas o queer", escribe Radke en su libro.

"Estaban intentando abiertamente diseñar una raza de estadounidenses que fuera perfectamentenormal, creando un estándar de cuerpo promedio, pero demostrablemente inalcanzable. Al dictar esa normatividad, los impulsores de Norma también estaban codificando lo que se consideraba anormal, que es siempre el proyecto implícito de la creación de un ideal".

Radke no ha podido confirmar sus hipótesis con O'Brien, pero en una entrevista en Radiolabsobre su libro, planteó que podría ser que O'Brien creyera que si incluía las tallas de mujeres no blancas, no encajarían en los cuerpos de las mujeres blancas.

O'Brien creó 27 tamaños a partir de las medidas que obtuvo, un número que era prohibitivo, muy caro. La industria de la confección, que estaba creciendo rápidamente en ese momento, adoptó esas medidas y los convirtió en una versión de los tallajes que tenemos ahora. 

"Aunque los datos recopilados se usaron para las tallas de las mujeres durante todo el siglo XX, su historia muestra lo difícil que es crear un sistema de tallas estándar para la ropa de las mujeres y cuán arraigados estaban el racismo y la eugenesia en la vida estadounidense en las décadas de 1930 y 1940".

'Ella es la nueva Norma'

Dickinson y Belskie descubrieron los datos de O'Brien y crearon a Norma y Normman, las estatuas que se exhibieron en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York en 1943. 

Las estatuas fueron talladas en alabastro blanco y se basaron en las medidas de 15.000 hombres y mujeres de entre 21 a 25 años de edad pertenecientes a los cuerpos militares y de las tareas de medición a domicilio.

En un artículo de la revista Time de junio de 1945, se describió a Norma como una muestra de la evolución de la figura femenina estadounidense hacia un tipo de cuerpo más alto y musculoso. 

Durante la década de 1950, las marcas de ropa adoptaron tallas de ropa estandarizadas. Con el tiempo, estas marcas comenzaron a utilizar modelos más delgadas para perfeccionar el ajuste y la caída de las prendas. 

Según Radke la nueva Norma, ahora es la modelo Natasha Wagner, una mujer blanca y relativamente delgada, "cuyo trasero es el que usan las compañías de vaqueros para que los jeans le queden bien". 

Según Radke, las medidas de los glúteos de Wagner son utilizadas por unas 8 empresas de ropa. "Ella es la única persona a la que esa ropa le queda bien, a menos que tengas su cuerpo y sus medidas exactas", explica.

La conclusión, según Radke, es que es importante darse cuenta de que, normalmente, la ropa no está hecha para quedar bien.

"Simplemente es demasiado caro para los fabricantes de ropa hacer suficientes tallas de ropa para  la amplia variedad de cuerpos humanos que existen. Es necesario entender esto ya que puede ayudar a la gente a no sentirse mal con su cuerpo cuando no encuentre ropa que le quede bien".

"No es tu cuerpo, es la ropa". 

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