Los expertos cuestionan la necesidad de priorizar la vacunación de los niños menores de 12 años para frenar el avance de la pandemia

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Niño recibe una dosis de una vacuna contra el COVID-19.

REUTERS/Pedro Nunes

  • La autorización de las vacunas del COVID-19 para niños menores de 12 años de edad podría estar a punto de llegar, según han adelantado las farmacéuticas, que esperan la resolución de la revisión de datos de las agencias reguladoras.
  • Sin embargo, algunos expertos cuestionan la necesidad de priorizar la inmunización a la población pediátrica más joven considerando cómo afrontan los menores la infección por SARS-CoV-2 y la escasez de vacunas en todo el mundo.
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La posibilidad de que surjan variantes más peligrosas que las que se han identificado y los cambios que estas han incitado en el patógenoy la enfermedad que provoca justifica que algunas autoridades prioricen e impulsen la vacunación de la población pediátrica.

También que los niños jueguen un papel fundamental en la propagación del SARS-CoV-2 y que, aunque en menor medida, puedan sufrir complicaciones tras infectarse con el virus —como el síndrome inflamatorio multisistémico o miocarditis—.  

Sin embargo, la forma en la que el sistema inmunológico de los más pequeños se enfrenta al nuevo coronavirus y la escasez de vacunas en la mayor parte del mundoponen en cuestión que esta sea una estrategia efectiva para frenar la pandemia de COVID-19.  

"Yo creo que, a día de hoy, no hay necesidad de vacunar a la población pediátrica por debajo de los 12 años de edad. Los niños responden muy bien a la infección y al contacto con el virus", defiende Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), en una entrevista con Business Insider España.

En ello coincide Nicholas Wood, pediatra experto en vacunas, que explica en The Conversation que, en los últimos 18 meses, se ha visto cómo la mayoría de niños contraen la enfermedad del COVID-19 de una forma mucho más leve que los adultos. "Aunque puede haber resultados graves", reconoce.

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Los expertos no dudan de que los niños tendrán que vacunarse contra el COVID-19 para alcanzar la inmunidad de grupo algún día. 

Pero creen que ahora mismo se ha de prestar más atención a la población diana sin vacunar y a los países más pobres, donde podrían perpetuarse las infecciones. 

"Todavía queda población por encima de la pediátrica por recibir las 2 dosis [en el caso de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca]. De hecho, los jóvenes entre 12 y 19 años probablemente empiecen el curso con un porcentaje bajo en vacunación. Ahí sí que hay que hacer hincapié", justifica López Hoyos.  

"También hay que tener en cuenta los intereses colectivos más amplios con una oferta limitada: una propagación global incontrolada significa más variantes. En este momento, podría ser más urgente enviar dosis a otros lugares que vacunar a los niños en Australia", explica Julian Savulescu, profesor de Ética Biomédica en la Universidad de Oxford, a The Conversation

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Otros insisten en que, a medida que la cobertura de la vacuna aumenta entre la población adulta, los casos proliferarán entre los jóvenes y los no vacunados. 

Este fenómeno ya se ha observado en países como Israel y Reino Unido —según datos que se pueden consultar en Nature— y se ha convertido en una de las razones por las que priorizar las dosis para los más pequeños a pesar de que el beneficio directo sea limitado.

Además, podrían servir para prevenir la transmisión en hogares donde haya adultos vulnerables a casos de COVID-19 grave o en los centros educativos, evitando los posibles cierres y restricciones. 

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Una mujer recibe una dosis de la vacuna contra el COVID-19.

REUTERS/ Sumaya Hisham

"Desde casi el comienzo de la pandemia sabemos que los niños tienen menos probabilidades de infectarse y de transmitir el virus que los adultos. Tienen una enfermedad más leve y muy pocos son hospitalizados", destaca Asha Bowen, pediatra y experta en vacunas, que trabaja en el Perth Children's Hospital (Australia), a The Conversation.

Bowen cree que la vacunación es una herramienta clave en el arsenal contra la pandemia "con el acceso a la vacuna priorizado para aquellos con mayor beneficio", que pueden evitar un caso grave de COVID-19 o reducir la transmisión.

Por esta razón, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos, defiende en una entrevista con Business Insider España que no hay una necesidad urgente de vacunar a la población pediátrica por debajo de los 12 años de edad

"Los niños responden muy bien a la infección y al contacto con el virus. Además, no están constituyendo un reservorio del virus que implique que sean causa de la infección o la propagación", asegura el experto. 

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Pero, de acuerdo con los Servicios Nacionales de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), las afecciones más comunes de la enfermedad del coronavirus en niños son:

  • Fiebre con temperatura elevada. 
  • Tos nueva y persistente —toser más de una hora o tener unos 3 episodios de tos en 24 horas—.
  • Cambios en el sentido del olfato y el gusto

No obstante, tal como ha puntualizado Wood con anterioridad, algunos niños sufren casos graves y desarrollan un extraño síndrome inflamatorio multisistémico.

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"Nuestra prioridad en este momento debe seguir siendo la vacunación de un gran número de adultos para evitar muertes y enfermedades graves y, por tanto, reducir la carga de nuestros hospitales. Si pasamos a vacunar a los adolescentes más jóvenes, tiene sentido dirigirse primero a los adolescentes de mayor riesgo", insiste Wood en The Conversation.

Además, puntualiza Julian Savulescu, profesor de Ética Biomédica en la Universidad de Oxford al mismo medio, también hay que tener en cuenta los intereses colectivos más amplios con una oferta limitada.

"Si las infecciones se perpetúan en partes del mundo donde la población no está protegida, existe la posibilidad de que el virus circule a altos niveles, se den otras variantes —como sucedió con delta— y llegue algún día una que realmente sea preocupante porque la respuesta que hemos creado con las vacunas no sea capaz de protegernos", advierte López Hoyos. 

Miguel O'Ryan, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Chile y exasesor del Gobierno, que ya vacuna a los menores a partir de 6 años de edad, reconoce que probablemente los países no deberían avanzar con la vacunación pediátrica tan rápido.

"Otros países, incluso nuestros vecinos [en Sudamérica], están luchando mucho para conseguir suficientes vacunas para sus grupos de alto riesgo", señala O'Ryan, según Nature.

Los beneficios indirectos de vacunar a los niños menores de 12 años de edad podrían ser suficientes para priorizar su vacunación

Una mujer vacuna a una joven contra el COVID-19.

REUTERS/Rachel Wisniewski

Evitar los brotes en las escuelas, más restricciones, los cierres de los centros educativos y el contagio a adultos vulnerables o de alta exposición —como los profesores— podrían ser motivos de peso suficiente para justificar la vacunación de los niños menores de 12 años en el escenario actual. 

"Vacunar a los niños y adolescentes puede no tener muchos beneficios directos para ellos en este momento. Pero, a medida que vayamos abordando las variantes, este equilibrio podría cambiar. Vacunar a los niños puede tener beneficios indirectos, como que las escuelas sigan abiertas", ejemplifica Bowen a The Conversation.

La doctora Esther del Corral Beamonte, médica internista en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza y portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), recuerda en una entrevista con Business Insider España que los niños son una fuente de contagio.

"Los colegios lo han hecho excepcionalmente bien, pero los niños tienen más contactos que los adultos. Son un grupo de riesgo, pero antes de vacunarlos hace falta también más estudios", defiende del Corral, quien no cree que los niños vayan a ser más vulnerables o a tener peores efectos secundarios. 

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De acuerdo con las declaraciones a Nature de Catherine Bennett, epidemióloga de la Universidad Deakin en Melbourne (Australia), los datos muestran que los niños y, en particular, los adolescentes juegan un papel importante en la transmisión del virus —motivo por el que López Hoyos insistía en la inmunización de los jóvenes entre 12 y 19 años que vuelven a clase—. 

"Sea cual sea la razón, los niños están desempeñando un papel  importante en la transmisión. Por lo tanto, son un grupo crucial a examinar para ver cómo la vacunación reduciría las infecciones y, a su vez, la aparición de nuevas variantes preocupantes", afirma la epidemióloga. 

Como mínimo, espera, la vacunación debería estar disponible para aquellos niños que convivan con personas vulnerables o les visiten con frecuencia. 

Además, algunos creen que inmunizar a esta parte de la población es fundamental para reducir al mínimo la propagación del patógeno y conseguir poner fin al estado pandémico. 

"Cuanta más población vacunes, mejores resultados en salud vas a tener", defiende la doctora Del Corral. 

"Conceptualmente, creo que hay que vacunar a toda la población, incluidos los niños. Es la única manera de evitar la propagación del virus: si todos estamos vacunados", sentencia el doctor Alejo Erice Calvo-Sotelo, especialista en Medicina Interna.

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