Expertos internacionales critican el "fracaso global masivo en múltiples niveles" en la gestión de la pandemia del COVID-19

Trabajadores con EPI sujetan un ataud, pandemia covid

Tyrone Siu/Reuters

Casi nadie se salva: las cifras de muertes de la pandemia del COVID-19 reflejan "un fracaso global masivo" en la gestión, y tienen parte de responsabilidad de ello desde potenciales mundiales, gobiernos y organizaciones internacionales hasta algunas personas. 

Ha sido un fallo a político, financiero, de coordinación, de ambición y solidaridad y, en definitiva, en "múltiples niveles".

Es la conclusión principal que redacta una comisión de 40 expertos internacionales (Estados Unidos, India, China, Alemania, Suiza, Chile, Colombia...) en un informe, publicado este miércoles 14 en The Lancet.

La comisión recoge los 6,9 millones de muertes notificadas y 17,2 millones de muertes estimadas por COVID-19 del Instituto de Métrica y Evaluación Sanitaria, a 31 de mayo de 2022 (según la OMS, ha habido unos 6,5 millones de muertes, a 14 de septiembre) para asestar la primera y gran crítica: "Esta asombrosa cifra de muertes es tanto una profunda tragedia como un enorme fracaso mundial a múltiples niveles".

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A partir de ahí, pasa a enumerar todo lo que ha fallado en la gestión de una pandemia por COVID-19 que acaba de cumplir 2 años y medio, con el objetivo de "contribuir a una nueva era de cooperación multilateral basada en instituciones fuertes de la ONU para reducir los peligros del COVID-19, prevenir la próxima pandemia y permitir que el mundo alcance los objetivos acordados de desarrollo sostenible, derechos humanos y paz":

  • Falta de notificación oportuna del brote inicial de covid.
  • "Costosos retrasos" en el reconocimiento de la vía de exposición aérea del SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19) y en la aplicación de medidas adecuadas a nivel nacional y mundial para frenar su propagación.
  • Falta de coordinación entre los países.
  • Incapacidad de los gobiernos para examinar las pruebas y adoptar las mejores prácticas para controlar la pandemia y gestionar los efectos económicos y sociales de otros países.
  • Déficit de financiación mundial para los países de renta baja y media.
  • Incapacidad de garantizar un suministro mundial adecuado y una distribución equitativa de los productos básicos clave (como medicamentos, EPI o vacunas).
  • Falta de datos "oportunos, precisos y sistemáticos" sobre las infecciones, las muertes, las variantes del coronavirus, las respuestas del sistema sanitario y las consecuencias sanitarias indirectas.
  • Escasa aplicación de los niveles adecuados de las normas de bioseguridad en el período previo a la pandemia.
  • Desinformación "sistemática" e incapacidad de combatirla.
  • Falta de redes de seguridad mundiales y nacionales para proteger a las poblaciones vulnerables.

"Demasiados gobiernos no han respetado las normas básicas de racionalidad y transparencia institucional, demasiadas personas —a menudo influenciadas por la desinformación— no han respetado las precauciones básicas de salud pública y han protestado contra ellas, y las principales potencias del mundo no han colaborado para controlar la pandemia", resumen los autores.

También hay críticas en concreto hacia España, a la que acusa de suspender los vuelos con China demasiado tarde, antes de declararse la pandemia.

"Los gobiernos de la región europea no tenían como objetivo reprimir la pandemia, solo frenar la transmisión del virus", señalan los expertos, que recuerdan que países como España, Bélgica, Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido sufrieron un gran número de infecciones al principio.

"Los viajes internacionales hacia y desde todos estos países son extensos, y muchas personas infectadas llegaron desde China durante enero y principios de febrero de 2020. Hubo pocas pruebas en las primeras semanas del brote y se produjo un aumento masivo de casos en marzo de 2020", lamentan. 

"Para disminuir la presión sobre los hospitales, los países europeos adoptaron duras medidas de confinamiento, aunque, como en la región de las Américas, la atención se centró en aplanar la curva en lugar de suprimir la pandemia en última instancia", añaden.

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Por último, apuntan a "la falta de ambición en la respuesta global a la COVID-19", similar a la de "otros desafíos globales apremiantes", como la crisis climática, la contaminación, la pérdida de biodiversidad y la pobreza.

"La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto importantes deficiencias en el sistema multilateral basado en la ONU", así como las "tensiones entre las principales potencias" o la falta de financiación de los bienes públicos mundiales y del desarrollo sostenible para los países de renta baja, entre otros aspectos, concluyen.

A lo largo de la pandemia, varios expertos (y los datos) ya han ido advirtiendo de los fallos, carencias e inequidad que se han dado en España y el resto del mundo.

La OMS ha criticado que se habrían salvado muchas más vidas de haber repartido las vacunas con más equidad, Margarita del Val ha apuntado errores que se han cometido durante toda la pandemia, el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia ha lamentado la situación "dramática" de la atención primaria y Bill Gates ha opinado que el mundo no está preparado para la próxima y hay que "hacerlo mejor", entre otros.

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