"Una sociedad no progresa si no se forma a la misma velocidad a la que cambia el mundo": los expertos reclaman una educación que evolucione al ritmo al que lo hace el entorno laboral

Un profesor o profesora aparece en un aula magna con capacidad para cerca de un centenar de alumnos. Ceremoniosamente, toma asiento y empieza a leer renglón a renglón lo que lleva escrito en unos folios que disimulan mal el paso del tiempo.

Durante un par de horas, de manera ininterrumpida, los asistentes van tomando nota como pueden de lo que se está diciendo. Nadie pregunta nada porque no hay opción a ello: quien está leyendo la lección no aparta nunca los ojos las páginas que tiene delante.

Transcurridos unos interminables 120 minutos, la lección acaba y alumnos y docente abandonan el aula bajo el mismo silencio que ha presidido la sesión. Lo harán sin saber muy bien qué sentido tiene todo aquello. 

Qué estudiar para acceder a las profesiones más difíciles de cubrir en España

Lo que está claro es que, unos meses después, los alumnos tratarán de reproducir, casi palabra por palabra, lo dicho por el docente.

Apenas unas horas después de acabada la prueba escrita, casi nadie recordará ya casi nada de aquella asignatura, que constará en el expediente de los alumnos como superada con mejor calificación cuanto más se hayan acercado estos a las palabras exactas del maestro.

Por anacrónico que pueda parecer, este tipo de clases se reproducen día tras día en la universidad española. 

Aunque es justo decir que esta no es necesariamente la norma y que cada día son más los docentes universitarios que se esfuerzan por hacer sus clases dinámicas, interesantes y participativas, también hay que aclarar que el sistema universitario está pensado para premiar mucho antes la publicación de investigaciones en revistas prestigiosas que una docencia bien trabajada.

Por ello, quienes se esfuerzan por convertir sus aulas en un espacio donde de verdad se transmite conocimiento se encuentran nadando a contracorriente. El pasado 17 de mayo, dos expertos reunidos por Business Insider España reclamaron un cambio.

Glovo da el salto a Harvard: por qué estudian en EEUU el éxito del unicornio español del reparto de comida a domicilio

Fueron Javier Rodríguez Zapatero, presidente de ISDI, y Agustín Caminero, vicerrector adjunto de Formación Permanente para la Digitalización y las Relaciones Institucionales de la UNED.

Ambos participaron en el XXIII Smart Business Meeting, un evento conducido por Manuel del Campo, CEO de Axel Springer España, y Yovanna Blanco, directora de Business Insider España, y patrocinado por Havas Media Group, Upday y por la propia UNED.

"Hay que partir de que tenemos un problema con el modelo educativo. Vamos mejorando, pero estamos lejos. Una sociedad que no aprende a la velocidad a la que cambia el entorno no progresa", empezó abriendo fuego Rodríguez Zapatero, que recordó que a final de este año se dejarán de cubrir en España más de 200.000 puestos de trabajo por falta de formación. 

"Hay que enseñar a la gente a aprender constantemente y eso pasa por un cambio de actitud en una sociedad española que no considera que la educación sea una preocupación principal", ahondó el presidente de ISDI.

No obstante, al hilo de esto rápidamente surge el problema de cómo despertar esa curiosidad en la gente. ¿Cómo convencer de que debe formarse no solo a quien se encuentra al comienzo de este proceso, sino a quien hace mucho ya que pasó por él?

La ciencia dice que los padres de los niños triunfadores tienen estas 11 cosas en común

La universidad, opinó Caminero, tiene algo que decir al respecto al ser una garantía de la transmisión de ciertos conocimientos, aunque quien de verdad tiene la sartén por el mango en cuestión de formación continua es la empresa.

"Los grados universitarios dan una visión global, pero la mejor formación es un puesto de trabajo con jornada completa y con años por delante para formarse. El grado es el primer paso para formarse después", explicó, detallando por ejemplo que en la UNED se están desarrollando una inteligencia artificial que en un futuro no muy lejano aconsejará a quien acuda a ella en qué debe formarse.

La necesidad de una nueva universidad

Pero, ¿basta con esto? ¿Están respondiendo los grados universitarios a las necesidades de las empresas?

El presidente de ISDI, por experiencia propia, no lo ve del todo claro.

"Las grandes empresas tienen una dificultad tremenda para encontrar talento y lo que hacen es acudir a empresas públicas como la nuestra para montar cursos rápidos que aborden aprendizaje en cuestiones como el blockchain, la inteligencia artificial o el metaverso", comentó.

"Tenemos un 95% de los alumnos colocados. También es verdad que cada año cambia el 40% de nuestro contenido".

¿Qué asignatura tendría que haberse impartido que te hubiera ayudado a afrontar tu vida laboral? 61 empresarios, inversores, directivos e investigadores revelan qué echaron en falta y qué cambiarían

Universidades públicas como la UNED, defendió Caminero, son también testigo de estos procesos: "La formación continua nace de determinadas necesidades que detectan los profesores. A veces, incluso otras instituciones nos llaman para organizar cursos online. Tenemos más de 500 cursos de formación propia. Los que sirven, se mantienen, y los que no, desparecen. Así nos adaptamos".

En todo caso, esta visión, apostilló, Rodríguez Zapatero, no es la de un detractor de la universidad pública.

"Me gustaría que el peso de la universidad pública siguiese siendo alto, porque esto garantiza la igualdad de oportunidades. Pero para eso hay que reformar la universidad: su rigidez, su visión, el hecho de que se hace desde el profesorado para el profesorado. No está alineada con la sociedad".

Como respuesta, el vicerrector de la UNED se mostró abierto a reformas.

"Tenemos que ser capaces de adaptar nuestra oferta para rellenar los huecos que pide la sociedad. No podemos quedarnos anclados dando cosas que no se enseñan desde hace 40 años. Tenemos que ir detrás de la sociedad, no puede ser de otra manera, pero cerca".

Tecnología y formación serán una alianza inevitable

En este esfuerzo adaptativo de todo tipo de instituciones, cabe preguntarse qué papel jugarán la tecnología y las empresas tecnológicas en la formación del mañana.

"Es un tema apasionante. A mí por ejemplo en 2008 me fichó Google y, tras pasar todos los procesos, me dijeron que mi título de universidad no era suficiente porque no era de una de las universidades que ellos consideraban más prestigiosas. Hoy, esto no pasa. Empresas como Google valoran otro tipo de habilidades: si uno aprende y es hábil, estás dentro", explicó el presidente de ISDI.

En estos nuevos modelos, conceptos como el mentoring, aseguraron estos dos expertos,serán clave. 

¿Podrás resolverlo? La difícil pregunta que deben superar los candidatos de la Universidad de Oxford

"Nuestro modelo educativo se basa en aprender lo que está ocurriendo, pero donde se le saca todo el partido es en la aplicación práctica. Cada alumno nuestro tiene 4 coach y 2 mentores, y funciona", dijo Rodríguez Zapatero.

De igual manera, detalló, se impondrá solo la tecnología que tenga sentido: "Nosotros hemos planteado cursos sobre el metaverso para sistematizarlo porque para nosotros es la metáfora de cómo será en el futuro internet, que pasará del 2D al 3D".

Todo para que las instituciones educativas posobligatorias cumplan con su parte del pacto, zanjó el presidente de ISDI: "Una titulación universitaria es una promesa. El problema es que es una promesa que, con el paso de los años, está perdiendo fuerza. Hay que revisarlo profundamente. La rigidez no nos llevará al éxito".