Más de 17.000 expertos de todo el mundo alertan sobre los efectos negativos del confinamiento y proponen un modelo enfocado en los más vulnerables

Las medidas para intentar luchar contra cualquier brote de coronavirus son, en muchos casos, polémicas. Una de las más efectivas para frenar la expansión del COVID es el confinamiento, una medida que ya se ha tomado en Madrid y que se extenderá durante los próximos 15 días y también es algo que está ocurriendo en muchas regiones del mundo. 

Está claro que su aplicación es efectiva, ya que se ha reducido el número de contagios, pero es una opción que cada vez tiene más voces en contra y tienen claro que puede ser algo perjudicial. 

Más de 5.000 científicos y casi 12.000 médicos tienen claro que las políticas de confinamiento podrían tener efectos más negativos que positivos y proponen un nuevo modo de abordar la pandemia, según ha recogido el diario ABC. 

"Las políticas de confinamiento actuales están produciendo efectos devastadores en la salud pública a corto y largo plazo. Las consecuencias (por mencionar algunas) incluyen tasas de vacunación más bajas, empeoramiento de las enfermedades cardiovasculares, menos detecciones de cáncer y el deterioro de la salud mental, lo que conduce a un mayor exceso de mortalidad en los próximos años, siendo la clase trabajadora y los miembros más jóvenes de la sociedad sobre quienes recae el peso más grande de estas medidas", explican los epidemiólogos Martin Kulldorff, de la Universidad de Harvard; Sunetra Gupta, de Oxford, y Jay Bhattacharya, de Stanford, en el manifiesto al que se han sumado esos 17.000 expertos. 

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"Como epidemiólogos de enfermedades infecciosas y científicos de salud pública, nos preocupa mucho el impacto negativo en la salud física y mental por las políticas vigentes contra el Covid-19, y recomendamos un enfoque que llamamos Protección Focalizada", aseguran en el documento. 

Además, tienen claro que todo esto afectará a los más pequeños "de una manera desproporcionada". Mantener a los niños fuera de las escuelas "es una grave injusticia" y tener todo cerrado hasta encontrar la vacuna podría causar "un daño irreparable en los menos privilegiados".

Esta postura ha encendido un debate que ya estaba sobre la mesa que ha dejado claro que conforme pasan los meses es evidente el agotamiento de la gente no solo por el deterioro de las condiciones de vida de la gente por el brote del coronavirus, sino por los mecanismos para atajarlo. 

El enfoque de la Protección Focalizada tiene claro que "la manera más humana de abordar esto, midiendo los riesgos y los beneficios de alcanzar la inmunidad de rebaño, es permitirle a aquellos que están bajo un mínimo riesgo de morir, vivir sus vidas con normalidad para alcanzar la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a aquellos que se encuentran en mayor riesgo".

Al final, el manifiesto mantiene que "aquellos que no son vulnerables, deben inmediatamente reanudar su vida normal manteniendo medidas sencillas de higiene, como lavarse las manos y quedarse en casa cuando estén enfermos". Además, piden que "las escuelas y universidades abran la enseñanza presencial, las actividades extracurriculares, como los deportes, se reanuden". 

El gran problema es que otros miembros de la comunidad científica aseguran que la protección de esas personas vulnerables sería mucho más complicada sin algún tipo de confinamiento.