¿Faltan más al trabajo los jóvenes de la generación Z? Puede que sí, y en realidad no es malo para nadie
- Varios estudios señalan que, en Estados Unidos, las bajas por enfermedad han aumentado un 55% desde la pandemia.
- La gente ya no está dispuesta a al trabajo si está enferma y, además, los jóvenes tienen cada vez más en cuenta la salud mental.
- Que los empleados vayan a trabajar cuando están enfermos, es malo para los trabajadores y las empresas: quienes trabajan mientras están enfermos no están dando lo mejor de sí mismos.
La percepción sobre el trabajo y la salud ha cambiado para siempre y los primeros pasos los está dando la generación Z, que ya ha crecido en otro contexto. Los jóvenes están acumulando más días de baja por enfermedad o cogiendo días por salud mental.
En la primavera de sus carreras, incluso se están tomando un año sabático. Y es que la generación Z ha aprendido a poner límites y no van a ir a trabajar con fiebre, como haría un baby boomer.
La cantidad de tiempo que las personas se ausentan de sus trabajos ha aumentado de manera constante en los últimos años, tal y como reflejan los datos. Dayforce, una plataforma de recursos humanos, señala que las bajas por enfermedad aumentaron un 55% en 2023 en comparación con 2019 entre las empresas que utilizan sus servicios en los Estados Unidos.
Gusto, otra plataforma similar, refleja lo mismo. Utilizando datos de más de 300.000 pequeñas y medianas empresas, reporta que el 30% de los trabajadores de las industrias de servicios administrativos se ausentaron por enfermedad el año pasado, un aumento del 42% con respecto a 2019. Y la cifra va en aumento.
Aunque, en general, los trabajadores de todas las edades piden más bajas, son los jóvenes los que realmente están impulsando el cambio.
Según Gusto, los trabajadores de entre 25 y 34 años se toman más tiempo por enfermedad que los de mayor edad. De manera similar, Dayforce apunta que las personas de 35 años o menos experimentaron un aumento del 29% en las bajas por enfermedad desde 2019, en comparación con un aumento del 16% para los mayores de 35 años.
Los trabajadores remotos más jóvenes también se toman más tiempo por enfermedad que los mayores. Lo mismo ocurre con los años sabáticos; según Gusto los trabajadores de entre 22 y 26 años es el grupo que más probabilidades tiene de hacer esto, seguidos por los de entre 27 y 34 años.
"Hay un cambio generacional que busca equilibrar la vida laboral y cuidar de uno mismo", señala Liz Wilke, economista principal de Gusto. "Creo que la gente está protegiendo un poco más su salud e imponiendo algunos límites entre la vida laboral y personal", añade.
No hay una única respuesta a por qué los trabajadores han implementado este cambio después de la pandemia o por qué la generación Z, en particular, se siente más inclinada a tomarse este tiempo. Según los expertos en recursos humanos, tendencias laborales y psicología organizacional, hay toda una serie de factores en juego.
Por un lado, la pandemia ha hecho que la gente sea más consciente de su salud. El COVID-19 fue un duro recordatorio de los peligros de ir a trabajar enfermo, poniendo en riesgo la propia salud y la de los demás.
"Hoy en día se da una importancia cultural al cuidado de uno mismo y al reconocimiento de que el sacrificio no da resultados, lo cual es muy opuesto a una especie de filosofía de los baby boomers", advierte Kenneth Matos, director de información de mercado de HiBob, una empresa de tecnología de recursos humanos.
El universo de las razones aceptables para que la gente se ausente por enfermedad también se ha ampliado. No se trata solo de dolor de garganta o mocos: los días de baja por enfermedad por problemas de salud mental aumentan. La gente falta al trabajo porque está abrumada o agotada, o simplemente necesita un día para descansar.
Esto también está impulsando el aumento relativo de las bajas por enfermedad entre los jóvenes. La generación Z afirma sentir más estrés y ansiedad en el trabajo que otras generaciones. Además, se sienten bastante cómodos hablando de salud mental en el trabajo.
Un reciente informe de un par de centros de estudios del Reino Unido concluyó que el número de jóvenes que estaban sin trabajo debido a una enfermedad, incluidas enfermedades mentales, se duplicó desde 2013.
ComPsych, un proveedor global de programas de asistencia a los empleados, realizó su propio análisis de las 5.700 empresas que utilizan sus servicios, que cubren a unos seis millones de trabajadores, y descubrió que los permisos relacionados con la salud mental aumentaron un 300% entre 2017 y 2023.
"Hemos visto un aumento increíble de la ansiedad y el agotamiento desde la pandemia que realmente no ha desaparecido. Y creo que eso ha hecho que la gente se interese más por la salud física y mental, especialmente las generaciones más jóvenes", opina Michelle Quist Ryder, directora ejecutiva de la Fundación Estadounidense de Psicología. "La gente entiende la importancia de alejarse del trabajo".
También está el cambio de cálculo en la lealtad entre empleados y jefes. Después de haber experimentado o visto directamente tantos despidos, es posible que la generación Z simplemente no vea tanto valor en darlo todo en el trabajo.
Si los que están en el poder lo ven como un elemento más de la lista y ahorrarían dinero si lo eliminaran. "Se pierde la fe en hacer sacrificios para que el trabajo dé sus frutos", añade Matos
Está claro es que el presentismo, y que los empleados vayan a trabajar cuando están enfermos, es malo para los trabajadores y las empresas. Quienes trabajan mientras están enfermos no están dando lo mejor de sí mismos, por razones obvias.
"Si se toman el día libre por enfermedad, es de esperar que puedan descansar y recuperarse más rápido. Pero si lo prolongan y trabajan al mismo tiempo y no descansan, en realidad es peor. "Los efectos posteriores van a afectar su desempeño y, por lo tanto, afectarán a la organización", coincide Malissa Clark, profesora adjunta y directora del Laboratorio de Trabajo Saludable de la Universidad de Georgia.
Tomarse el tiempo va en contra de algunos de los rasgos más tóxicos de la cultura laboral. La gente a veces no se toma vacaciones reales, de desconexión, porque tiene miedo a parecer que no está lo suficientemente dedicada a la causa capitalista.
La tecnología pone los correos electrónicos y los mensajes de Slack al alcance de cualquiera, de modo que es muy difícil poder desconectar del todo. Sienten la presión de ser el "trabajador ideal", que siempre está disponible, no se queja y no permite que nada se interponga en su camino.
"Tenemos una cultura que glorifica el exceso de trabajo como una indicación de compromiso", critica Mindy Shoss, profesora de psicología de la Universidad de Florida Central. Y cuando a la gente le preocupa conservar su trabajo, eso puede verse exacerbado. "Las personas que no tienen seguridad laboral y están preocupadas por el futuro de sus empleos tienen más probabilidades de ir a trabajar enfermas".
Si bien gran parte de la cultura laboral ha cambiado en los últimos años, no hay garantía de que las cosas no vuelvan a ser como antes; de ahí que los jefes intenten presionar a sus trabajadores para que regresen a la oficina y las empresas decidan que, después de todo, tal vez no necesiten tantos trabajadores.
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