Faraday Future estuvo al borde de la quiebra después de haber sido bautizada como la próxima Tesla: así ha logrado resurgir, según su CEO

Faraday Future ha luchado durante 7 años para poner en producción su vehículo eléctrico de lujo FF 91.
Faraday Future ha luchado durante 7 años para poner en producción su vehículo eléctrico de lujo FF 91.
  • Faraday Future ha luchado durante 7 años para poder producir su coche eléctrico de lujo FF 91.
  • Ante la amenaza de quiebra, la empresa recaudó 1.000 millones de dólares, alrededor de 850 millones de euros, a través de una SPAC.
  • Son muchas las personas que creen que el CEO de Faraday ha puesto a la empresa en el buen camino.
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A finales de 2018, Faraday Future tenía graves problemas. Un año después de presentar el FF 91, un sedán eléctrico de gama alta que un ejecutivo describió como una “tecnología que no había existido antes”, la startup se encontraba en una situación financiera crítica. 

Tenía serios problemas de liquidez, tuvo que despedir a muchos empleados, e incluso estaba en constantes peleas con uno de sus inversores más importantes. 

Es difícil imaginar que alguien que haya seguido el recorrido de la empresa se sorprendiera. En los 2 años anteriores, Faraday cometía una lista innumerable de errores. 

Un aviso de desahucio del propietario de un almacén que había alquilado, una presentación chapucera en una importante conferencia tecnológica o el incendio de un FF 91 de preproducción, son algunos ejemplos de los errores y la mala gestión de la compañía. 

Además, en los 2 años siguientes, la empresa, que en su día fue todo un éxito, desapareció de la vista del público y sobrevivió gracias a una serie de préstamos. 

Mientras tanto, la industria de los vehículos eléctricos dirigía su atención a empresas rivales en auge, aparentemente libres de escándalos, como Rivian y Lucid Motors.

El equipo directivo inicial de Faraday Future incluía, de izquierda a derecha, al jefe de diseño Richard Kim, al fundador y consejero delegado de LeEco, Jia Yueting, y al jefe de investigación y desarrollo e ingeniería Nick Sampson.
El equipo directivo inicial de Faraday Future incluía, de izquierda a derecha, al jefe de diseño Richard Kim, al fundador y consejero delegado de LeEco, Jia Yueting, y al jefe de investigación y desarrollo e ingeniería Nick Sampson.

Faraday aguantó, pero en abril de este año dijo que corría el riesgo de quebrar en 12 meses si no conseguía más dinero. 

El rescate de la problemática startup vino de la mano de un invento de Wall Street que ha reconfigurado la forma en que las empresas recaudan dinero: las sociedades de adquisición de propósito especial, o SPAC, cuya popularidad se disparó en 2020 al adquirir todas las startups de vehículos eléctricos que pudieron encontrar. 

En julio de este año, Faraday se unió a Lucid Motors, Arrival, Nikola, Fisker y Lordstown Motors al fusionarse con una SPAC llamada Property Solutions Acquisition Corp. 

La operación recaudó unos 1.000 millones de dólares (alrededor de 850 millones de euros al cambio actual) suficientes, según esperan los dirigentes de Faraday, para lanzar finalmente el muy retrasado modelo FF 91 y cumplir 7 años de promesas sobre la nueva era de la automoción.

Un comienzo difícil

Faraday fue fundada en 2014 por Jia Yueting, el multimillonario chino detrás de LeEco, un conglomerado tecnológico apodado el “Netflix de China".

Yueting tenía grandes ambiciones para Faraday, e insinuó en 2015 que quería reinventar la experiencia automovilística con vehículos que pudieran aprender las preferencias de su propietario y conducirse solos.

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Sin embargo, los miembros de Faraday se dieron cuenta pronto que Yueting no iba a extender un cheque en blanco a la empresa. 

A pesar de las repetidas garantías de que proporcionaría la financiación que la empresa necesitaba, Faraday recibió menos dinero del que esperaba, según explicaron entonces 4 antiguos empleados a Business Insider.

“Quedó claro muy rápidamente que íbamos a tener problemas”, aseguraba un exejecutivo.

El coche eléctrico FF 91 atrajo una gran atención en la feria CES de 2017
El coche eléctrico FF 91 atrajo una gran atención en la feria CES de 2017

Los constantes problemas de financiación no mermaron la ambición de la empresa ni la tendencia de sus dirigentes a tomar lo que algunos empleados consideraban decisiones irresponsables. 

Entre estas decisiones estaban gastar 1.000 millones de dólares en una nueva fábrica, o pagar hasta 5 millones de dólares, unos 4,2 millones de euros, para incluir el FF 91 en una película de “Transformers”. 

(Un portavoz de Faraday declinó hacer comentarios sobre las afirmaciones de los antiguos empleados). 

A lo largo de los años, Yueting contrató a una serie de experimentados ejecutivos del sector automovilístico para resolver los problemas operativos de la empresa, pero en la mayoría de las ocasiones acabó por agotarles y muchos se marcharon.

Faraday también agotó sus reservas de efectivo, recibiendo demandas de proveedores a los que no pagaba y despidiendo a empleados mientras luchaba por encontrar nuevas fuentes de financiación. 

Los plazos de entrega del FF 91, fijados inicialmente para 2017, acabaron desapareciendo de los comunicados de prensa de Faraday.

Reconstruyendo la confianza

En 2019, Faraday incorporó a otro nuevo líder, Carsten Breitfeld, un exvicepresidente de BMW que recientemente había dirigido la startup rival de vehículos eléctricos Byton. 

Breitfeld tomó el puesto de CEO de Yueting (ahora jefe de producto y del ecosistema de usuarios) y se le encargó la tarea de estabilizar la empresa. 

La primera impresión de Breitfeld sobre Faraday fue que tenía buenas ideas, pero no se centraba lo suficiente en la ejecución, según dijo a Business Insider. 

Así que creó un equipo de gestión con experiencia en el desarrollo y la producción de vehículos y comenzó su esfuerzo por convencer a los inversores de que podía rehabilitar Faraday. 

Al principio se mostraron escépticos; Faraday tenía un historial de prometer más de lo que podía cumplir, y querían saber qué había cambiado. 

"Ahora yo estoy aquí", les dijo Breitfeld.

Cuando Carsten Breitfeld asumió el cargo de Director General, se le encomendó la tarea de estabilizar la empresa.
Cuando Carsten Breitfeld asumió el cargo de Director General, se le encomendó la tarea de estabilizar la empresa.

Empezó a reconstruir la credibilidad de Faraday fijando objetivos conservadores y comprometiéndose con los proveedores, a algunos de los cuales convenció para que aceptaran acciones de la empresa en lugar de dinero en efectivo por sus facturas impagadas.

Page Beermann, director de diseño de Faraday, comentaba a Business Insider que la empresa se volvió "mucho más estructurada” bajo Breitfeld.  

A principios de 2020, Faraday estaba cerca de finalizar una nueva ronda de financiación vital, dijo Breitfeld. 

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Pero el acuerdo se vino abajo cuando la incipiente pandemia de COVID-19 hizo que los posibles inversores se pusieran nerviosos. 

Faraday recortó los salarios de los empleados, pidió préstamos para financiar las nóminas y se dio cuenta de que solo tenía un año para conseguir una importante inyección de dinero o hundirse.  

SPAC para el futuro

Mientras Faraday buscaba una vez más un salvavidas, el auge de las SPAC, que recaudan dinero con el único propósito de fusionarse con otras empresas, provocó un auge de financiación sin precedentes para las nuevas compañías de vehículos eléctricos. 

Las empresas que estaban a años de distancia de la entrega de su primer vehículo o cuyos fundadores tenían antecedentes que generaban dudas, parecían tener pocos problemas para encontrar un socio que las sacara a bolsa.

En junio, las SPAC se pusieron en contacto con Faraday. Un mes después, Jordan Vogel, codirector general de una SPAC llamada Property Solutions Acquisition Corp, empezó a buscar un objetivo de fusión. 

Él y su socio, Aaron Feldman, estaban especializados en el sector inmobiliario y esperaban centrarse en él. Pero en septiembre, el presidente de otra SPAC que había considerado la posibilidad de sacar a bolsa al joven fabricante de automóviles les presentó a Faraday. 

Faraday Future salió a bolsa mediante un acuerdo SPAC en julio.
Faraday Future salió a bolsa mediante un acuerdo SPAC en julio.

Vogel, que se define como un "loco de los coches", contaba a Business Insider que recordaba haber leído sobre el FF 91 en Car and Driver. 

Empezó a investigar sobre la empresa en Google y pronto encontró un montón de historias preocupantes. "El pasado de la empresa fue una señal de alarma inmediata", comentaba.

Breitfeld calmó los nervios de Vogel convenciéndole de que Faraday había cambiado. Con 2 décadas de experiencia en BMW y una filosofía de gestión basada en el establecimiento y el cumplimiento de objetivos pequeños y graduales, Breitfeld consideraba a Vogel como la mano firme que podía llevar el FF 91 a la meta. 

"No habríamos llegado a un acuerdo si Carsten Breitfeld no hubiera sido nombrado Director General", asegura Vogel.

Vogel se mostró entusiasmado con el FF 91, que cree que podría arrebatar a Ferrari los clientes orientados al rendimiento y a Bentley los centrados en el confort. 

Faraday afirma que el vehículo tendrá una autonomía de 600 kilómetros, 1.050 caballos de potencia, un tiempo de cero a 100 km/h inferior a 2,4 segundos y una serie de características de confort y tecnología. 

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Algunas de estas novedades incluyen asientos ergonómicos, una pantalla de 27 pulgadas y altavoces que pueden aislar el sonido para cada pasajero. 

Esto garantizará que “cada asiento sea un gran asiento", según ha dicho el director de producto Eric Turano a Business Insider. 

A pesar de todos los retrasos y las crisis que amenazan la compañía, los más de 2.000 millones de dólares (cerca de 1.700 millones de euros) que Faraday ha invertido en el FF 91 han hecho que el vehículo esté más cerca de la producción que muchas ofertas de la competencia, dice Vogel.

“Este coche existe de verdad”, comenta. “La razón por la que no salió en 2018 fue simplemente una cuestión de financiación”.

El verdadero reto

Con su problema de financiación resuelto (al menos por ahora), Faraday está centrando su atención en conseguir que el FF 91 esté en la carretera durante el próximo año. 

Además, está planeando una rampa de producción gradual en su fábrica de California que le permitirá dominar los aspectos básicos, como asegurarse de que las piezas fluyen sin problemas, dice Breitfeld.

Steven Fox, CEO de Fox Advisors y analista de valores que cubre Faraday, cree que Breitfeld está adoptando el enfoque correcto. 

"Veo un camino bastante razonable en términos de rampa de producción", ha dicho. 

"Ahora viene el verdadero reto", asegura Breitfeld.
"Ahora viene el verdadero reto", asegura Breitfeld.

Pero, como están aprendiendo algunos de los rivales de Faraday, incluso los planes mejor trazados pueden toparse con obstáculos. 

Rivian, a la que muchos expertos ven como líder entre las empresas emergentes de vehículos eléctricos, ha retrasado varias veces las primeras entregas de su primer automóvil debido a las interrupciones por la pandemia. 

También lo ha hecho Lucid, otro competidor con una buena financiación y posición, que compite por convertirse en el “próximo Tesla”. 

La verdadera prueba de la renovada Faraday Future llegará cuando surjan nuevos e imprevistos obstáculos y las ganancias del SPAC empiecen a menguar.

"Ahora viene el verdadero reto”, asegura Breitfeld.

Este contenido fue publicado originalmente en BI Prime.

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