¿El dinero da la felicidad? La ciencia por fin averigua si los ricos son más felices

Relación del dinero y la felicidad

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  • Una revisión publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences intenta arrojar algo de luz sobre el eterno dilema sobre si el dinero y la felicidad van de la mano.
  • La conclusión es que para una gran mayoría, más ingresos acarrean más felicidad. Pero para las personas que son infelices, a partir de cierto umbral ganar más dinero no sirve de nada. 

Sobre dinero y felicidad hay muchas frases memorables. “El dinero no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida que sólo un auténtico especialista podría reconocer la diferencia", dijo Woody Allen. Josep Pla recordó que “el dinero no da la felicidad, ciertamente; pero tampoco es un serio obstáculo". 

Y el icónico Groucho Marx fue conocido por soltar aquello de: “Hijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna".

¿El dinero da la felicidad? ¿Son más felices en su día a día aquellos que más ganan? La ciencia tiene bastante que decir al respecto en los últimos años, pero con resultados bastante contradictorios. Una nueva revisión publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences profundiza en 2 trabajos opuestos para llegar a nuevas conclusiones.

¿Qué dicen los estudios sobre felicidad y dinero?

Desde Phys.org detallan las conclusiones dispares a las que llegaron estos estudios. Uno de ellos, publicado en 2010 por Daniel Kahneman y Angus Deaton de la Universidad de Princeton, descubrió que la felicidad cotidiana aumentaba a medida que aumentaban los ingresos anuales, pero por encima de 75.000 dólares se estabilizaba y la felicidad se estancaba. 

Un estudio más reciente, publicado en 2021 por Matthew Killingsworth de la Universidad de Pensilvania, halló que la felicidad aumentaba de forma constante con los ingresos por encima de los 75.000 dólares, sin evidencia de meseta.

Para reconciliar las diferencias, los dos se emparejaron en lo que se conoce como una colaboración adversarial, uniendo fuerzas con la profesora de la Universidad Penn Integrates Knowledge, Barbara Mellers, como árbitro.

 

El nuevo artículo afirma que los mayores ingresos están asociados a niveles de felicidad cada vez mayores, pero haciendo zoom, la relación se vuelve más compleja, ya que dentro de la tendencia general, una cohorte infeliz dentro de cada grupo de ingresos muestra un fuerte aumento de la felicidad hasta los 100.000 dólares anuales y luego se estabiliza.

"En términos más sencillos, esto sugiere que para la mayoría de la gente los mayores ingresos están asociados a una mayor felicidad", dice Killingsworth, profesor de la Wharton School de Pennsylvania y autor principal del artículo. Dicho de otro modo: es normal que experimentes más felicidad cuanto más dinero tengas. Salvo que...

"La excepción son las personas que tienen una buena situación económica pero son infelices. Por ejemplo, si eres rico y desgraciado, más dinero no te ayudará". Para todos los demás, más dinero se asoció con una mayor felicidad en grados algo variables".

(A) Fracción media de la población que declara afecto positivo (felicidad, alegría, sonrisa frecuente) y fracción media que no declara afecto negativo (tristeza, preocupación). (B) Bienestar (emocional) medio experimentado en el muestreo.
(A) Fracción media de la población que declara afecto positivo (felicidad, alegría, sonrisa frecuente) y fracción media que no declara afecto negativo (tristeza, preocupación). (B) Bienestar (emocional) medio experimentado en el muestreo.

PNAS

El bienestar emocional y los ingresos no están conectados por una única relación. "La función difiere para personas con distintos niveles de bienestar emocional", afirma. En concreto, para el grupo menos feliz, la felicidad aumenta con los ingresos hasta los 100.000 dólares, y luego no muestra ningún incremento a medida que aumentan los ingresos. 

Como muestra el gráfico elaborado por los estudiosos, para los que se encuentran en el rango medio de bienestar emocional, la felicidad sube de forma lineal frente a los ingresos, y para el grupo más feliz, la asociación se acelera por encima de los 100.000 dólares.

La nueva hipótesis de este trabajo es la existencia de una mayoría feliz como una minoría infeliz. Para la primera, la conjetura es que la felicidad sigue creciendo a medida que entra más dinero. Pero para el porcentaje menos feliz, la felicidad se incrementa conforme aumentan los ingresos, pero solo hasta un umbral concreto. A partir de ahí, no crece más. 

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Para llegar a estas conclusiones, los autores se dieron cuenta de que los datos de 2010, que habían revelado la meseta de la felicidad, en realidad habían estado midiendo la infelicidad en particular y no la felicidad en general. Por ello, los resultados contradictorios son en realidad perfectamente compatibles.

"Y lo que descubrimos corroboró esa posibilidad de una forma increíblemente hermosa. Cuando observamos la tendencia de la felicidad de las personas infelices en los datos de 2021, encontramos exactamente el mismo patrón que se encontró en 2010; la felicidad aumenta de forma relativamente pronunciada con los ingresos y luego se estabiliza", destaca el trabajo. 

Las conclusiones podrían servir para cambiar políticas de impuestos o nuevas compensaciones a los empleados. De todos modos, el dinero sigue siendo una fracción del pastel de la felicidad, en el que también intervienen factores como la salud, la conciliación o el bienestar emocional. 

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