Este festival europeo ha diseñado un protocolo que podría servir de guía para los eventos en directo en tiempos de coronavirus

Representación de la ópera de Beethoven, Fidelio, en el Festival de Salzburg
Representación de la ópera de Beethoven, Fidelio, en el Festival de Salzburg
  • Los organizadores del Festival de Salzburgo, uno de los eventos de música clásica, ópera y teatro más importantes del mundo, presentaron un programa abreviado y una planificación que podría servir de guía para otras organizaciones.
  • Los asistentes deberán llevar mascarilla hasta que se sienten. El aforo se verá limitado al 50%.
  • La cosa se complica con los artistas por ello han creado tres grupos a los que se harán test y seguimientos de contactos.
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Los festivales cancelaron sus planes cuando estalló la pandemia del coronavirus. Dio igual si eran de música o de cine, sin embargo, los organizadores del Festival de Salzburgo, uno de los eventos de música clásica, ópera y teatro más importantes del mundo optaron por esperar. Estudiaron diferentes escenarios para un evento de cuatro semanas que celebra este año su centenario.

El Gobierno de Austria fue, de forma paulatina, eliminando las restricciones de concentración de personas. La semana pasada el país contaba tan sólo 12 casos de coronavirus. Los organizadores del festival de Salzburgo presentaron un programa abreviado que consta de 90 actuaciones en 30 días, una planificación que podría servir de guía para otras organizaciones de artes escénicas en todo el mundo. 

“Desarrollamos conceptos de prevención muy completos porque queremos establecer un estándar que pueda ser adoptado por otros festivales y conciertos después”, explica el director ejecutivo del festival, Lukas Crepaz, en una entrevista con Bloomberg

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Los asistentes deberán llevar mascarilla hasta que se sienten. El aforo se verá limitado al 50%. Los asientos están dispuestos como en un tablero de ajedrez, por lo que las parejas tampoco podrán sentarse juntas. Las entradas no son transferibles y los nombres se verificarán antes de la entrada. Pese a estas restricciones el programa inicial planteado por el festival no se ha visto alterado y, en consecuencia, tampoco la duración de los eventos. 

No se ofrecerá comida ni bebida para evitar aglomeraciones dentro del recinto. Por este motivo también han escalonado las actuaciones. El sistema de climatización ha sido analizado por expertos y dado que el aforo se ha reducido a la mitad, la corriente de aire exterior es más alta que antes. 

La cosa se complica con los artistas. Es difícil mantener separada a una orquesta o un coro es más difícil y la mascarilla no es una opción. Los bailarines y actores actúan a distancias más cortas.  Así es que habrá una distancia de dos metros entre el escenario y el público, también el coro y la orquesta.

El festival, que desarrolló este protocolo en colaboración con profesionales de la salud, ha creado varios grupos. El rojo, aquellos que no pueden cumplir con distancia social, serán sometidos a test cuatro días antes, incluso antes de asistir a los ensayos, y se realizará un seguimiento de su salud cada día así como un diario de registro de contactos.

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El grupo naranja que implica al personal temporal del festival y artistas que no pueden mantener la distancia de un metro pero que sí puede usar mascarillas. Estos artistas incluyen los que realizarán recitales solos en los escenarios y algunos grupos de música de cámara. Este grupo será evaluado y examinado a su llegada a la ciudad y se realizarán registros de sus contactos.

El grupo amarillo corresponde a aquellos artistas y trabajadores del festival que puedan mantener la distancia de seguridad y llevar mascarilla. Se les realizará test previamente al evento pero no se procederá a llevar un registro de sus contactos. 

Si algo saliera mal, “el festival tiene un plan de contingencia para diferentes escenarios”; indicó un portavoz del evento. Para llevar a cabo este despliegue el festival ha tenido que reducir su presupuesto de 68 millones de euros a 41 millones de euros. 

El festival había vendido 180.000 entradas por adelantado. Tuvo que reembolsarlos y empezar de cero. Ahora el aforo del festival es de 76.000 personas. Los organizadores del festival creen que, al final, el éxito o fracaso del festival dependerá del comportamiento de las personas.

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