El ‘flash crash’ del oro amenaza su reinado como inversión defensiva ante la inflación: por qué el metal dorado puede tener más problemas, mientras otros activos refugio no corren la misma suerte

Hombre pasea con un lingote de oro de fondo.
  • En pocos minutos el metal dorado se desplomó más de un 5%, lo cual alerta los inversores que apuestan por el oro como activo con el que protegerse para la inflación.
  • Sin embargo, otros activos que se utilizan tradicionalmente como refugio, como los bonos, el dólar o el yen, atraviesan una situación más saneada, lo cual hace que se ponga en cuestión que el lingote actué como escudo protector ante la subida del IPC.
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El oro ha vivido uno de sus peores momentos en los últimos tiempos. 

El reciente flash crash (caída repentina y abrupta), con un descenso de 60 dólares en su precio en cuestión de minutos, desencadenó el movimiento discordante y las dudas sobre si ha empezado a perder su condición de refugio ante el entorno inflacionario que ya se vislumbra en los principales mercados desarrollados.

El lingote cayó casi un 5% repentinamente para alcanzar un mínimo de 1.677 dólares la onza, lo cual representa su nivel más bajo desde el 31 de marzo. 

El metal dorado ya estaba en mal estado antes del desplome, ya que cayó un 4% en la última jornada de cotización de la pasada semana para romper un nivel técnico clave. La venta inicial fue impulsada por la publicación de los datos del mercado laboral de Estados Unidos, que reforzó las apuestas de que la Reserva Federal endurecerá la política fácil pronto. 

Después, la falta de liquidez de la noche a la mañana ahondó la venta masiva y provocó la crisis repentina.

“En respuesta a los sólidos datos de empleo, los precios del oro rompieron por debajo de la línea de tendencia que define el mercado alcista desde 2019, lo que ocasionó la activación de señales bajistas y derritió el precio del oro", expone el estratega de materias primas de TD Securities, Daniel Ghali, en una reciente nota.

¿Qué pasa con el dólar, el yen o los bonos? Los activos refugio tradicionales no siguen el mismo rumbo del oro

Este desplome se produce en el mismo momento en el que la rentabilidad de los bonos del Tesoro sube y el dólar aumenta ante el informe de empleo de Estados Unidos de julio. Es decir, dos de los activos más defensivos a nivel tradicional no han seguido el mismo camino que el metal dorado. Siguen actuando como escudo defensor ante el impacto del IPC.

La fortaleza del billete verde tiende a perjudicar el atractivo del oro, ya que lo encarece para los tenedores de otras monedas. “Mientras tanto, el aumento de los rendimientos de los bonos suele ser una mala noticia para el oro que no rinde, y la perspectiva de tipos de interés más altos provocó que los inversores se deshagan de los lingotes”, dicen los expertos de Citi en un informe.

“Cuando las rentabilidades cayeron más profundamente en territorio negativo en el último mes, los precios del oro no se beneficiaron, lo cual evidencia cuán negativo se ha vuelto el sentimiento hacia el metal dorado después del desempeño relativamente pobre del activo este año”, comentan los analistas de Atlantic Capital en un informe. 

El oro es un activo que prospera gracias al impulso y que puede mostrar vulnerabilidad si el precio no se recupera durante mucho tiempo. Las nuevas subidas de los tipos reales impulsadas por datos económicos sólidos podrían provocar descensos aún más abruptos, según los expertos. Algo que no se produciría en otros activos refugio. 

Así, uno de los principales impulsores del sólido desempeño del oro el año pasado fue un debilitamiento prolongado del dólar. “Con esta situación ahora en 2021 hay señales de que podemos ver que la tendencia se invierte, lo que ejerce presión sobre los lingotes”, comentan los expertos de Goldman Sachs en una nota.

Los sólidos datos de empleo en Estados Unidos elevaron las expectativas de subidas de tipos de la Fed, lo que le dio al dólar su mayor impulso en aproximadamente un mes. Por su parte, los mercados monetarios indican que el Banco Central Europeo no se ajustará hasta al menos mediados de 2024, lo cual favorece un escenario de más solidez para la divisa estadounidense que, paralelamente, dañaría al oro. 

“Parece que los activos refugio más allá del oro, en especial el dólar y los bonos a 10 años de Estados Unidos, se van a ver recompensados en un entorno de más inflación”, sostienen desde Goldman Sachs. 

El panorama del flash crash del oro parece que es ajeno a sus intereses dentro de los mercados.

El matiz se encuentra en el yen, pero por diferentes motivos. Habitualmente suele actuar como activo refugio, pero ahora está mostrando ciertas dudas, debido a la explosión de casos de Covid-19 que atraviesa el país nipón. Aunque esa incertidumbre, precisamente, suele beneficiarle.

“Hasta que el recuento de casos de COVID-19 vuelva a estar bajo control, el yen puede fortalecerse con un recorrido parecido al de los Treasuries de Estados Unidos”, exponen los expertos de Charles Schwab.

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