Estas decepcionantes fotografías muestran cómo es realmente ir de crucero

Los cruceros son unas vacaciones populares que, según una reportera de 'Business Insider, no se parecen en nada a lo que se muestra en anuncios y redes sociales.
Los cruceros son unas vacaciones populares que, según una reportera de 'Business Insider, no se parecen en nada a lo que se muestra en anuncios y redes sociales.

Joey Hadden/Insider

Viendo los anuncios en televisión e imágenes en redes sociales de los cruceros, es lógico que la gente tenga muchas ganas de pasar sus vacaciones en uno de ellos. Sin embargo, la realidad es muy distinta a lo que muestran esos idílicos vídeos y fotografías.

Descubre cómo son realmente los cruceros a través de estas decepcionantes fotografías.

Cuando reservé mi primer crucero a bordo del 'Wonder of the Seas de Royal Caribbean', esperaba pasar unas impresionantes vacaciones en las que ver mundo y relajarme tranquilamente tomando el sol.

Por las imágenes de cruceros que he visto, esperaba poder relajarme y disfrutar de un rato de piscina.
Por las imágenes de cruceros que he visto, esperaba poder relajarme y disfrutar de un rato de piscina.

Buena Vista Images/Barry Winiker/Getty Images

Sin embargo, mi primera experiencia en un crucero no cumplió mis expectativas.

Joey Hadden en la cubierta superior del 'Wonder of the Seas'.
Joey Hadden en la cubierta superior del 'Wonder of the Seas'.

Joey Hadden/Insider

Pude tomar el sol junto a la piscina en una zona totalmente abarrotada de gente cuando tuve la suerte de encontrar una tumbona libre. Para ello, sin embargo, me tocó hacer cola durante bastante tiempo, y las vistas me las tapaban las cabezas del resto de pasajeros.

El 'Wonder of the Seas' desde la ventana de un ferry.
El 'Wonder of the Seas' desde la ventana de un ferry.

Joey Hadden/Insider

Mi decepción empezó incluso antes de subir a bordo: tuve que coger un vuelo y una habitación de hotel económica cerca del puerto en el que me iba embarcar en Fort Lauderdale, Florida.

Joey Hadden en un hotel cerca del puerto.
Joey Hadden en un hotel cerca del puerto.

Joey Hadden/Insider

Cuando llegué al aeropuerto de la ciudad portuaria, me tocó esperar durante 45 minutos a que me recogiera el autobús del hotel, y debo decir que fue el primero de muchos autobuses abarrotados de gente que me tocó coger esos días.

El servicio de transporte del hotel recoge a los huéspedes en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale-Hollywood.
El servicio de transporte del hotel recoge a los huéspedes en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale-Hollywood.

Joey Hadden/Insider

Al día siguiente, subí a otro autobús con varios huéspedes del crucero para dirigirnos al puerto.

El autobús que nos llevó al crucero.
El autobús que nos llevó al crucero.

Joey Hadden/Insider

El puerto de Fort Lauderdale no me pareció especialmente bonito, aunque tampoco esperaba que lo fuera.

Vista del puerto desde el autobús.
Vista del puerto desde el autobús.

Joey Hadden/Insider

Había una larga cola para entrar en la terminal de cruceros, y debería haberme imaginado que esa sería la primera de muchas largas esperas.

Gente haciendo cola en la terminal de cruceros.
Gente haciendo cola en la terminal de cruceros.

Joey Hadden/Insider

Dentro de la terminal, había otra larga cola para pasar el control de seguridad; mientras esperaba, me hizo gracia leer carteles que decían: 'La aventura comienza aquí'.

Gente haciendo cola en la terminal de cruceros.
Gente haciendo cola en la terminal de cruceros.

Joey Hadden/Insider

Una vez a bordo del barco, me entusiasmó la idea de ver el océano mientras nos alejábamos, pero los altos y gruesos cristales lo impedían, y no conseguí encontrar un sitio con buenas vistas.

Gente de pie en la cubierta superior mientras el barco se aleja.
Gente de pie en la cubierta superior mientras el barco se aleja.

Joey Hadden/Insider

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El barco era tan grande que me perdí varias veces durante mi estancia, pero los mapas de cada planta me resultaron útiles.

Plano de una cubierta y un pasillo de camarotes.
Plano de una cubierta y un pasillo de camarotes.

Joey Hadden/Insider

Mientras exploraba el barco, me sorprendió descubrir que incluso para ser el mayor crucero del mundo me parecía que había demasiada gente.

Gente disfrutando en el mayor crucero del mundo.
Gente disfrutando en el mayor crucero del mundo.

Joey Hadden/Insider

Aunque la gente parecía divertirse, muchas de las cubiertas tenían el aspecto de un centro comercial demasiado lleno de gente.

La gente se paseando por las tiendas y restaurantes a bordo.
La gente se paseando por las tiendas y restaurantes a bordo.

Joey Hadden/Insider

Había multitudes y colas prácticamente en todos lados, incluyendo el buffet.

Buffet abarrotado de gente.
Buffet abarrotado de gente.

Joey Hadden/Insider

Las piscinas solían estar siempre al completo.

Una de las piscinas del crucero.

A crowded pool on the world's largest cruise ship. 

Había 19 piscinas en total, según un representante de Royal Caribbean.

Y las zonas para tumbarse junto a las piscinas solían estar igual de llenas.

Zona del crucero abarrotada.

Joey Hadden/Insider

Aunque las normas prohibían reservar las sillas colocando las toallas, vi a mucha gente haciéndolo, así que me costó mucho encontrar un sitio.

Gente sentada en las tumbonas en la cubierta superior.
Gente sentada en las tumbonas en la cubierta superior.

Joey Hadden/Insider

Los miembros de la tripulación pueden retirar los objetos personales de las tumbonas pasados 30 minutos si no hay nadie en ellas, pero deben hacerlo con criterio teniendo en cuenta a las familias y grupos que puedan estar bañándose, según explica un portavoz de Royal Caribbean.

Esperar hasta por la tarde para conseguir sitio no tenía mucho sentido, ya que a la hora de poder sentarme hacía demasiado frío y viento.

Joey Hadden 'disfrutando' del viento en la cubierta superior al atardecer.
Joey Hadden 'disfrutando' del viento en la cubierta superior al atardecer.

Joey Hadden/Insider

Los cruceros suelen estar llenos de actividades, pero descubrí que para muchas de ellas también hay que esperar demasiado.

Gente haciendo cola para bajar por un tobogán.
Gente haciendo cola para bajar por un tobogán.

Joey Hadden/Insider

En los puertos, me tocaba hacer cola para pasar por el control de seguridad cada vez que salía y volvía al barco; me resultaba molesto aunque también me hizo sentir más segura.

Personas haciendo cola en un control de seguridad.
Personas haciendo cola en un control de seguridad.

Joey Hadden/Insider

La espera continuaba en cada puerto, ya que había demasiada gente.

Gente haciendo cola para montar en un ferry.
Gente haciendo cola para montar en un ferry.

Joey Hadden/Insider

Me costaba encontrar al guía de las excursiones entre tantas personas.

Gente buscando su grupo de excursión.
Gente buscando su grupo de excursión.

Joey Hadden/Insider

On the left, Erica and others standing in front of cruise ship. On the right, two blue-and-white beach towels

Me resultó emocionante explorar nuevos lugares en cada parada, aunque parte de estas visitas las hice desde otros autobuses, también abarrotados.

Dentro de un autobús turístico.
Dentro de un autobús turístico.

Joey Hadden/Insider

Y cuando por fin conseguía realizar la actividad que había reservado, no la disfrutaba igual porque éramos demasiados.

Cruzando un puente colgante en Roatán, Honduras.
Cruzando un puente colgante en Roatán, Honduras.

Joey Hadden/Insider

Según un miembro de la tripulación, había unas 5.000 personas más a bordo del barco. Creo que en caso de haber reservado un crucero menos concurrido lo habría disfrutado mucho más.

La cubierta superior a primera hora de la mañana, antes de llenarse de gente.
La cubierta superior a primera hora de la mañana, antes de llenarse de gente.

Joey Hadden/Insider

La próxima vez, creo que reservaré durante la temporada baja para evitar las multitudes.

Una de las piscinas del crucero.
Una de las piscinas del crucero.

Joey Hadden/Insider

Aunque mi primer crucero no cumplió mis expectativas, tengo la esperanza de poder disfrutar de uno algún día.

Joey Hadden ante el crucero en uno de los puertos.
Joey Hadden ante el crucero en uno de los puertos.

Joey Hadden/Insider

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