Foxconn, el mayor fabricante del iPhone, interrumpe la producción en Shenzhen por el confinamiento masivo de la ciudad ante un brote de coronavirus

Weilun Soon,
Trabajadora en una fábrica de Foxconn.
Trabajadora en una fábrica de Foxconn.

Reuters

Foxconn, el principal ensamblador del iPhone de Apple, ha suspendido las operaciones en su sede de China y en una de sus mayores plantas de fabricación debido a un confinamiento por el COVID-19, según han informado Bloomberg y medios locales.

El pasado domingo, China puso a la ciudad de Shenzhen, en el sur del país, y a sus cerca de 18 millones de habitantes en confinamiento hasta al menos el 20 de marzo debido a un repunte de casos de COVID-19. Shenzhen es un centro tecnológico importante al que se le ha llegado a denominar el Silicon Valley de China.

Foxconn, empresa con sede en Taiwán, anunció el lunes que paraliza sus operaciones en Shenzhen a causa del confinamiento decretado por el gobierno, según múltiples fuentes.

Foxconn no ha respondido de forma inmediata a la petición de comentarios de Business Insider.

El confinamiento en Shenzhen amenaza con agravar las disrupciones en el suministro global causadas por las medidas contra la pandemia, la escasez de semiconductores y la guerra entre Rusia y Ucrania. Foxconn aseguró en noviembre que los envíos de dispositivos electrónicos podrían sufrir cuellos de botella hasta la segunda mitad de 2022.

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Foxconn, conocida también como Hon Hai Precision Industry, no dio a conocer durante cuánto tiempo planea detener sus operaciones en Shenzhen. Una investigación de Sina Finance cita a un portavoz de la empresa que reconoce que la empresa necesita la autorización del gobierno antes de volver a operar en la ciudad.

El fabricante ofreció recientemente bonus a sus trabajadores de Zhengzhou, una ciudad en la parte central de China donde se encuentra la principal línea de montaje de la compañía en el país asiático.

China ha establecido una política de 'cero covid' caracterizada por el confinamiento repentino y estricto de ciudades enteras, aunque la difusión de la variante ómicron, con mayor transmisibilidad, ha complicado que el país siga esta estrategia.

El domingo, China informó de casi 3.400 nuevos casos de COVID-19, cerca del doble de las reportadas el día anterior, lo que hace de esta última ola la mayor en los últimos dos años, según informa The Guardian.

Después de anunciar que Shenzhen había registrado 66 nuevos casos locales el domingo, el gobierno municipal decidió detener los servicios de autobús y metro y también decretó el cierre de todas las urbanizaciones y parques industriales. A los habitantes se les aconsejó no salir de la ciudad.

Shanghái también ha anunciado restricciones de movilidad, como ha informado Nikkei.

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