Iba a ser el 'Facebook español' hasta que llegaron los tiburones: así fue el ascenso y la caída de Nosuni, uno de los proyectos más personales de Javier Oliván, la nueva mano derecha de Zuckerberg

Mark Zuckerberg brinda con el español Javier Oliván.
Mark Zuckerberg brinda con el español Javier Oliván.
  • A mediados de 2006, un grupo de emprendedores españoles que estudiaban en la Universidad de Stanford (EEUU) lanzó Nosuni, una web que aspiraba a ser el Facebook español.
  • Entre ellos estaba Javier Oliván, desde hace unos días la nueva mano derecha de Mark Zuckerberg en Facebook.
  • Finalmente, el proyecto murió como consecuencia de la falta de financiación y del fugaz éxito en España de Tuenti, que terminaría siendo devorado también por el resto de redes sociales de carácter global.
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El azar los juntó y el transcurrir de los años y su implicación en otros proyectos los terminó separando. Antes, al menos, lo intentaron.

Con su nombramiento como director de Operaciones hace unos días, el español Javier Oliván, ingeniero formado en la Universidad de Navarra, se ha convertido en la mano derecha del mismísimo Mark Zuckerberg. 

Lo hace en un momento decisivo en el que la empresa trata de dejar atrás las informaciones surgidas sobre sus cuestionables prácticas y sus problemas regulatorios para tratar de centrarse en el metaverso, una realidad virtual gobernada por la tecnología blockchain que Zuckeberg interpreta como la evolución más lógica de las redes sociales.

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Es el premio a una carrera marcada por el éxito en su idea de expandir Facebook por todo el mundo. Su lealtad al proyecto de Zuckerberg se ha mantenido inalterable incluso en los momentos en los que la empresa ha sido más que cuestionada por la opinión pública.

Aunque precisamente no han faltado momentos para zozobrar en esta red social en los últimos años, Oliván siempre ha estado ahí.

Los años del 'Facebook español'

Pero esto no fue así siempre. En 2006, 3 prometedores españoles originarios de distintos lugares de la geografía nacional se encuentran estudiando en la Universidad de Stanford (EEUU) por diversos motivos. Son el gallego Javier Osa, el vasco Tabi Vicuña y el propio Javier Oliván, aragonés.

Donde estudian es cada vez más popular una aplicación: Facebook. En principio, esta solo debía servir para poner en contacto a personas que forman parte de la Universidad de Harvard, de donde procedía el creador de la misma, un joven con fama de extravagante llamado Mark Zuckerberg.

Sin embargo, hacía tiempo que Facebook había desbordado los muros de Harvard

La red social servía para hacer cada vez más cosas. Con una interfaz limpia, fácil e intuitiva, prácticamente estaba sustituyendo la manera convencional de relacionarse en el campus. Como consecuencia, sus compañeros no tenían suficientes horas en el día para conectarse.

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De inmediato, estos 3 aspirantes a emprendedores tuvieron casi a la vez la misma idea: un Facebook a la española

Con un volumen de usuarios que crecía de manera exponencial pero que aún se podía considerar modesto, la realidad es que la empresa de Zuckerberg apenas había logrado salir de EEUU.

Pero la idea se topó pronto con un par de dificultades. Para empezar, no habían sido los únicos que habían tenido la visión de crear un Facebook español: empresas como Tuenti ya llevaban un buen trecho recorrido en su busca del usuario nacional.

Por otra parte, los 3 concibieron su red social como algo exclusivo para universitarios, pues con este carácter había nacido precisamente Facebook. 

"Al registrarte, indicarás tu país, comunidad y universidad a la que perteneces, subes tu avatar, añades amigos a tu red de contactos, bien invitándolos o buscando otros usuarios pertenecientes a tu universidad o a otra. Siempre podrás ver quién está conectado", explicaba entonces sobre el portal la web especializada Genbeta.

A partir de ahí, las opciones eran las ya conocidas en toda red social que se precie de serlo: subir archivos, académicos o no, compartir vídeos de YouTube, crear álbumes de fotos, unirse a grupos de usuarios, tratar de sacar adelante uno propio... Ello, descontando naturalmente la posibilidad de explorar los perfiles del resto de usuarios. 

La red, sin embargo, quedaría pronto atrapada por su propio nicho

Para cuando sus creadores quisieron entender que la fuerza de Facebook estaba precisamente en su capacidad de captar a todo tipo de usuarios sin importar cuestiones como la edad, la procedencia o los estudios, Nosuni, nombre que recibió aquel intento, había quedado ya herido de muerte. 

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Lo hizo superado en el ámbito universitario por webs como patatabrava.com, por ejemplo, famosa tanto por ser punto de encuentro para el intercambio de apuntes como por su capacidad para atraer a curiosos gracias a su compilación de frases célebres de profesores de universidades de toda España. 

Entre los adolescentes, Nosuni fue arrasada en España por Tuenti, que durante no mucho más de un lustro gozó de un extraño predicamento. 

Mientras en el resto del mundo muchos se abrían sus primeras cuentas de Facebook, en España se popularizó entre los estudiantes de Secundaria de finales de la primera década de los 2000 la expresión foto Tuenti, que aludía a una manera muy particular de posar en una imagen que, sí o sí, iba a terminar colgada en esta red social.

Parte de los problemas de aquel primer proyecto de Oliván, Vicuña y Osa, a quienes se terminó uniendo el también desarrollador Igor Ormaetxeberria, quedaron reflejados en los blogs de la época.

Uno de los que más llama la atención es el de Carlos Blanco, un destacado inversor desde hace décadas en España y un profundo conocedor del ecosistema emprendedor nacional.

"Tienen un equipo de fundadores con buena formación, aunque algo disperso, y pocos de ellos dispuestos a arriesgarse en la empresa, básicamente es Tabi Vicuña el más motivado. Están bien apoyados por algunas escuelas de negocios, pero pienso que les falta aprender la realidad de internet", valoraba entonces Blanco.

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Con la perspectiva que dan los años, hoy este inversor curtido ya en muchas más batallas explica a Business Insider España por teléfono que la clave finalmente estuvo en la diferencia entre ser una empresa de ámbito local y una global.

"Nosuni salió como salieron muchos portales que intentaron imitar a Facebook en aquellos tiempos. En ese momento, se creía que el éxito en el campo de las redes sociales podía terminar siendo local, es decir, que existía la posibilidad de que en cada país triunfara una empresa distinta, como ocurre por ejemplo entre los portales inmobiliarios o entre los de búsqueda de empleo. En cada país hay un Idealista y un Infojobs".

Aunque Tuenti llegó a gozar de un relativo éxito en España que terminaría propiciando su compra por parte de Telefónica, finalmente los ganadores en el ámbito de las redes sociales terminarían siendo los competidores globales: Facebook y Twitter, primero, y TikTok e Instagram más tarde.

"Nunca se puede saber si los ganadores en un determinado campo van a ser locales o globales. Lo único que se puede hacer es tener en cuenta las experiencias previas, pero no hay trucos definitivos", explica Blanco.

Ormaetxeberria, por otra parte, guarda un buen recuerdo de aquella experiencia.

"Te voy a ser sincero, todo eso pasó hace mucho tiempo, fue la época en la que empecé también mi vida en familia, nació mi hijo, al que le dediqué más tiempo, y se me mezcla un poco todo, pero tengo muy buenos recuerdos", cuenta a Business Insider España.

"Fue una época de buenas sensaciones, probar muchas cosas nuevas, innovar, crear, emprender. Uno iba hablando con personas que se movían con gente importante pero que a la vez eran muy humildes. Hablaban de tú a tú. Aprendí muchísimo en todos los aspectos, tanto desde el punto de vista tecnológico como a la hora de relacionarme".

El final de la apuesta

Tras dos años de trabajo, Nosuni llegó a un callejón sin salida: o los implicados en el proyecto se lanzaban con todo a la conquista del cada vez más disputado mercado de las redes sociales en España o lo aparcaban en favor de otros proyectos.

Finalmente, ganó la segunda opción. Como reconoce Ormaetxebarria en una entrada en su blog de febrero de 2008, la falta de financiación terminó ahogando el proyecto después de tratar de revitalizarlo a través de los consejos del diseñador Javier Cañada.

"Yo estuve trabajando en el rediseño que Javier Cañada les había propuesto. Empecé entonces a conocer un lenguaje nuevo para mí, Ruby on Rails, del que había oído hablar, pero que no he podido apreciar realmente hasta trabajar en nosuni.com", explica Ormaetxebarria.

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"Durante 6 meses, estuvimos haciendo todo lo posible para levantar la aplicación, que tiene mucho potencial pero, cuando no hay dinero, es muy difícil competir con otros. Todavía no hemos renunciado (llamamiento a posibles inversores o desarrolladores de Ruby on Rails que quieran unirse a nuestro proyecto), pero nos hemos metido también con un par de proyectos de aplicaciones para Facebook. Estamos empezando y no sabemos cómo va a ir pero, por lo pronto, pinta muy bien".

El resto es historia conocida. Oliván, finalmente, terminó demostrando que tenía razón: había espacio de sobra para un Facebook en España. 

Lo que pasa es que, en vez de demostrarlo a través de Nosuni, lo terminó haciendo a través del proyecto de Zuckerberg, que se terminó extendiendo también por todos los países de habla hispana.

Al resto tampoco les fue mal.

Javier Osa figura entre los cofundadores de Kiwoko, una web especializada en el mundo animal; Tabi Vicuña estuvo en los primeros pasos de la exitosísima Jobandtalent; e Igor Ormaetxeberria es un consolidado desarrollador que figura entre los socios fundadores de SocSoft, una empresa ahora inactiva que ayudaba a los negocios precisamente a sacar todo el potencial de redes como Facebook y Twitter, entre otros muchos proyectos.

Todos ellos, en mayor o menor medida, terminaron aplicando de un modo u otro lo aprendido en Nosuni, aquel intento de Facebook nacional que dejó para siempre sin resolver la pregunta de qué pasaría si hoy España tuviera su propia red social. 

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